Como en los tiempos del exgobernador  Mario Marín Torres (2005-2011), quien durante el escándalo del “Lydiagate” se escondía para realizar sus eventos, el mandatario actual Rafael Moreno Valle se reunió este lunes con un grupo de maestros del Sindicato Nacional de Trabajadores (SNTE) en privado para entregar estímulos a personal de Apoyo de Asistencia a la Educación que cumple entre 10 y 60 años en el servicio.

Hubo indicaciones de no dejar pasar a los trabajadores de los medios de comunicación, se colocaron al menos dos filtros para corrobar que quienes se ostentaban como profesores realmente lo fueran.

Esto, a dos días de la muerte del menor de 13 años, José Luis Alberto Tehuatlie Tamayo, víctima de un enfrentamiento entre pobladores de San Bernardino Chalchihuapan y policías del estado en la autopista a Atlixco el pasado 9 de  julio, y a unas horas de que el gobernador se reuniera con dueños y directores de medios de comunicación para darles línea en cómo abordar el tema del deceso, pues ha sostenido la versión en que no fue una bala de goma lo que hirió al estudiante de secundaria en la cabeza sino un cohetón lanzado por los campesinos.

En medio del escándalo que ha alcanzado niveles internacionales, Moreno Valle se ha tenido que esconder no sólo de los medios críticos sino también de los oficiales en sus eventos, pues ha optado en no invitarlos y si estos llegan, no dejarlos pasar o mandarlos a sacar con guaruras y policías.