Friday, 29 de March de 2024

Martes, 05 Mayo 2015 02:36

De Peña Nieto para abajo, el PRI-PVEM boicotea el 5 de mayo




Written by  Arturo Rueda

La ausencia de Peña Nieto en el 5 de mayo, más que una reprimenda a los dichos de Martha Erika Alonso, es la forma de evitar la conversación incómoda que Moreno Valle quiere sostener desde el año pasado: la negociación del resultado electoral del 7 de junio y el intercambio de fichas. El PRI-PVEM, dicen César Camacho y Osorio Chong, no tiene necesidad de entrar en esa negociación porque en sus cálculos se van a llevar 10 distritos electorales


El PRI-gobierno ha decidido jugar rudo. A la muy explicable decisión del presidente Peña Nieto de ausentarse del festejo cívico-militar del 5 de mayo, desde el teléfono del delegado del CEN en Puebla se envió la orden a diputados federales, senadores y delegados federales de boicotear todos los actos oficiales del programa. Ismael Hernández Deras, ex gobernador de Durango, personalmente llamó a los protagonistas del PRI poblano, incluida su dirigente Ana Isabel Allende Cano, para anunciar la decisión tomada conjuntamente entre el Palacio de Covián e Insurgentes Norte. “Hay que ser congruentes”, es la consigna: si el presidente decidió desairar al gobernador poblano tras las ofensas propagadas por su esposa, el PRI debe continuar el desaire y hacerlo más evidente.

 

La especulación de la ausencia de Peña Nieto la abrió antes del fin de semana el periodista Enrique Núñez, y se confirmó ayer cuando la Presidencia de la República agendó la conmemoración del 5 de mayo y la jura de conscriptos, pero no en Puebla, sino en Campo Marte. El mexiquense será acompañado, lógicamente, por los secretarios de la Defensa Nacional y de la Marina, quienes tampoco vendrán a Puebla. El representante presidencial será el muy disminuido titular de la SEP, Emilio Chuayffet, y para cubrir las formas, los únicos delegados que se harán presentes serán los de Segob, Noé Rodríguez y de Educación Pública, José Alarcón Hernández. Todos los demás tienen prohibido asistir, incluso a la comida convocada en Casa Puebla.

 

Es muy claro lo que ocurre: a Peña Nieto le calentaron la cabeza los enemigos del gobernador poblano, en específico Osorio Chong y César Camacho, y el presidente confía en el diagnóstico electoral que le han presentado sus subordinados apoyados en encuestas elaboradas en Los Pinos: los candidatos del PRI-PVEM son competitivos en 12 de los 16 distritos electorales de Puebla, y la victoria está asegurada en por lo menos nueve de ellos.

 

En ese sentido, la ausencia de Peña Nieto en el 5 de mayo, más que una reprimenda a los dichos de Martha Erika Alonso, es la forma de evitar la conversación incómoda que Moreno Valle quiere sostener desde el año pasado: la negociación del resultado electoral del 7 de junio y el intercambio de fichas. El PRI-PVEM, dicen César Camacho y Osorio Chong, no tiene necesidad de entrar en esa negociación, porque en sus cálculos se van a llevar 10 distritos.

 

Los últimos informes son los que han destapado la prepotencia que lleva a este boicot: excepto en los distritos V (San Martín), VI y IX (de Puebla), y X (Cholula), el PRI-PVEM es competitivo en todos los demás, incluidos en los XI y XII de la Angelópolis. En el peor de los casos, aún perdiendo estos dos, el tricolor podría llevarse la victoria en 10 distritos electorales, derrumbando el mito de que Moreno Valle las puede todas y preparando el terreno para arrebatarle Casa Puebla en 2016.

 

Algo habrá de cierto en ese escenario al grado de que el gobernador poblano tomó una decisión estratégica: regresar a Puebla a su operador estrella, Eukid Castañón, quien a principios de la semana pasada asumió la coordinación de facto de las campañas federales para darles un mínimo de orden y frenar los disparates de algunos candidatos inmanejables, como Ángel Trauwitz y Angélica Ramírez, que simplemente no dan una y no conectan con el electorado. Fue él quien tomó la decisión de bajar a Ruiz Esparza, y quien ha puesto a sumar los esfuerzos de operadores que andaban desperdigados pensando que era importante que el PRD o el PANAL tuvieran una buena votación.

 

El boicot instrumentado para este 5 de mayo tiene su antecedente directo en el que se ordenó para el Cuarto Informe de Gobierno, sólo que en esa ocasión los funcionarios federales quedaron exentos de la orden, por lo que Juan Carlos Lastiri y Jorge Estefan se hicieron presentes. El único “desobediente” fue Fernando Morales Martínez, lo que provocó que le quitaran la candidatura por Serdán.

 

Las cartas están echadas: Peña Nieto ha comprado a sus dos operadores electorales, que no hay necesidad de un pacto con el morenovallismo, y que, por el contrario, es la hora de mostrar hostilidad abierta. Ya veremos las cuentas que entregan Osorio Chong y César Camacho la noche del 7 de junio. O cortan oreja y rabo, o a ellos les cortan las orejas y su rabo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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