La tierra tronó, los edificios cayeron, no parecía que sus habitantes pudieran recuperarse de algo así. Desde la destrucción de Tenochtitlan no había ruinas y dolor regado de tal manera por las calles de lo que antes era la laguna que albergaba a la ciudad que se vanagloriaba de estar en el centro del universo.

Diversos medios alrededor del mundo calificaron que “La Ciudad de México, el monstruo urbano, uno de los puntos más importantes del mundo, había sido borrado del planeta”.

Fueron los ciudadanos, los hombres de a pie los que ayudaron y reconstruyeron esta ciudad en la que ahora habitamos y que la recorren diariamente más de 20 millones de almas.

El gobierno de De la Madrid fue incompetente y no pudo responder ante algo tan terrible, solo fue la ciudadanía la que ayudó y levantó esta ciudad (esto le valdría al ex presidente miles de abucheos a la hora de inaugurar el Mundial).

De la Madrid hizo esta aparición 5 días después del desastre, en un tiempo en el que todo el mundo esperaba al presidente para actuar. Para entonces los voluntarios ya habían comenzado las labores de rescate.

Mucha gente fue voluntaria, de todos los estratos sociales.

Todos se solidarizaron, cada quien ayudó de la manera que pudo.

Como cada año, recordamos este incidente que nos mentaliza para evitar una catástrofe peor.

Pero también nos recuerda que alguna vez la ciudad se vio así y que pudimos sacarla adelante… en este país hay una valerosa ciudadanía que puede organizarse para crear y ayudarse entre sí. Ya lo hizo una vez (ya lo han hecho varias veces).

Fuentes: sopitas.com