Iniciativa Bailleres resquebraja al PRI


Chiquillada y nueve priistas podrían echar abajo la polémica reforma

 

Con el voto en contra de los priistas Luis Alberto Arriaga y García Olmedo, la Comisión de Gobernación aprobó la polémica propuesta de reforma a la Constitución con cambios cosméticos, pero que en esencia obedecen al espíritu de la Carta de los Derechos de la Familia emitida por el Estado Vaticano el siglo pasado

 

Selene Ríos Andraca

 

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Desplegado contra la Iniciativa Bailleres

José Othón Bailleres Carriles y Pablo Fernández del Campo aceptaron suavizar la iniciativa que quebranta el Estado laico en sus polémicas fracciones primera, cuarta y novena del ahora artículo 26 constitucional. Sin embargo, las concesiones del grupo ultraderechista no fueron suficientes para convencer a la disidencia del tricolor encabezada por Rocío García Olmedo y Luis Alberto Arriaga, quienes amenazan con votar en contra y reunir los votos suficientes para echar abajo la Iniciativa Bailleres inspirada en el papa Juan Pablo II.


La tarde de ayer fue aprobada en la Comisión de Gobernación —con el voto en contra de los priistas Arriaga y García Olmedo— la polémica propuesta de reforma a la Carta Magna con cambios cosméticos. La fracción primera dejó de contemplar al matrimonio entre hombre y mujer como la base fundamental de la familia, y en la novena se añadió que además del trabajo de la madre en la casa también se reconocerá y respetará el del padre.


Sin embargo, la mayor polémica radica en la fracción cuarta que de ser aprobada rechazaría cualquier posibilidad de despenalizar el aborto voluntario antes de las 12 semanas de gestación y la eutanasia, al dejar intacto: “La vida debe ser protegida desde el momento de la concepción hasta su muerte natural (…)”. Para salir del paso, Bailleres y Fernández del Campo acordaron incluir la expresión “salvo los casos previstos en las leyes” para mantener las causales de legrado establecidas en el Código de Defensa Social.


A pesar de los cambios, la iniciativa sigue girando alrededor de las propuestas del papa Juan Pablo II en la Carta de los Derechos de la Familia emitida en agosto de 1983, por lo que las diputadas priistas y las fracciones minoritarias podrían votar en contra este día cuando dicha propuesta se presente ante el Pleno para su discusión.

 

La revuelta tricolor


Por primera vez en el sexenio marinista, la fracción priista llegará dividida al Pleno Legislativo y es posible que con el rechazo de ellos, se logre echar abajo al menos la fracción cuarta y es que fuentes legislativas revelaron a Cambio que es posible que nueve tricolores se opongan o al menos voten en abstención: Rocío García Olmedo, Luis Alberto Arriaga, Mauricio Hidalgo, Jorge Ruiz, Mario Méndez, Josefina García y Gudelia Tapia, así como Bárbara Ganime y Malinalli García, ambas aún se encuentran indecisas.


Pero, la disidencia priista no solamente expresará su rechazo hacia la iniciativa a través de su voto. Rocío García Olmedo advirtió que buscará a través de la dirigencia nacional de su partido promover una acción de inconstitucionalidad en contra de la reforma, ya que cuenta con el respaldo del Organismo Nacional de Mujeres, encabezado por Lourdes Quiñones y con el aval de la lideresa nacional del tricolor, Beatriz Paredes Rangel.


A la revuelta tricolor se sumarán los representantes de los partidos minoritarios, según lo declararon ayer Carolina O´Farrill de Convergencia; Irma Ramos y Melitón Lozano del PRD; Manuel Fernández y Pepe Momoxpan, del Partido del Trabajo; además de Gustavo Espinosa y Daniel Contreras de Nueva Alianza.


Llama la atención que la iniciativa de corte misógino y excluyente vaya a ser rechazada en su mayoría por hombres, pues podrían ser nueve votos masculinos y solamente siete, si es que Ganime y Malinalli García se deciden a votar en congruencia con lo que ambas han peleado en la LVII Legislatura.


Entre la disidencia tricolor y los representantes de los partidos pequeños del Congreso local podrían impedir la mayoría calificada —conformada por 28 votos— que requiere la iniciativa Bailleres para ser parte de la Carta Magna, ya que con los 17 votos priistas alineados, más los ocho panistas apenas alcanzan los 25 sufragios.


La disidencia priista comenzó el jueves pasado, cuando Pablo Fernández pasó entre los curules la iniciativa para introducir el capítulo de “La Familia” en la Constitución y aquel día, legisladores como García Olmedo, Arriaga, Mario Méndez, Ganime, Malinalli García y Mauricio Hidalgo rechazaron la propuesta.


En las últimas horas, priistas como Jorge Ruiz, Gudelia Tapia y Josefina García, optaron por acatar las recomendaciones de su lideresa nacional Beatriz Paredes Rangel, quien avaló una carta dirigida al gobernador Mario Marín Torres que solicita la interrupción de una iniciativa plagada de conceptos de ultraderecha.


Fuentes del PRI explicaron a Cambio que uno de los principales factores para que las legisladoras del tricolor no se sumen a la rebelión es la antipatía que les genera Rocío García, la primera en alzar la voz para impedir la violación al Estado laico.

Operación cosmética


Ante la presión de organismos no gubernamentales, mujeres y medios de comunicación, los priistas Bailleres y Fernández del Campo se vieron en la necesidad de disimular su ideología ultraderechista y eliminaron del capítulo “La Familia” las referencias al matrimonio como base del núcleo familiar.


En la primera fracción que hasta el martes decía “Su organización sobre la base del matrimonio”, se abrió la posibilidad de reconocer a las familias diversas tanto en su forma de organización como en su integración. Y eliminaron también de la quinta “la obligación de los miembros de la familia a contribuir cada uno por su parte a los fines del matrimonio y a socorrerse mutuamente”.


Ahora la fracción primera establece solamente: “Su forma de organización” y en la quinta se eliminó la palabra matrimonio y el religioso verbo “socorrer” fue cambiado por “ayudar”.


También se eliminó la decimotercera fracción que decía: “Las uniones de hecho entre el hombre y la mujer, que reúnan las condiciones de notoriedad y permanencia, producen efectos legales correspondientes.”


Es decir, cualquier alusión a las parejas heterosexuales o convencionales fue eliminada, con la finalidad de que la Constitución reconozca a las familias diversas, integradas por madres solteras, padres solteros, lesbianas, gays o tutores, etcétera.


Otra fracción que provocó la molestia de mujeres dedicadas al servicio civil fue la novena, que hasta el martes decía: “El trabajo de la madre, en casa, debe ser reconocido y respetado por su valor para la familia y la sociedad”, que casualmente es similar al artículo 10 de la Carta de los Derechos de la Familia emitida por el Estado Vaticano.


El dictamen aprobado ayer en la Comisión de Gobernación determinó incluir el reconocimiento y el respeto al trabajo del padre casa “por su valor para la familia y la sociedad”.

 

Bloque opositor contra Prian

 

Coordinadores e integrantes de las bancadas del PRD, PT y Convergencia abandonaron la Comisión de Gobernación por la necedad de los prianistas Humberto Aguilar, Pablo Fernández, Eduardo Rivera y Leonor Popócatl, de imponer una reforma constitucional que quebranta el Estado laico al prohibir con conceptos religiosos la despenalización del aborto y la eutanasia.


En conferencia de prensa, los diputados de los partidos minoritarios acusaron a la Comisión de Gobernación, presidida por Fernández del Campo, de no darles condiciones para discutir temas tan relevantes y adelantaron que mañana votarán en contra y que si logran los trece votos, la reforma a la constitucional no pasará.


Y aunque Gustavo Espinosa, coordinador de la bancada de Nueva Alianza, no abandonó la Comisión de Gobernación, dijo que su grupo parlamentario retiró su apoyo a la denominada Iniciativa Bailleres, ya que considera que tiene un alto contenido doctrinario y ultraderechista que atenta contra el Estado laico y el progreso en la entidad.

 

Gustavo Espinosa, quien firmó junto a su compañero Daniel Contreras la iniciativa, aseguró que hubo un acuerdo con el PRI y con el PAN para que eliminaran los conceptos católicos que echan por la borda la despenalización del aborto y la eutanasia.

 

 

 

 

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