Mientras que La Franja pasó de la mediocridad que vive en la liga, a la gloria de la copa al ganar el “Clásico de la Cemita” a los Lobos en penales, los dirigidos por “Chelís” deben concentrarse en el partido de la jornada 15 ante Pachuca.

El equipo camotero continuó sin demostrar una mejora en su accionar futbolístico en el partido de semifinal de la copa, por ello no tuvieron ni un día de descanso y ayer regresaron a los entrenamientos de cara al duelo de la jornada 15 el sábado a las 5 de la tarde, que además de la situación del descenso, marca el regreso al estadio Cuauhtémoc de uno de los últimos ídolos de la afición enfranjada, aunque por malas decisiones administrativas ahora viste la camiseta de Pachuca, Matías “El Chavo” Alustiza.

Puebla con el pase a la final de la copa ha bajado un poco la presión que rondaba el Cuauhtémoc, pero si quiere recuperar a toda la afición que un club con 70 años de historia merece, el equipo necesita salir de la zona de descenso y conseguir sí o sí un triunfo ante Pachuca.

Lobos puede ser campeón de la Liga de Ascenso

Por su parte, los Lobos BUAP pasaron el trago amargo que fue ser eliminados de la copa estando a un paso de la final, y ahora ya piensan en la otra final, la de la Liga de Ascenso. A diferencia del equipo poblano de Primera División, los universitarios sí lograron avanzar a la liguilla de la división de Ascenso y enfrentarán a Mineros de Zacatecas, un equipo que en la fase regular vino a llevarse los tres puntos del estadio universitario, pero que para los jugadores y cuerpo técnico, la liguilla “es otro torneo”.

Los pupilos de Ricardo Valiño entrenaron fuera de Ciudad Universitaria con ejercicios regenerativos y de toque de balón, buscando que la agilidad y la efectividad de los pases sean vitales para conseguir avanzar en la liguilla.

Para evitar empatar los horarios con el partido del Puebla FC, la liga cambió la hora del partido de Lobos y jugará en CU al medio día, un horario no habitual para ellos y que suele ser muy criticado porque el sol hace estragos en el nivel físico de los jugadores, y por ende, en el espectáculo.