Saturday, 20 de April de 2024


La elección se vuelve a cerrar y llega la hora de los misiles




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A lo largo del fin de semana, el PRI repartió miles de discos con el video incriminador a las afueras de supermercados como Walmart y Aurrerá. Y literalmente tiró miles de volantes haciendo referencia al episodio en la Udlap. Consecuencia, el escándalo ya permeó entre los electores de todas las clases sociales

Señores, abróchense los cinturones porque hay campaña. Lo que parecía un día de campo para Antonio Gali Fayad y “Puebla Unida” luego de ponerse a 11 puntos de distancia de su rival tricolor apenas en la segunda semana de proselitismo, en cuestión de un fin de semana vuelve a convertirse en una reñida competencia de acuerdo con el tracking diario CAMBIO/Mas Data. Las tendencias parecían bien dibujadas: un Enrique Agüera estático en la barrera imaginaria de los 30 puntos y un Gali Fayad con el turbo que lo hizo ganar 6 puntos con el arranque de la campaña para abrir una brecha que lucía insalvable.

 

 

Pero no, la brecha entre ambos se ha vuelto a cerrar a 5 puntos, de tal forma que quitando el margen de error, nos regresa al punto original: un empate técnico, una elección cerradísima porque “Puebla Unida” no supo o no pudo rematar a su rival.

 

 

La gráfica es clara: no es que Enrique Agüera haya tenido una mejora en su posicionamiento, ya que de su originario 28.9 en dos semanas apenas creció un punto para colocarse con 30.2 por ciento. Mejor dicho, fue Gali quien perdió el terreno que ya había ganado. Cruzando variables, los electores “indecisos” o “volátiles” que ya se habían definido por el candidato de “Puebla Unida”, dieron marcha atrás y regresaron a su posición original. Ojo, esto no significa que se volvieron agüeristas. Simplemente se arrepintieron de elegir a Gali. ¿Y qué los llevó a arrepentirse?

 

 

Precisamente para esto sirve un tracking: para tomar el pulso diario de los acontecimientos y percibir las modificaciones de la opinión pública casi en tiempo real. El seguimiento CAMBIO/Mas Data indica que la candidatura de Tony Gali ya resiente el efecto de la campaña negra difundida por el PRI aprovechando los acontecimientos del “viernes negro” en la Universidad de las Américas. Y que la tarea de difusión fue eficiente pese a que la supuesta intolerancia no pasó por los medios formales, aunque sí por las redes sociales.

 

 

En efecto: a lo largo del fin de semana, el PRI repartió miles de discos con el video incriminador a las afueras de supermercados como Walmart y Aurrerá. Y literalmente tiró miles de volantes haciendo referencia al episodio en la Udlap. Consecuencia, el escándalo ya permeó y con la visión que inoculó la alianza “5 de Mayo”. Los negativos de “Puebla Unida” están a la alza, mientras que los positivos de Agüera están creciendo por primera vez.

 

 

En esa segunda variable puede ubicarse el efecto del spot “molotov” en el que el ex rector invita a los poblanos a quitarse la mordaza impuesta por el morenovallismo. El discurso de la falta de consenso en las obras y proyectos del gobierno estatal ha tenido un éxito relativo en determinadas audiencias inconformes.

 

 

La elección de Puebla capital nuevamente se ha cerrado y el morenovallismo dilapidó lo que había ganado en dos semanas. Eso no significa que Agüera ya encontró la forma de convencer a los poblanos de votar por él, ni que abandona la línea de estancamiento. Simplemente, con malas artes, encontró cómo frenar el crecimiento de su rival.

 

 

Así que llegó la hora de los navajazos: desde el búnker tonygalicista se promete una respuesta brutal que implica el lanzamiento de varios misiles, relacionado con “bacanales” de varios funcionarios de la BUAP en una casa de San Manuel. Escenas de amor, pudor y liviandad. Algo relacionado con Estomatología. El lanzamiento de la nueva versión de Jessica Zamitis, mejor conocida como “Miss Carnitas”, la amante adolescente de Mario Marín. Un escándalo que, precisamente, involucra algunos de los funcionarios marinistas destacados. O al menos eso dice Don Corleone.

 

 

La peor fase de la campaña está a punto de arrancar. La guerra sucia diseminada en internet hasta ahora resulta insuficiente, así como la batalla que libran los Agüerabots y los Tonybelibers en Twitter y que por momento es altamente ofensiva al punto de aburrir al respetable. Como nada de eso funcionó, llegó la hora de las granadas y misiles.

 

 

La campaña, pues, vuelve al origen. El cómodo colchón que Gali alcanzó con una campaña fresca se cayó. Tampoco implica que vaya perdiendo. Simplemente que el día de campo terminó, y que los estrategas de “Puebla Unida” deben encontrar la fórmula para que el candidato empiece a sumarle a la megacoalición, algo que todavía no ocurre. La inercia a la alza se terminó y ahora sí se verá de qué está hecho cada equipo.

 

 

Los misiles van a caer. Preparados para colisión.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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