Thursday, 28 de March de 2024


¿Moreno Valle pondrá gobernador?




Escrito por  José Zenteno
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La historia parece confirmar la clásica sentencia de que “gobernador no pone gobernador”. En alguna medida todos lo han intentado, pero la virtud del sistema político priísta de antaño impedía que esto ocurriera, ya que privilegiaba la permanencia del partido en el poder antes que el anquilosamiento de un mismo grupo. No fue hasta 2010 cuando Mario Marín intentó desafiar a la historia con la imposición de Javier López Zavala como candidato a gobernador, el resultado lo conocemos todos y el PRI lleva 4 años fuera del gobierno en el estado.

Rafael Moreno Valle ha reescrito parte de la historia política de Puebla con el solo hecho de haber derrotado al PRI en unas elecciones de gobernador. Seis años después, la sucesión de Moreno Valle tendrá como elemento sui generis la elección de un gobernador para un periodo de un año y ocho meses, sin que se renueven ayuntamientos ni congreso del estado ¿en esas condiciones podrá el gobernador imponer a su delfín y con ello volver a cambiar la historia?

 

 

Analicemos el detalle de la encuesta que se publicó en CAMBIO la semana pasada y antepasada. Hay elementos que nos ayudarán a evaluar cuales son las posibilidades reales de Moreno Valle de llevar a Casa Puebla a uno de los suyos.

 

 

Al revisar la citada encuesta, parecería que el PAN le lleva una ventaja significativa al PRI en la capital del estado, ya que tiene casi el doble de intención de votoy al menos 3 posibles candidatos con suficiente fuerza para ganar las elecciones. La afirmación es cierta con solo observar los números de manera superficial, sin embargo, el resultado puede distar mucho si el análisis se hace con mayor profundidad.

 

 

La encuesta en sus apartados de evaluación de autoridades y político electoral, expone una realidad que debería preocupar al gobierno del estado, antes que alegrarlo o hacerlo echar confianza. La base de apoyo social del gobierno y su partido -el PAN- no supera un tercio de la población. Veamos por qué: el acuerdo total con la gestión del gobernador es de 24 %; el 30.2 % opina que Moreno Valle ha transformado a Puebla para bien; el 32.7 % está totalmente de acuerdo con la inversión en grandes obras en la ciudad; solamente el 32 % opinó que la planificación de las obras viales fue correcta; el 26.7 % se dice identificado con el PAN; el 29.7 % prefiere la continuidad del grupo de Moreno Valle en el gobierno del estado; el 31 % votaría por el PAN para gobernador; solo Eduardo Rivera alcanza 30 % de potencial de voto. Con estos indicadores se puede afirmar que un tercio de la ciudadanía respalda el proyecto del gobernador. Sin duda es la minoría más fuerte, pero minoría al fin.

 

 

Ahora veamos el reverso de la moneda de los mismos indicadores:

 

 

El 27 % está totalmente en desacuerdo con lo realizado por Moreno Valle; el 43.7 % opina que el gobernador solo ha trabajado para engrandecer su propia imagen; el 77.2 % prefiere que los recursos públicos se inviertan en atender problemas de las colonias que en grandes obras; el 59.2 % opina que la ejecución de las obras estuvieron mal planificadas por los daños causados a los ciudadanos; 43.3 % no se identifica con ningún partido; el 40.3% prefiere que el próximo gobernador pertenezca a un grupo político distinto al de Moreno Valle; el 69 % prefiere votar por otra opción distinta del PAN y ninguno de los aspirantes panistas tiene mayor potencial de voto que su partido.

 

 

Lo anterior demuestra que más de la mitad de los poblanos no está del todo conforme con el trabajo de la actual administración y que tampoco prefiere la continuidad del grupo político en el poder. Si esto fuese falso, los personajes políticos ligados al morenovallismo superaría la intención de voto del PAN y aparecerían en primer lugar, pero ni Martha Erika Alonso (esposa de Moreno Valle) ni Tony Gali, logran mayor intención de voto que el partido. Eduardo Rivera consigue el mayor potencial de voto precisamente porque no lo perciben como integrante del grupo en el poder.

 

 

Por otra parte, la encuesta demuestra que los ciudadanos independientes superan a los simpatizantes del morenovallismo. Esos son los electores que le dieron el triunfo a la coalición opositora en 2010 y bien podrían otorgarle la victoria a una nueva oposición en 2016. Sin embargo, hasta ahora nadie se perfila como catalizador de ese ánimo de cambio que subyace en la conciencia de la mayoría de poblanos.

 

 

Lo interesante es que no todo está dicho en la carrera por el 2016 y es previsible que Moreno Valle enfrente más resistencias de las que calculó cuando introdujo la mini gubernatura. En mi opinión la elección está abierta para cualquiera, tanto el PRI como los partidos de izquierda tienen manera de construir candidaturas que desafíen a la maquinaria electoral del gobierno. Nuestra encuesta descubre algunos elementos, habrá que estar atentos a otros factores que pueden definir el resultado electoral del 2016.

 

 

 

 

 

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