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Esto fue lo que le pasó a Sheri Emerson, una joven del Reino Unido quien, a manera de comfort, le enviaba mensajes de texto a su abuela muerta, quien fue enterrada con su teléfono celular. Durante tres años recurrió a esa práctica hasta que un día, al enviar un texto donde contaba algunas cosas que le habían pasado, recibió de respuesta: "Estoy viendo por ti y todo va a ir bien. Sólo déjalo pasar". Cosa que le alteró los nervios.
Más allá de pensar en un posible contacto con un mundo extraterreno (aunque posiblemente la idea sí cruzó por su mente en algún momento), se imaginó que su abuela seguía viva o alguien había exhumado el cuerpo de su abuela, robando los objetos con los que fue depositada en su tumba.
Decidida a resolver el misterio, Sheri marcó el número de su familiar, cuál sería su sorpresa al escuchar la voz de un hombre quien, de una manera muy amable, le explicó que recibió ese número al contratar su línea móvil y que pensó que el mensaje era una especie de broma de alguno de sus amigos. Posteriormente, la empresa telefónica O2, mencionó que efectivamente, reasignó el número. Lo que molestó mucho a la familia, pues se les aseguraron que eso no pasaría.