El procurador de Puebla, Víctor Carrancá Bourget cambió la versión sobre la causa que provocó la muerte del niño José Luis Tehuatlie Tamayo durante el enfrentamiento entre policías y pobladores de Chalchihuapan el pasado 9 de julio, pues pasó de asegurar que fue un cohetón a que se trató de un objeto explosivo que generó una “onda expansiva”, por lo que en la herida no se encontraron rastros de pólvora.

Según el titular de la PGJ, la onda expansiva fue tal que le provocó “el desprendimiento de hueso en el cráneo”.

En entrevista para Noticia MVS primera emisión, el funcionario reconoció que no se encontraron residuos de pólvora en el área en donde le fue causada la herida al menor de 13 años, pero sostuvo que no fue una bala de goma lo que le causó la herida. En todo momento deslindó que hayan sido los granaderos que participaron ese día en el operativo quienes tengan la culpa.

En todas las entrevistas que el funcionario local ha concedido sobre el tema a medios nacionales, ha tratado de responsabilizar a los pobladores de San Bernardino Chalchihuapan, a pesar de que en otras explicaciones que ha dado como a la periodista Denise Maerker, reconoció el pasado martes que su dependencia aún no cuenta con algún peritaje emitido por la Policía Científica Federal o la Procuraduría General de la República (PGR) para afirmar que fue un cohetón lo que provocó la herida mortal.

Su versión también ha contradicho al gobernador Rafael Moreno Valle, pues durante la reunión que éste sostuvo el pasado domingo con un grupo de dueños y directores de medios de comunicación oficiales, les aseguró que su gobierno contaba con tales estudios y que reforzaban la teoría del cohetón.

En la entrevista de ayer con MVS afirmó que sus conclusiones se desprenden de un dictamen que realizó personal de su dependencia, “tras revisar los objetos que se utilizaron en la manifestación, así como los videos de los hechos” suscitados en el kilómetro 14 de la autopista Puebla-Atlixco.

Carrancá reconoció que para dispersar a los manifestantes aquel día se utilizaron lanzagases, pero estos no habrían impactado al menor de 13 años.

Refirió que los cohetones se lanzaron directamente a la Policía “pero pudieron haberse dirigido a la zona en la que precisamente se encontraba el niño”, ya que también cambió la teoría en que el niño no formaba parte de los manifestantes sino que se ubicaba a un lugar distinto desde donde pudo haber llegado la “onda expansiva” que le dañó la cabeza, causándole finalmente la muerte el pasado sábado.