Saturday, 20 de April de 2024


El Vale Meneses, el verdadero dueño de la ruta Bicentenario




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El Vale se entregó a él mismo la concesión de 30 unidades a través de un seudo empresario, Sergio Galindo, que fue presentado casi casi como el hombre de negocios de la década pese a ser un Don Nadie, quien de golpe y porrazo habría invertido 54 millones en la compra de las camiones Mercedes Benz. Nadie se tragó el cuento

La historia de la ruta Bicentenario es otra más de las corruptelas del marinismo que no parecen tener fin. Su protagonista en esta ocasión es el compadrito Valentín Meneses, el mejor amigo del “Góber precioso”, que en su sexenio lo fue todo: director de Comunicación Social, titular del DIF, dirigente estatal del PRI, secretario de Comunicaciones y Transportes, y finalmente, secretario de Gobernación. En todos los lugares donde estuvo se despachó con la cuchara grande, atento al apotegma del político que no pide que le den, sino que lo pongan donde hay. Su paso por la SCT también fue fructífero. En 2009, ya en la recta final del sexenio, Valentín Meneses concretó un proyecto genial: crear una nueva ruta que cruzara la ciudad a través del periférico ecológico y entregárselo a un prestanombres.

 

 

Sí, un negociazo que no tuvo mejor destinatario. “El Vale” se entregó a él mismo la concesión de 30 unidades a través de un seudo empresario, Sergio Galindo, que fue presentado casi casi como el hombre de negocios de la década pese a ser un Don Nadie, quien de golpe y porrazo habría invertido 54 millones en la compra de las camiones Mercedes Benz. Nadie se tragó el cuento y todo mundo supo que Meneses Rojas se había entregado a sí mismo un negociazo de los grandes, pues la tarifa, en cuestión de dos meses, se incrementó de 5 a 7 pesos con autorización del secretario porque “hacía recorridos suburbanos muy largos”.

 

 

La ruta Bicentenario fue presentada oficialmente el 14 de septiembre de 2009. Así lo contó el reportero Miguel Ángel Cordero para CAMBIO: “el evento tuvo la intención de presentar la nueva ruta que utiliza el periférico ecológico para que los pasajeros crucen la ciudad. El transporte que circulará sobre la vialidad mencionada tiene dos rutas; la primera, la roja, hace paradas en distintos puntos como la vía Atlixcáyotl, Zavaleta y llegará hasta Ciudad Universitaria; la verde va de Morillotla a Zavaleta y parte hacia la zona oriente de la ciudad. Ambas rutas tendrán un sistema de prepago y un monitoreo satelital.

 

 

“Las 30 unidades de la nueva flota requirieron de una inversión superior al millón 800 mil pesos por vehículo. Cada uno de los vehículos contará con sistemas de localización GPRS y GPS, los cuales permitirán monitorear desde una base a dichas unidades que serán conducidas por mujeres. Abraham Sánchez González, coordinador general del Transporte, destacó que en Puebla y en la zona conurbana existen más de 2 mil 200 habitantes, los cuales hacen en promedio 2 millones de viajes diarios”.

 

 

Las fotografías de la inauguración de la ruta Bicentenario, a la que por cierto no asistió Mario Marín, son elocuentes: un Valentín Meneses exultante, rodeado por la caterva de la SCT que lo acompañó en sus tropelías: Lázaro Jiménez, Anuar Musalem, Abraham Sánchez González y el “empresario” Sergio Galindo.

 

 

Apenas cuatro años después de su puesta en marcha, la ruta Bicentenario es un desastre pese a ser una de las que mayor aforo tienen, con la tarifa más alta, y por tanto, mayor rentabilidad. Nunca hubo sistema de prepago, y las mujeres conductoras fueron sustituidas a los tres días. Nada de monitoreo satelital. Negocio puro y vil.

 

 

El negociazo particular del “Vale” Meneses le costó la vida ayer por la noche a un poblano y heridas a otros 60 cuando unas de las unidades volcó por un claro exceso de velocidad. El chofer fue aprehendido afortunadamente, los heridos atendidos, pero el morenovallismo ha reaccionado con contundencia determinando cancelar la concesión por completo dado el vasto caudal de irregularidades. Contundente, quizá tardía, pero un marinista perderá uno de sus negocios corruptos.

 

 

“El Vale” Meneses estará unido por siempre al “Góber precioso”. Fue su vocero en la crisis de Lydia Cacho, y aún en los momentos más difíciles, mantuvieron inquebrantable su amistad. Todavía en la recta final del sexenio, ya en pleno proceso de transición, Valentín se dio el lujo de comprarse una notaría siendo secretario de Gobernación. Lo dicho: le sacó jugo a todos los puestos donde despachó y se despachó.

 

 

Ya veremos quién sale a criticar la cancelación de la concesión. ¿Hasta cuándo nos perseguirán las corruptelas del marinismo?

 

 

 

 

 

 

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