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El gobernador de Texas, Rick Perry, reviró al presidente Enrique Peña Nieto, y aseguró que no hay marcha atrás en el despliegue de la Guardia Nacional para reforzar la seguridad fronteriza.
Y es que luego de que se hiciera público el despliegue de los efectivos estadounidenses, el mandatario mexicano consideró que esa acción no sólo es "no sólo es desagradable, sino yo creo que es condenable".
Para Peña Nieto, los pasos dados por el gobernador texano no se inscriben en el espíritu de cordialidad y amistad que debería de existir entre países vecinos.
Al respecto, el diario El Universal buscó la respuesta de Perry, y en su oficina respondieron que seguirán trabajando con el Gobierno de México en el tema migratorio, sin embargo sus "fronteras no deben estar abiertas y vulnerables a la explotación de criminales despiadados".
De acuerdo con la secretaria de Perry, Lucy Nashed, el gobernador está enfocado en asegurar que los cárteles de la droga y otros criminales no tengan paso libre en Texas y el resto de la nación.
