El séptimo reporte de la ONU sobre los derechos humanos en el convulso país refleja que desde mediados de abril último hasta el 18 de noviembre la violencia ha cobrado más de cuatro mil 300 vidas, mientras los heridos y desplazados ascienden a nueve mil 921 y 466 mil 829, respectivamente.

A partir de la entrada en vigor del alto el fuego, el 6 de septiembre tras los acuerdos de Minsk, casi mil ucranianos murieron en las ciudades de Donetsk y Luhansk, en la región del Donbass, precisó el texto elaborado por la misión de 35 expertos de Naciones Unidas en derechos humanos desplegados en el terreno.

Según el reporte, continúan las violaciones de los derechos humanos en la crisis, lo cual ratifica la urgencia de buscar una salida pacífica a la misma, en aras de salvar vidas y evitar daños mayores a la población civil.

Respecto a las continuas denuncias del empleo por el ejército de bombas de racimo contra áreas urbanas controladas por los federalistas, quienes proclamaron la independencia de Donetsk y Luhansk, el equipo de la ONU pidió investigarlas de manera urgente y profunda.

Al igual que en anteriores informes, se acusa a los rebeldes de varios delitos, incluyendo ejecuciones sumarias y torturas, y a Rusia de tener personal militar en el conflicto, una postura rechazada por Moscú, que califica de parcializado el análisis de la situación.

A propósito del reporte, el alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid RaâÖad Al Hussein, pidió a las autoridades de Kiev y a los rebeldes esfuerzos para poner fin a la crisis.

"La lista de víctimas civiles sigue creciendo, entre ellas mujeres, niños, minorías y otros sectores vulnerables, por el estancamiento político en Ucrania", precisó.

El conflicto en el sureste de ese país ha sido debatido más de 20 veces en el Consejo de Seguridad, donde Rusia y occidente (Estados Unidos y la Unión Europea) muestran posiciones opuestas, aunque coinciden en la importancia de una solución negociada al conflicto y de respetar los acuerdos de septiembre en Minsk, Belarús.

Desde el golpe de Estado que sacó del poder en febrero pasado a Víktor Yanukóvich, Moscú ha denunciado la injerencia de occidente en Ucrania y la intención de la OTAN de acercarse a las fronteras rusas.

Por su parte, Washington y Bruselas acusan a Rusia de respaldar a los federalistas sublevados en Donetsk y Luhansk, por lo que ha impuesto múltiples sanciones económicas contra el gigante euroasiático.

Fuente: Prensa Latina