Thursday, 25 de April de 2024


Salario mínimo: un recuento de posturas controversiales




Escrito por  Dr. Guillermo Deloya Cobián
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Bienvenidos al debate sobre el salario mínimo, así esté amañado de origen, contenga una alta dosis de oportunismo ose origine en el ocio político que convocan los partidos que de pronto se han quedado sin agenda. Siempre será mejor –al menos para quienes amamos ese género moderno de la comunicación–debatir una controversia sin resolverla, que resolver una controversia sin debatirla, como decía Joseph Joubert.

Tenemos temporada de lluvias, donde hemos visto llover cifras para mostrar el innegable deterioro del salarioen los últimos lustros, y para proclamar que éste ya no alcanza para nada. La verdad es que la convocatoria para el debate conlleva una porcióngrande de oportunismo y de terapia política para quienes después de la reforma energética y frente a su elección interna, necesitan motivos para mantenerse en el escenario político y ante los medios de comunicación.

 

 

Las propuestas del PRD,que la semana pasada se escucharon en su foro u observatorio sobre el salario mínimo, van desde un aumento de casi 50 a 1000 por ciento, atendiendo las declaraciones del jefe de gobierno del DF o del coordinador perredista en el Congreso, respectivamente.

 

 

Por ahora, las propuestas para multiplicar las percepciones de los trabajadores y desaparecer la Comisión Nacional de los Salarios Mínimosse presentan plagadas de lugares comunes; como una panacea que todo lo resuelve: que significa un acto de justicia,que distribuiría mágicamente el ingreso y que sería un remedio infalible para dinamizar el mercado interno y hacer despegar la economía.

 

 

No es suficiente envolverse en el artículo 123 constitucional para hacer la proclama; será necesario sostener una argumentación técnica para avanzar en el terreno salarial, que efectivamente muestra rezagos que amenazan la cohesión y la paz social y que abren espacios para el oportunismo de algunos actores políticos.

 

 

Ya se repitió hasta el cansancio que el salario mínimo no es hoy lo que fue en otro tiempo, donde la inmensa mayoría de los trabajadores percibía ese nivel de remuneración; hoy se supone que sólo lo recibe el 7.5 por ciento, es decir 6.7 millones de los casi 50 que sumala población ocupada de México; mientras que el promedio de percepciones por trabajo del sector formal se ubica entre tres y cuatro salarios mínimos.

 

 

La verdad es que el salario mínimo desde hace algunos años es más bien una unidad de cuenta, que sirve para realizar algunos actos administrativos como fijar multas, impuestos, derechos, tarifas, seguros y pensiones, hasta las prerrogativas de los partidos se miden en salarios mínimos. El SM está presente en más de 300 leyes y normas y en más de 800 conceptos administrativos. Modificar el sentido del salario mínimo como referencia obligada, significaría un buen esfuerzo legislativo e institucional, pero sobre todo debería quedar claro si es que con ello se recupera el poder adquisitivo delos salarios, que es lo que importa.

 

 

El gobernador del Banco de México, encargado de mantener la estabilidad de precios, y algunos representantes empresariales, han argumentado que si el aumento del salario viene por decreto, independientemente de la productividad, se estará desatando el fantasma de la espiral inflacionaria y enviando el mensaje de que la estabilidad ya no es estratégica en el manejo macro de la economía mexicana, y que de poco nos sirvió la pesadilla inflacionaria de los años 80.

 

 

Como todo el mundo sabe, estabilizar a la economía mexicana, después de que alcanzara tasas inflacionarias mayores al 100 por ciento, en algunos años de la década de los 80, precisamente cuando los aumentos al salario mínimo eran de 20 o 30 por ciento, requirió de grandes sacrificios de la población,dejó altos costos políticos para algunos partidos y lecciones amargas para todos.

 

 

(*) Presidente nacional del ICADEP del PRI.

 

 

 

 

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