Ya en varias ocasiones hemos analizado las similitudes entre ambos gobiernos: Intolerantes a la crítica, impositivos, autoritarios, despilfarradores, megalómanos, etc.

De hecho, pareciera que este gobierno es una continuación del anterior, una ampliación del régimen que tanto criticó Moreno Valle en su campaña. La verdadera reelección de Marín, se logró a través de Moreno Valle y no a través de López Zavala, ¡vaya paradoja!

Es el mismo libreto, los mismos personajes, los mismos escenarios, sólo que distintos actores; una obra que ya vimos los poblanos: El gobernador poderoso que tiene a su delfín, que aplasta a la disidencia, que premia a los agachones, y que beneficia a sus amigos y gente cercana, incluso a sus parientes…

En el sexenio pasado, Mario Marín se sentía con canonjías que lo llevaron a cometer muchos excesos. No se sentía “jefe de las instituciones”, sino DUEÑO de las mismas. Es por eso que, a uno de sus hermanos lo hizo diputado local, a su hermana diputada federal, a otro Secretario de Gestión del PRI, a otro empresario del fútbol, a su hijo Consejero Político Nacional, y una larga lista de etcéteras que incluían chamba para todos sus concuños, parientes, ahijados…

Nadie que no fuera cercano al ex mandatario tenía posibilidades de trascender en la política local, o dicho de otra manera, si no se contaba con los apellidos Marín Torres, o no se gozaba de la amistad del góber, no se podía aspirar a mucho…

Algo similar está ocurriendo en este sexenio. De entrada -y a pesar de que Moreno Valle se comprometió a no incluir a ningún pariente cercano en su gobierno- Fernando Manzanilla (cuñado del gobernador) fue designado Secretario General de Gobierno, es decir, el segundo hombre más poderoso del estado (algo que ni Marín hizo), y ahora, por supuesto, lo apuntala para hacerlo diputado y próximo líder del Congreso.

Pero no solo eso, resulta que el actual gober también tiene parientes que llevan su apellido, a los cuales últimamente “les ha permitido” que incursionen a la política (siendo que, antes de este sexenio, permanecieron en el anonimato total), tal es el caso de Alfredo Cornejo Moreno Valle, recientemente vinculado a los negocios el fútbol (como René Marín) y de Sergio Moreno Valle, quien recientemente apareció en algunos espectaculares y revistas (al más puro estilo de este sexenio).

Pero quizá el caso más grotesco e inverosímil, es el que realizó el día de ayer Moreno Valle, al hacer los enroques en su gabinete, derivado de la desbandada de Secretarios que van en busca de una diputación local (obvio, con el permiso y el apoyo del góber). Uno de ellos, Angel Trawitz -hasta ayer Secretario de Turismo y gente muy cercana al gobernador- fue sustituido en el cargo ¡por su hermano!, sí, así como lo lee: por su propio hermano. Es decir, ¿en todo el gabinete, en todo Puebla, en todo México, Moreno Valle no encontró a alguien más capaz para ocupar la Secretaría de Turismo, que el hermano del Secretario saliente? Simplemente no lo creo…

La designación no puede quedar en el simple anecdotario; entregar una Secretaría a una familia, es tanto como regresar a las monarquías medievales: Moreno Valle entregó una dependencia pública a una familia, cual si fuera un castillo, o una parcela. Los Trauwitz son poseedores de un pedazo del gobierno, o al menos ese es el mensaje que mandan. ¿Qué tan fuertes son los nexos (compromisos) entre la familia Trauwitz y el gobernador, que le obligan a respetarles su feudo? Sería bueno que el vocero del gobierno del estado (si es que ya está en funciones) explicara los motivos.

Penoso, increíble, molesto. Es lo que pasa por mi mente cuando veo las posiciones de este gobierno, y la manera en que son designadas. Pasamos de una dictadura, a un principado; pasamos del nepotismo marinista, a la monarquía morenovallista. Pobre de Puebla.