Cuando el Partido Acción Nacional se fundó nunca se pensó en un partido sujeto a una sola persona, nuestro diseño de partido está conformado por estructuras nacionales, estatales y municipales que tienen cierta independencia de acción.

La democracia representativa de manera interna, tiene su motor en el voto directo de la militancia, del comité municipal y estatal, lo que garantiza equilibrios internos que nos dan viabilidad, cohesión y unidad interna suficiente para enfrentar con éxito los retos externos en favor de México.

El profundo espíritu democrático, al que me he referido en varias ocasiones, mismo que da congruencia a nuestro partido, es el fundamento medular en la confirmación de nuestros órganos internos, quien es electo consejero o consejera, presidente o miembro de cualquiera de las estructuras en todos los niveles de organización, tiene una responsabilidad directa con quienes lo eligieron, incluso con quienes no, pero participaron en esos procesos. Adolfo Christlieb Ibarrola decía: “las generaciones que cambian, por encima del atractivo que representa el poder, deben pensar en la democracia como en una capacidad general de servicio; concebir el ejercicio del poder como un resultado de la participación de todos en la vida política de la Nación, y aceptar que la democracia, cuyo fundamento está en el respeto a los derechos esenciales de la persona humana, implica como consecuencia necesaria la convivencia de grupos políticos diversos”.

Todos quienes participamos en cualquiera de los órganos internos del partido tenemos la representación de los militantes y a ellos debemos dar respuesta de nuestros actos u omisiones, en el ejercicio de ese encargo, y de igual manera debemos ser respetados, porque la militancia confió en nosotros.

Así que los órganos y el partido son en suma la estructura legal de nuestra organización, la representación directa de todos los militantes y los depositarios de principio democrático de nuestro partido.

Por ello, es reprobable que se atente contra ellos por una persona o un grupo a través de la presión, el chantaje o el condicionamiento. No sólo por sus personas, que ya por ello es grave, además a quienes representan.

No se puede violentar y vulnerar a los órganos del Partido para torcer peticiones y decisiones que estos tomen. A los consejeros estatales, nacionales y miembros de los órganos del partido no se les puede intentar comprar, mucho menos amenazar sin que nada suceda, el PAN en su conjunto debe reaccionar para evitar esto.

El intentar coartar el libre albedrío de quienes representan al PAN constituye en sí mismo una agresión al partido, una deslealtad, ya que cuando se trastocan en su conciencia se trastoca de manera general la conciencia del Partido.

Si la conciencia del PAN no es libre, democrática y conserva el respeto a la dignidad de la persona, estamos lejos de nuestra mística, lo que es muy grave y no podemos quedarnos con los brazos cruzados porque Acción Nacional debe ser internamente fiel a lo que persigue externamente, son hechos que no se pueden dejar pasar.

Ante posibles hechos de esta naturaleza que tengo conocimiento, se han llevado a cabo en últimas fechas, con algunos integrantes de diferentes órganos del partido. Ofrezco mi solidaridad y apoyo, estoy seguro que sabrán actuar de la manera correcta, defendiendo todo aquello que nos identifica, defendiendo su nombre, su prestigio aquilatado durante años de militancia, ante la necesidad de hacerlo y evitar desmerecer al panismo que los sigue apoyando. Hacerlo significará defender con orgullo la congruencia y pertenencia al Mejor Partido de México.

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Debido a ciertas declaraciones vertidas en días pasados, me permito esclarecer que el Comité Directivo Estatal que tengo el honor de presidir, tal como lo afirmé en repetidas ocasiones, se mantendrá hasta concluir el periodo para la que fue electo, es decir, hasta el mes de diciembre de este año. Por tanto, sólo se renovará en la elección del próximo mes de agosto la dirigencia nacional.