Thursday, 25 de April de 2024

Viernes, 06 Marzo 2015 02:44

Peña cerró 2014 con repudio del 75 % de los mexicanos, y así premia a David López




Written by  Arturo Rueda

Seamos realistas: la tecnología alcanzó a David López, un hombre de 65 años para el que ya es difícil adaptarse a un nuevo ecosistema mediático caracterizados por las redes sociales, la información en tiempo real, y el periodista como modulador de la opinión pública, pero ya no como creador. ¿Qué es Facebook y Twitter, debe preguntarse el veterano funcionario, y por qué carajo hay que hacerles caso si tenemos controlada la televisión, los principales medios y “centaveados” a una larga lista de periodistas?


En la marea de renuncias que se darán este fin de semana para cumplir el requisito constitucional de los 90 días, destaca por su trascendencia la de “Don” David López Gutiérrez, fallido director de Comunicación Social de la Presidencia que quiso trasplantar el modelo mexiquense de cooptación de la prensa, inadecuado e inviable para la nueva realidad tecnológica. No le toca, pero también debería irse Alejandra Lagunes, la responsable de la estrategia digital. Ambos funcionarios han sido determinantes en el desgaste exagerado de la figura presidencial, cuya aprobación tocó el mínimo histórico en diciembre, y tras una levísima recuperación, hoy anda en un 70 por ciento de rechazo al trabajo de Peña Nieto. ¿Qué desastre hicieron en Comunicación Social?

 

El pésimo trabajo de David López en Presidencia será premiado con una diputación plurinominal, más como una salida digna para recompensar lo que sí hizo bien en el Estado de México, donde aplicó el modelo de cooptación a la prensa y la radio. Su adelantada candidatura a Los Pinos, así como sus acuerdos personales con Televisa, además, le dieron a Peña Nieto un halo de protección que se mantuvo intacto a lo largo de su sexenio como gobernador. El modelo, incluso, alcanzó a funcionar en la campaña de 2012, aunque las grietas empezaron a verse. Lógicamente, Peña Nieto decidió entregarle la Comunicación Social de la Presidencia, pero ya en una lógica disfuncional.

 

Seamos realistas: la tecnología alcanzó a David López, un hombre de 65 años para elque ya es difícil adaptarse a un nuevo ecosistema mediático caracterizado por las redes sociales, la información en tiempo real, y el periodista como modulador de la opinión pública, pero ya no como creador. ¿Qué es Facebook y Twitter, debe preguntarse el veterano funcionario, y por qué carajo hay que hacerles caso si tenemos controlada la televisión, los principales medios y “centaveados” a una larga lista de periodistas?

 

Nada refleja mejor su poco entendimiento de la nueva realidad mediática que los rendimientos decrecientes en la opinión del desempeño de Peña Nieto según marcan las encuestas. El ejercicio realizado por Héctor Aguilar Camín en Milenio es revelador, basado en un artículo del encuestador Ulises Beltrán en Nexos: la calificación al presidente siempre fue a peor, no a mejor.

 

“La curva de acuerdo y desacuerdo con Peña Nieto es más que reveladora. Empieza con una aprobación de 43 por ciento en enero de 2013 y se catapulta a un 55 por ciento en marzo, por la detención de la dirigente del magisterio, Elba Esther Gordillo. Se sostiene arriba de 50 por ciento hasta el mes de julio, en que lo despeñan dos acontecimientos: el inicio de las marchas de la CNTE y el anuncio de la reforma fiscal. En octubre de 2013, la aprobación de Peña Nieto es de sólo 35 por ciento.

 

“Durante los meses siguientes el presidente gana puntos hasta volver, en septiembre de 2014, al grado de aprobación con que había empezado su gobierno, 43 por ciento. Vinieron entonces la crisis de Iguala, los asesinatos de Ayotzinapa, el escándalo de las casas presidenciales, y la aprobación presidencial se derrumbó. En diciembre de 2014, el acuerdo con Peña Nieto era sólo de 25 por ciento, la segunda cifra más baja de la historia medida en este asunto.

 

“Según las mediciones de Ulises Beltrán, el mes de enero de 2015 registró un repunte que sitúa la aprobación del Presidente en 30 por ciento, 13 puntos por debajo de donde empezó”. Fin de la larga, pero necesaria cita.

 

“Don” David López nunca entendió que el golpeteo a la imagen presidencial no venía de los medios tradicionales, sino de portales críticos como Sin Embargo, Animal Político; de la radio con Aristegui, de la revista Proceso, y fundamentalmente, de las redes sociales. Para ayudarle con este tema, que ni quería ni podía entender, le pusieron a Alejandra Lagunes. Pero ninguno de los dos controla el mensaje, en poder de Aurelio Nuño, el jefe de la Oficina.

 

El director de Comunicación Social, tras la crisis que inició con la desaparición de los 43 normalistas y se profundizó con la “Casa Blanca” de Angélica Rivero, reaccionó como si estuviera en el México de los ochenta: soltando dinero en cantidades brutales. No funcionó. Como establecen las cifras de Ulises Beltrán, terminó el año con un repudio del 75 por ciento.

 

Con todo y su pésimo desempeño, David López tendría una jubilación dorada con su diputación, y un nuevo camino en Comunicación se abrirá, dependiendo quién asuma la Oficina. Pero nada funcionará si no se parte de la nueva realidad mediática: se acabó el tiempo en que unos cuantos medios y periodistas tenían el monopolio de la opinión. Ahora, la opinión pública es una batalla que se libra minuto a minuto.

 

 

 

 

 

 

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