Friday, 29 de March de 2024

Memín Pinguín celebra sus 50 años

Martes, 05 Noviembre 2013 10:35
El dibujante Sixto Valencia Burgos evoca al personaje, a quien lo considera como un hijo; homenaje en el FESTO Cómic



 “Es como si hubiera tenido un hijo. Lo quiero igual. Ya es parte de mí: la manera como piensa, como camina. Siento que yo lo creé”, afirma entusiasmado el dibujante Sixto Valencia Burgos (1934) al evocar a Memín Pinguín, el famoso “niño negro con un alma muy blanca” que robó el corazón de los mexicanos durante las décadas de los 60, 70 y 80 de la centuria pasada.



El personaje que apareció por primera vez hacia 1943 en la revista Pepín, bajo el título Almas de niño, creado por Alberto Cabrera, adquirió una “chispa especial” en 1963, cuando Valencia Burgos ilustró las aventuras escritas ya por Yolanda Vargas Dulché, dando vida así hace medio siglo a Memín Pinguín como historieta independiente.



“Es un chico de ocho o nueve años, negrito, chaparro, calvo, con orejas prominentes y ojos de plato, que siempre estaba haciendo travesuras. Yo le puse los zapatos y la gorra de beisbolista con una M enfrente, porque yo de niño era un aficionado al beisbol, siempre iba al Parque Delta”, recuerda el historietista.



 “Algo que pocos saben”, confiesa en entrevista con Excélsior, “es que la gorra también actúa: si el niño se sorprende, la gorra se levanta, si está triste se va de lado. También le dibujé la camisa a rallas, el pantalón de mezclilla y los tenis de El Faro, una marca de ese entonces”, agrega.



De impecable traje café y sombrero de lado, don Sixto narra con nostalgia que siempre quiso escribir también las aventuras de Memín y su M’a Linda, quien lo corregía amenazándolo con pegarle con “tabla con clavo”, y de sus compañeros de tercero de primaria: Carlangas, Ricardo y Ernestillo.



 “Eran historias que hablaban del valor de la familia y de la amistad. Mostraban el México que muchos vivimos, cuando los niños jugaban en la calle con el aro o con el trompo. Aunque también había peligros”, añade.



El monero de 79 años dibujó para cada número de Memín Pinguín 32 páginas en tamaño carta, en sepia, y portada a color, que salieron durante 366 semanas, de igual número de capítulos de los que consta la primera edición, que tuvo una duración de  siete años ininterrumpidos.



 “Era una historia cíclica”, detalla don Sixto, “cuando se terminaba volvía a empezar, pues los chicos se encontraban a un mago que les adivinaba su pasado y ese era el pretexto para publicar de nuevo todos los capítulos”.



La segunda edición, que se publicó de 1970 a 1977, redujo su tamaño a media carta y experimentó un incremento a 372 capítulos, siendo los últimos seis de autoría gráfica y literaria de don Sixto, indica su hija Mónica Valencia, la principal promotora del trabajo de su padre.



Mónica coincide con Luis Gantus, experto en esta historieta, que en su momento de mayor popularidad alcanzó cifras de venta de un millón 500 mil ejemplares a la semana; es decir, unos seis millones al mes. “Lo que demuestra que realmente gustó a los mexicanos”.



Hacia 1986, Editorial Argumentos (Edar), fundada en 1956 por Vargas Dulché y su esposo Guillermo de la Parra, pidió a don Sixto hacer nuevamente el Memín Pinguín ahora a color, por lo que se realizaron todas las páginas de los 372 capítulos con portadas nuevas y diferentes a las ediciones anteriores.



 “Fue todo un reto meterle color. Yo tenía mucho miedo de que a la gente no le fuera a gustar; porque, por ejemplo, un basurero cambia mucho e implica más trabajo a color, pues hay que ponerle mil detalles”, señala el dibujante que estudió seis meses en la Academia de San Carlos.



Don Sixto también colaboró como ilustrador en las revistas El Ratón Macías, Cumbres de ensueño, Adelita y sus guerrillas y tuvo una corta participación en El Santo. Para Edar trabajó, antes del Memín, en El libro único, Criollo el caballo invencible, El látigo negro, Biografías selectas, El Charro de Oro y la revista Milagros de Cristo, con argumento de Yolanda Vargas.



Para Gantus, las historias de Memín Pinguín aún son vigentes por divertidas. “Nos seguimos identificando, aunque es un poco anacrónico ver a un niño viajando solo de México a Acapulco. Tal vez ya no se entiende en su contexto, pero sí en el fondo”.



Con motivo de los 50 años de esta historieta que se ha convertido en un icono, el Tercer Festival de Autores de Cómic FESTO Cómic presentará en el marco de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil, que se inaugurará el próximo viernes en el Centro Nacional de las Artes, una exposición que muestra la evolución histórica de Memín Pinguín.



Don Sixto confiesa que él hubiera querido hacer “un escándalo” por los 50 años de la historieta de Memín, pero está contento con que las nuevas generaciones de mexicanos lo conozcan.



Excélsior

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