Saturday, 20 de April de 2024

Crimen rinde culto a la Santa Muerte

Domingo, 13 Abril 2014 11:26
La autonombrada iglesia Santa Muerte Internacional cobra hasta nueve mil pesos por un ritual para proteger a delincuentes o ayudarles a evadir la prisión



En los santuarios de la Santa Muerte Internacional ofrecen “efectivos rituales” de protección para los delincuentes hasta por nueve mil pesos.



“Nosotros hacemos todo tipo de trabajos, es nuestra especialidad aquí. Son muchísimos rituales los que existen, demasiados. Están entre ocho mil, nueve mil pesos, pero ahora sí que yo te estoy hablando de efectividad. Nuestros trabajos son al 100%. Uno, por decir, gracias a Dios y a mi Flaca, ya tenemos esa gran experiencia”, comentó la encargada de la que se considera la principal sede de este movimiento en Tultitlán, Estado de México.



La mujer que atiende el santuario autodenominado Santa Muerte Internacional pide a quienes llegan a preguntar por los diversos trabajos que no tengan pena, al cabo que muchos de los “hermanos” que llegan al sitio son delincuentes.



“Ten confianza. ¿Para qué los quieres? Nuestros hermanos son de muchas cosas. Aquí uno les recomienda para que les vaya mejor en su trabajo, que se protejan”, indagó la señora, quien dijo desconocer la “esencia del delincuente” que se describe en el ritual del criminal incluido en el libro Santa Muerte Revelaciones, escrito por El Comandante Pantera. Se le mostró el ejemplar que se vende en la propia tienda, donde se menciona como uno de los 23 ingredientes para llevarlo a cabo.



“La verdad, no sé de dónde venga ese libro, eh. Ése no lo hizo él. Éstos son los libros del Comandante Pantera. Bueno, pon tú, él los hizo, pero más sin en cambio no dice cómo hacer los rituales.”



Se le presentó el ejemplar en la página 2 de la publicación que ella misma vende en la que viene en mayúsculas el nombre del autor: COMANDANTE PANTERA.



“Todo es mentira. ¿Por qué mentira? Pero no por el comandante. Si tú te das cuenta yo puedo hacer un libro pero yo no te voy a poner mis secretos aquí. Para que alguien te oriente de esos trabajos de protección, la verdad, no hay ningún número telefónico”, explicó.



Entonces, como menospreció los rituales del libro se le solicitó a la encargada una recomendación para dar protección a alguien involucrado con el crimen organizado: “Se necesita una veladora que los proteja, primero. Segundo, una veladora abrecaminos, para que él tenga abiertos los caminos. Lo puedes manejar de esa forma. Te va a abrir los caminos en el momento en que te encuentres en un apuro, te va a dar armonía, tranquilidad y te va a dar claridad a la mente, qué pensar primero, tranquilo y abrir para tener trabajo”.



Alertó que no cualquier persona puede hacer un ritual de la Santa Muerte y por ello su costo.



“De hecho, ustedes nunca se deben basar en los rituales, mucha gente por no gastar hacen los rituales de un libro y no te va a funcionar, porque no sabes ni cómo hacerlo. No saben ni cómo es, porque abren puertas las cuales ustedes ya no pueden cerrar y en lugar de ayudarlos, los joden.



“¡Aguas! Hay que saber abrir puertas y cerrarlas. No nada más es porque sí”, expresó.



Aseguró que ella y los demás encargados de la agrupación pueden hacer esos trabajos porque tienen capacitación y cuentan “con el permiso de Dios”.



“Nosotros, sabemos más cada día, porque nos vamos actualizando y no en libros de éstos, sino que ya practicando con muchas personas que tenemos el contacto”.



Además de los rituales, en el culto de la Santa Muerte Internacional se realizan ceremonias de “bautizo”, “matrimonios” —heterosexuales y homosexuales—, XV años, bendiciones de armas de fuego y de autos, lectura de tarot y limpias para que se mejoren la salud y la suerte con el dinero y en el amor.



La bendición de una pistola cuesta 200 pesos. Un colguije de bisutería con la imagen de La Niña Blanca cuesta 250 pesos, “pero te trae amor, trabajo y armonía”. Las veladoras, en color negro, verde y de las siete potencias, que tienen la oración de “la muerte contra mis enemigos” se venden en 50 pesos.



“La (veladora) negra, nosotros como santamuerteros la usamos como protección.”



En una bodega contigua a la tienda del santuario había un costal de yute amarillo con una gallina negra adentro, copal encendido y ramas de ruda amarradas. Todo estaba listo para iniciar una ceremonia.



Y para que los delincuentes tengan contacto con este ritual del libro del Comandante Pantera que supuestamente garantiza efectividad, y que hasta termina con la siguiente leyenda: “Y ahora sí, al momento de delinquir observa los sorprendentes resultados”, deben desembolsar primero los cien pesos del ejemplar.



El autor del libro o del manual de rituales, Jonathan Legaria Vargas, mejor conocido como Comandante Pantera o Padrino Endoque, acaparó primero los reflectores de la prensa en diciembre de 2007 cuando pagó por erigir la figura más grande del mundo dedicada a La Niña Blanca de más de 22 metros en fibra de vidrio y nombró a su santuario ubicado en Tultitlán, Estado de México, como Santa Muerte Internacional, y meses más tarde volvería a ser noticia cuando fue asesinado, mientras viajaba en una camioneta de lujo le dispararon 250 tiros de diversos calibres, como AK-47, AR-15, nueve y 45 milímetros.



El ritual del delincuente que el Padrino Endoque expuso en su libro Revelaciones para vender ejemplares a secuestradores, asaltantes y gente dedicada al crimen organizado que pretendiera esquivar a las autoridades, está basado en las enseñanzas de magia negra, vudú y el Palo Mayombe que él afirmó en la introducción haber aprendido en África.



En el libro, El Comandante Pantera resaltó la efectividad de sus rituales: “Te recuerdo, hermano, que este ritual ha sido totalmente probado en personas dedicadas al robo, asaltos...”



Antes de comenzar a revelar la lista de 23 ingredientes y las instrucciones para realizar el ritual del delincuente, también advirtió que es un acto celoso que se deberá practicar un determinado día cada uno de los 12 meses del año sin importar las inclemencias.



Entre los 23 ingredientes del ritual se incluye el arma con la que roban los asaltantes y una esencia de delincuentes que supuestamente se venden en templos de la Santa Muerte Internacional, pero que no se encontró en la principal sede de Tultitlán. “Si es una pistola, asegúrate de que tenga las balas puestas”, especifica el manual.



Pero además de la esencia del delincuente también hay otros dos ingredientes que se venden, según lo especifica el libro, sólo en tiendas de la Santa Muerte Internacional como las 6 veladores de protección cada una con un costo de 50 pesos y la imagen en bulto de La Niña Blanca de 1.10 metros, que supera los cinco mil pesos.



La frase entre paréntesis “(Únicamente se localizan en nuestros templos)” refiriéndose a los materiales que se necesitan para la efectividad de los rituales se repite al menos 20 veces en  ocho  de las 74 páginas del manual.



Uno de los ingredientes que más llaman la atención del ritual del delincuente, porque incita a los criminales a seguir buscando más víctimas, es un calcetín usado en el lado derecho del pie con un mínimo de 48 horas antes de haber cometido su último delito.



Una vez que el delincuente



reunió todos los ingredientes para su ritual, tendrá que repetir este conjuro: “Con este aire embriagador nublo los sentidos de mis enemigos y autoridades que pretendan alcanzarme y detenerme a mí (su nombre completo), dejándolos torpes e inútiles ante tu presencia sagrada”.



Entre las otras reglas que el culto impone a los delincuentes es que entre adoradores de la Santa Muerte deben de protegerse. Ricardo, el encargado del santuario de Tultitlán, dijo que un ratero devoto a La Niña Blanca jamás va a robar a un creyente del culto, porque “perro no come perro”.



 Altares, en carreteras copadas por el narco



El culto a la Santa Muerte está presente en las zonas controladas por el crimen organizado.



Los altares dedicados a La Niña Blanca sobre las carreteras dejaron de aparecer sólo en la frontera norte de México, donde los soldados y marinos destruyeron en enero pasado nichos en Matamoros, Tamaulipas, con ayuda de maquinaria pesada, ya que la alcaldesa solicitó su destrucción, por considerar que los criminales son los principales seguidores de este culto. Excélsior identificó otras capillas en la región de Tierra Caliente en Michoacán.



Este culto está relacionado con narcotraficantes, secuestradores y asaltantes. En los mismos santuarios hay letreros dirigidos hacia ellos: “Soy protectora de los delincuentes, pero robarme a mí y en mi casa ¡es tu muerte!”, se lee en el principal santuario de la organización Santa Muerte Internacional de Tultitlán, Estado de México.



Excélsior identificó un área de capillas en honor a la Santa Muerte en Múgica, en Tierra Caliente de Michoacán que, como en la región norte del país, también ha resentido el incremento de la violencia vinculada con el crimen organizado, sobre todo por el combate contra Los Caballeros Templarios, principal organización delictiva del estado.



“Muchos tienen un corrido/ el malo, el bueno y el fuerte/ hay de narcos y de damas/ y de ilegales sin suerte/ hoy le canto a la patrona/ a la Santísima Muerte”, dice la canción dedicada a La Niña Blanca interpretada por agrupaciones como Los Originales de San Juan y muchos otros.



La música norteña es muy popular en Tierra Caliente.



Las capillas de oración a la Santa Muerte se ubican en un ingreso carretero a Nueva Italia, en un puente vehicular conocido como El Marqués.



“Yo adoro y quiero a la muerte/ hasta le tengo un altar/ hay millones que le rezan/ la iglesia empieza a temblar/ abiertamente ya hay curas/ que le empiezan a rezar”, así cantan Los Originales de San Juan.



Nueva Italia es una ciudad importante del territorio dominado por el cártel de Los Caballeros Templarios.



En algunos de estos altares hay también imágenes de la Virgen de Guadalupe y frases escritas con aerosol: “Dios te ama”.



“Han transcurrido siete años de combate al crimen organizado, y es nula la minoría que se atreve asegurar de la existencia de un aparente vínculo entre narcos o sicarios con creencia cristiana alguna. Quien sostiene dicha incongruencia, es decir, puede ser resultado de un desconocimiento en el tema, en específico, que la fe católica promueve la defensa y preservación de la vida desde su concepción hasta su muerte natural”, afirmó Carlos Montiel, presidente del Consejo de Analistas Católicos de México.



A diferencia de los nichos demolidos por militares y marinos desde 2007 con los de Nueva Italia, era común encontrarlos en zonas donde el cártel del Golfo ha tenido la mayor presencia: Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, y uno de sus antiguos líderes, Osiel Cárdenas, siempre se le vinculó con este culto.



En dos residencias incautadas al cártel del Golfo hace más de diez años, una en Tamaulipas y otra en la colonia Lomas de Virreyes del DF, que servía de laboratorio, militares encontraron altares dedicados a La Niña Blanca. Además que desde Reynosa, Camargo, Ciudad Alemán y hasta Nuevo Laredo en los caminos había nichos dedicados la Santa Muerte.



Y aunque a Los Caballeros Templarios nunca se les había relacionado con la Santa Muerte, sí está documentado el adoctrinamiento religioso que recibían los integrantes de esta organización criminal por parte de Nazario Moreno, alias El Chayo, El Doctor o El Más Loco, aniquilado por las autoridades federales el pasado 9 de marzo y que el gobierno federal había dado por muerto en diciembre de 2010.



Hace unas semanas, autoridades federales revelaron que  testigos acusaban a El Más Loco de encabezar ritos de iniciación, en los que supuestamente se obligaba a nuevos integrantes a comer órganos humanos, como el corazón.



Otro de sus líderes, Servando Gómez, apodado La Tuta o El Profe, y quien ahora es la cabeza más visible de la organización criminal, en uno de sus primeros videos difundidos en YouTube habla acerca de los principios de la organización:



“Los Caballeros Templarios no somos ningún cártel, ni ningún grupo de la delincuencia organizada, somos una organización, una hermandad, que nos regimos y nos constituimos por medio de unos estatutos y unos códigos”, afirmó La Tuta, quien sostiene en con su mano derecha el Código de los Caballeros Templarios de Michoacán, un libro de bolsillo del que han aparecido ejemplares tras decomisos y capturas.



En la secuencia se aprecia una figura de Nazario Moreno con un atuendo estilo medieval, una espada, retratos de Ernesto El Che Guevara, una bandera mexicana y ejemplares de algunos de los libros  que escribió, como Pensamientos, considerado como una especie de Biblia para los integrantes del cártel michoacano.



“Es inadecuado el apelativo de esta organización criminal, porque la real orden de Caballeros Templarios protegía, durante la Primera Cruzada, a peregrinos que visitaban los lugares santos; en cambio, el cartel templario extorsiona e incluso ejecuta a sus propios vecinos”, explicó Carlos Montiel.



Es imposible relacionar directamente el culto de la Santa Muerte con alguna organización criminal, como lo hizo el cártel de Los Caballeros Templarios al tomar el nombre de una orden militar cristiana. Lo que sí es un hecho es que las filas para adorar a La Niña Blanca se están nutriendo por delincuentes en busca de mayor poder y protección, además de recurrir a una deidad que acepta con gran apertura a narcotraficantes, secuestradores y ladrones.



La misma filosofía de este culto, como la corriente Santa Muerte Internacional, arropa a los criminales: “Querido hermano y hermana, a ti que te dedicas al secuestro, al robo y a la prostitución, déjame decirte algo: jamás reniegues de lo que eres y lo que portas, solamente haz las cosas bien”, se lee en el libro Revelaciones, escrito por El Comandante Pantera, figura de ese culto.



“Cuando el interés económico ya no satisface las expectativas de vida de los narcos o sicarios, éstos buscan un sustento religioso para su protección y hacer daño a sus contrarios; recurren entonces la brujería y la Santa Muerte”, dijo Carlos Montiel, autor de La Fe de los sicarios.



Se han presentado casos de delincuentes que hacen rituales de santería, como Édgar Huerta Montiel, El Wache, un presunto zeta detenido en junio de 2011 y quien está vinculado con la matanza de migrantes en San Fernando, Tamaulipas. Declaró que fue a Cuba “para hacerse santo”.



“Te limpian y matan animales. Era como por protección”, afirmó en su interrogatorio.



Sin importar la zona geográfica o qué organización criminal predomine, los delincuentes están encontrando a un aliado en el culto a la Santa Muerte pues, como cantan Los Originales de San Juan: “Políticos y altos jefes/ hasta le tienen su altar/ yo le prendo sus velitas/ no es un delito rezar.”



Fuente: Excelsior

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