Friday, 29 de March de 2024


Si Rosario Robles tuviera dignidad…




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Y cuando algunos pensaban que el PRI había cambiado auténticamente, que se había convertido en un partido más democrático, que había aprendido la lección después de las derrotas electorales de 2000 y 2006 y que como partido en el gobierno respetarían la ley en el marco de un estado de derecho, vino la desilusión: el tricolor demostró que sigue siendo el mismo partido corrupto del sistema político mexicano.

            La explotación de la pobreza de los mexicanos para fines electorales no es un tema nuevo en la historia política nacional: más bien es un tema que se ha perfeccionado. En vez de abatirlo, persiste con métodos más refinados, acordes con la realidad social y con el marco jurídico vigente. Si antes la ley permitía algo que hoy se prohíbe, se le da la vuelta y se llega al objetivo deseado, y en esto el PRI es amo y señor de dichas prácticas tal y como lo atestiguamos esta semana en el caso SEDESOL-Veracruz.

 

 

            No podemos calificar de otra manera el caso Veracruz, sino como una auténtica vergüenza para nuestra democracia y para los programas de combate a la pobreza que se aplican desde el gobierno. Aprovecharse del dolor ajeno –ese que decía Carlos Castillo Peraza es el dolor evitable- para lucrar política y electoralmente es detestable, desde cualquier ángulo que se vea. Los priístas veracruzanos no han de estar mortificados por sus actos, mucho menos arrepentidos: en todo caso, deben estar decepcionados por haber sido sorprendidos con las manos en la masa. Lo malo no es violar la ley, sino que te cachen violándola dicen los cínicos, y con esta frase seguro se resume la actitud de los priístas desvergonzados que en Veracruz y seguramente en muchos lugares más de la república están haciendo de las suyas para ganar elecciones a toda costa.

 

 

            Ahora bien, caben las siguientes preguntas: ¿los priístas veracruzanos operadores de los programas sociales actuaron solos? O bien, ¿actuaron en consecuencia con la instrucción de sus superiores jerárquicos? Vamos a descartar la primera de las preguntas, por ser de carácter pueril dado que nadie cree, por ingenuo que sea, que toda una serie de programas sociales de una oficina como SEDESOL puede operar sin el correcto engranaje de la dependencia en su conjunto. En cuanto a la segunda pregunta, si los operadores de SEDESOL actuaron conforme a indicaciones, esto puede ser dudoso si atendemos a la objetividad. A menos que las pruebas supervinientes demuestren que en efecto hubo indicaciones de oficinas centrales de SEDESOL para que las delegaciones actúen bajo este perverso esquema de condicionar el apoyo a cambio de votos, lo cierto es que hasta ahora la Secretaria Rosario Robles ha negado la intervención de su persona – a través de una instrucción directa- o la del gobierno federal. Vamos a pensar que es así, pues mientras no haya pruebas en contrario, no podemos afirmar que la señora Robles dio indicaciones de lucrar con la pobreza en Veracruz. Sin embargo queda otra cuestión por dilucidar: si doña Rosario no dio indicaciones y las delegaciones de SEDESOL operan con criterio electoral los programas de combate a la pobreza, entonces ¿cuál control tiene la señora de su dependencia, esa que con tanto bombo y platillo se ufanó de encabezar desde el inicio del sexenio? ¿Será posible que la titular de una Secretaría de Estado no sepa cómo operan sus delegados en las entidades federativas? Pensar que ella ignoraba lo anterior es tanto como pensar que a un agente aduanal se le puede pasar un elefante sin declarar en la frontera del país.

 

 

            Por supuesto que Rosario Robles sabía, permitía y quizá instruía a los operadores de SEDESOL-Veracruz para lucrar con los pobres y lograr el objetivo de que el PRI gane los próximos comicios del mes de julio. En el resto del país, sobre todo en las entidades donde se celebraran elecciones como en Puebla, el PAN y el resto de la oposición deberán vigilar con lupa la instrumentación de los programas sociales del gobierno federal porque el PRI ha vuelto a las andadas, a sus orígenes grotescos. Ya hemos dicho en este espacio que la Cruzada contra el Hambre es una auténtica tomada de pelo porque no solo no atacará ese mal que el propio PRI legó durante décadas de mal gobierno, sino que será asistencialista y electorero. Por si fuera poco es un programa frívolo: el esquema contempla concursos de fotografías, cortometrajes, conciertos cuya entrada a los mismos se garantiza a cambio de un kilo de ayuda, likes en Facebook y dotación de cámaras fotográficas a los niños pobres para que vayan fotografiando su entorno y los mexicanos notemos cómo el PRI-gobierno va cambiando su realidad.

 

 

            Hizo bien el PAN en denunciar los hechos acaecidos en Veracruz y pedir la destitución inmediata de la señora Rosario Robles como Secretaria. Si tuviera algo de dignidad ya hubiera puesto su renuncia en la mesa, pero si no la tuvo cuando la descubrieron en actos de corrupción en el gobierno del DF, menos la tendrá ahora que se siente protegida por el principal cómplice de estos actos funestos: Enrique Peña Nieto.

 

 

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