El gobernador Rafael Moreno Valle goza de privilegios de los que ningún otro mandatario puede jactarse. Se mueve a sus anchas por toda la república publicitando su imagen en cines y estadios de futbol. Hace alianzas y amarres políticos con gobernadores de otros partidos, como son los casos concretos de Javier Duarte de Ochoa de Veracruz y Manuel Velasco Coello de Chiapas. Toma el control de la campaña interna de Gustavo Madero y mueve a sus alfiles, torres, caballos y peones por todos los estados con absoluta libertad.

Y ahora, en medio de esta catástrofe de Chalchihuapan, la mayor de crisis de su gobierno y la misma que habrá de marcar su sexenio, el gobernador Moreno Valle sigue operando como si el gabinete federal no existiera.

Así es. Para @RafaGobernador el aparato federal es un ente ausente y omiso.

El pool de la alta burocracia que encabeza el señor de las pifias, Enrique Peña Nieto, permanece ajeno a todo lo que sucede en Puebla, incluyendo por supuesto Chalchihuapan.

En uno de los días más agitados de esta crisis social y política, Moreno Valle fue invitado por Peña Nieto a la recepción del presidente de Perú Ollanta Humala Tasso y fue sentado al lado del Secretario de la Defensa Nacional General Salvador Cienfuegos Zepeda. Como constancia de un gobierno federal que tiene en el gobernador poblano a uno de sus aliados.

Se dice que somos seres de hábitos, de costumbres, de rutinas. Que frente a hechos de diferente naturaleza solemos responder de la misma manera, por la fuerza de la costumbre.

Moreno Valle está respondiendo a la crisis de Chalchihuapan de la única que manera que sabe hacerlo: contraatacando. Rafael es un político de guerra, de confrontación, de choque. Y va a usar sus misiles en contra de quienes causaron esta crisis.

Como lo apuntamos, aunque camina sobre una cuerda floja, ni se va a bajar, ni va a retroceder.

Y hablando de pifias, ofrecemos una disculpa

La pasada entrega de Cúpula tuvimos un error por demás lamentable.

Señalamos que los escribanos del régimen señalan que así como Enrique Peña Nieto había superado la crisis de “Acteal”, de la misma manera Moreno Valle dejaría atrás el episodio de Chalchihuapan.

Por supuesto fue un craso y garrafal error  escribir “Acteal”, cuando la intención era señalar Atenco.

Ofrecemos una disculpa a nuestros lectores por esta pifia.

Sin embargo es buena oportunidad para hacer hincapié en lo que apuntamos la semana pasada.

No hay comparación entre Atenco y Chalchihupan.

Atenco fue una orden presidencial. En la brutal represión policiaca contra las mujeres y hombres de esa comunidad mexiquense participaron por igual corporaciones federales y estatales. Y el entonces gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto fue protegido, cobijado y solapado desde la residencia oficial de Los Pinos.

En Chalchihupan Moreno Valle va solo. Frente a un gobierno federal ausente y omiso.

Y subrayamos, mientras en las filas del Partido Acción Nacional hay un silencio sepulcral en torno  a Chalchihupan , en la izquierda las voces son incontenibles; léase Ricardo Monreal, Jesús Encinas, Fernández Noroña y hasta el dinosaurio priísta Manuel Bartlett conforman un frente que en diferentes tenores condena la gestión morenovallista.

Esas voces dinamitan el camino para una candidatura común entre PAN y PRD. Son cargas explosivas que hicieron inaccesible, intransitable el camino para una mega coalición.

El ya de por si descalificado Jesús Zambrano, el mismo que es objeto de rechiflas, mentadas y demás alusiones en los actos del perredismo, no tiene ni la autoridad moral, ni la fuerza para convocar a una alianza con el PAN.

Y el Senador de la República Miguel Barbosa Huerta, principal aliado de Moreno Valle dentro del perredismo nacional, ha hecho un significativo mutis frente al tema Chalchihupan.

A estas alturas del juego ¿quién puede operar a favor de Moreno Valle dentro del Partido del Sol Azteca?

Esa misma pregunta se están haciendo dentro de Casa Puebla.

Como siempre estamos a sus órdenes en cupula99@yahoo.com, sin mx.