Thursday, 28 de March de 2024

Martes, 05 Enero 2016 02:43

Actitud ante los malos presagios




Written by  Irma Sánchez

Estrenemos ánimo, pongámonos cómodos y cambiemos de actitud ante el mundo para comenzar este 2016, porque lo que viene no resulta halagüeño en la parte que más sensible nos resulta: el bolsillo.


Si bien salimos de un año difícil, aguas, porque éste que comenzamos no será cualquier cosa, por lo que lo recomendable es cambiar la actitud para no ahondar y recrudecer los problemas.

 

El 2015 lo terminamos con un dólar a 17 pesos con 53 centavos en algunos lugares. Y éste lo comenzamos ayer entre 17.42 y 17.94.

 

Hay que recordar que algunos analistas lo pronosticaron  y advirtieron que bien podría dispararse hasta los 20 pesos.

 

No se trata de asustar a nadie, y disculpas si esta información resulta alarmista, pero las primeras señales financieras del 2016 obligan a replantear la urgencia de actuar con responsabilidad y prudencia en nuestras finanzas personales.

 

Hay que ubicarnos que por tradición en el mes de enero nos enfrentamos a la famosa “cuesta de enero”, después de que con los abusos en las fiestas decembrinas agotamos los recursos ordinarios y extraordinarios.

 

A este cuadro “básico y normal” de cada año, hay que asimilar que las cosas no mejoran en el mundo, por el contrario, según se observó ayer con el desplome de los mercados financieros en Asia, en donde la bolsa de China incluso tuvo que interrumpir sus operaciones a media jornada, cuando registraba una caída del 7 por ciento. Tendencia que se extendió a los mercados europeos en donde el retroceso fue en promedio del 4 y 5 por ciento, y unas horas después a Estados Unidos en donde Wall Street y la Bolsa Mexicana de Valores sucumbieron con el impacto del dragón chino.

 

En síntesis esto configura un panorama cargado de retos para las economías del mundo, fenómeno que hay que entender y atender con la prudencia en el manejo de las finanzas a partir de las personales, ante los últimos compromisos familiares y sociales ahora con los reyes magos.

 

En este contexto, cuesta trabajo admitir que el año que finalizó, mientras todos restaron en sus ahorros, los que obtuvieron un halagüeño rendimiento fueron aquellos que atesoraron dólares por diferentes motivos, los cuales alcanzaron un rendimiento insólito del 17.7 por ciento.

 

Es decir, quien comenzó el 2015 con un dólar en el bolsillo, al cierre del año ganó 2 pesos con 62 centavos, que analizado de otra forma, significó un encarecimiento de 2 pesos con 62 centavos.

 

Esta utilidad contrastó con la pérdida y mínimas ganancias que se lograron al correr el año con los ahorros de renta fija y variable, mismo que llevaron a perder a muchos ahorradores.

 

En esta crisis la caída de los precios del petróleo terminó golpeándonos a todos los niveles de la crisis que ya muchos enfrentaron con sangre, sudor y lágrimas en el 2008.

 

Lo peor de todo esto es no entender la lección y repetir los errores.

 

Usted elije en un mar de oportunidades para tomar decisiones.

 

Lo recomendable, dicho hasta el cansancio, es actuar con prudencia y asumir una actitud  a prueba de fuego, porque hay que tener en cuenta que este 2016 podemos ser sorprendidos con aparentes buenas intenciones dentro del calendario político que viviremos.

 

Y si le buscamos, encontraremos mejores opciones, caminos menos escabrosos y oportunidades que habrá que descubrir en primera persona, conscientes de que nadie hará nada por resolver “nuestros problemas”.

 

En una revista a las finanzas personales y los rendimientos que se tuvo el año pasado se confirma que el instrumento que aportó la mayor utilidad fue el billete verde, por encima de todos los instrumentos de renta fija y variable y las inversiones inmobiliarias.

 

En el 2015 los ajustes a que fue sometida la moneda internacional por los altibajos de los mercados internacionales la llevó a colocarse por momentos muy cerca de los 18 pesos, después de haber iniciado el año a una cotización de 14 pesos con 74 centavos.

 

Esta trayectoria lo llevó a encarecer en un 17.7 por ciento, que dicho de otra manera, representó una utilidad de 17.7 por ciento para quienes contaban con dólares desde el arranque del año.

 

Utilidad que ningún otro instrumento aportó, en el año en el que el petróleo, nuestro “oro negro” tuvo una caída en sus precios del 40.74 por ciento.

 

La crisis del 2015 hoy se puede afirmar que resultó equiparable a la del 2008 que cobró la vida de muchos negocios y dejó en el piso a fuertes inversionistas y ahorradores.

 

 

 

 

 

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