Wednesday, 24 de April de 2024

Martes, 26 Mayo 2015 03:27

La Caja China de Estefan para tapar sus “maletas” a Gamboa




Written by  Arturo Rueda

La última reunión se produce en las primeras horas del sábado 23 de mayo. Tras comunicarme que grabó subrepticiamente nuestro anterior encuentro en su casa, Estefan me chantajea: no presentará denuncia y no lo hará público a cambio de que yo no dé a conocer el audioescándalo con el particular de Emilio Gamboa. Nuevamente, le reitero que no está en mis manos, que no soy el dueño del audio y lo único que hice fue hacerle un favor a un “amigo” que traicionó mi confianza. Nuevamente, me estaba grabando, y en su video editado sólo presenta unos segundos. El audioescándalo, finalmente, no fue detonado por CAMBIO dado el manoseo, sino que fue subido en redes sociales y de ahí, retomando por Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de Los Milagros y Alejandro Mondragón en Al Portador


He conocido a varios Jorge Estefan Chidiac. El que participó en el Fobaproa en 1997 como operador legislativo y luego el que fue creador intelectual del gasolinazo en 2006, ambas como diputado federal.

 

En esos años, también, se dijo que era el creador de “los moches”, asociado a Emilio Gamboa, por el que se cobraba porcentaje a los alcaldes dependiendo los fondos que conseguían del presupuesto federal.

 

Luego conocí al Jorge Estefan Chidiac que en 2012, como secretario de Finanzas del CEN tricolor, operó el escándalo financiero Monex con el que se fondeó la campaña de Enrique Peña Nieto.

 

Con un audio que llegó a mis manos hace más de un mes, conocí a un Jorge Estefan Chidiac que desde su puesto en el gabinete ampliado de Peña Nieto como director de Bansefi, le garantiza a Juan José Lecanda —particular de Emilio Gamboa— que no se preocupe, que las “maletas” seguirán llegando.

 

Que, además, arma un contubernio para construir su candidatura a diputado federal, en el que embarra desde al presidente Peña Nieto, al secretario de Hacienda Luis Videgaray y al secretario particular Erwin Lino, en un acuerdo mafioso que llegaría hasta Puebla.

 

El último Jorge Estefan Chidiac que conocí es un émulo de Carlos Ahumada, aficionado a grabar conversaciones con el objetivo de tapar sus propios escándalos. La Caja China, le dicen en la dictadura perfecta.

 

Esta es la historia punto por punto, ya relatada ayer al terminar la rueda de prensa del candidato priista, y ratificada en el programa #JuegoDeTroles:

 

1.- Hace un mes, de fuente anónima, recibí el audio de la conversación entre Estefan Chidiac y Juan José Lecanda. Comencé un protocolo de investigación periodística para determinar la fiabilidad de dicha grabación, la identidad de los sujetos, sus voces, los momentos y fechas referidos, y dada la gravedad de los supuestos desvíos desde Bansefi, analizar los estados financieros del banco social del gobierno federal.

 

2.- La fuente anónima presionó y presionó para la publicación, e insistió que el objetivo era “golpear a Estefan” y “evitar que llegara a la Comisión de Hacienda para que no hiciera sus acostumbrados negocios con Gamboa”. Ante mi negativa para publicar de bote pronto una conversación ilegal de cuyo valor periodístico era dudable, amenazaron con enviarlo a otro medio, a lo que estuve de acuerdo. Como esa presión no funcionó, ofrecieron una fuerte cantidad a cambio de la publicación, cantidad que fue rechazada.

 

3.- Como parte del protocolo de investigación, el jueves 7 de mayo le solicité a Estefan reunirme con él. Dada la gravedad del audio, nos encontramos en su casa la mañana del sábado 9 de mayo. Tras mostrarle el audio, el candidato priista reconoció que en efecto, había sostenido esa conversación, y muchas más. Preocupado preguntó si había más audios, a lo que contesté que lo ignoraba. Pidió que no se publicara, ofreciendo una gratificación que fue rechazada dado que había una investigación periodística en curso, y además la fuente anónima podía recurrir a otro medio para publicarla. Entonces, Estefan, aduciendo a la amistad que “teníamos”, pidió expresamente que buscara hacer un ofrecimiento para comprarles el audio y con eso evitar la publicación que dañaría su carrera política.

 

4.- La fuente anónima redobló los esfuerzos para demandar la publicación, pero se le hizo saber que Estefan buscaba llegar a un arreglo con ellos, lo que provocó la segunda reunión en su casa que, sin mi autorización y al estilo Carlos Ahumada, fue grabada sin mi consentimiento. En la larga conversación, en por lo menos cinco ocasiones, le dije a Estefan que desistiera de llegar a un arreglo, ya que no había garantía alguna de que no se publicara por otro medio. El ex director de Bansefi reconoció que ese audio podía acabar con su carrera, y ofreció un arregló que nunca se materializó.

 

El resumen presentado a los medios, de siete minutos, es una pieza editada, descontextualizada, y que fue armada como un distractor. En la conversación reconoce la gravedad de los hechos, lo que puede hacer desde la Comisión de Hacienda y varios detalles más del contubernio.

 

5.- La última reunión se produce en las primeras horas del sábado 23 de mayo. Tras comunicarme que grabó subrepticiamente nuestro anterior encuentro en su casa, Estefan me chantajea: no presentará denuncia y no lo hará público a cambio de que yo no dé a conocer el audioescándalo con el particular de Emilio Gamboa. Nuevamente, le reitero que no está en mis manos, que no soy el dueño del audio y lo único que hice fue hacerle un favor a un “amigo” que traicionó mi confianza. Nuevamente, me estaba grabando, y en su video editado sólo presenta unos segundos.

 

6.- El audioescándalo, finalmente, no fue detonado por CAMBIO dado el manoseo, sino que fue subido en redes sociales y de ahí, retomando por Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de Los Milagros, y Alejandro Mondragón en Al Portador. Ni yo ni este medio tuvimos algo que ver, pero el candidato Estefan tenía todo preparado para crear una cortina de humo, apoyado en medios marinistas como Intolerancia.

 

7.- En ningún momento, ni con la fuente anónima, ni con Estefan, hubo intercambios económicos. El error, mío, fue atender la súplica de mi “amigo” Estefan, que no tuvo empacho en grabarme, para hacer una intermediación, con las consecuencias jurídicas que ello implica. Tengo pruebas a mi favor, que mis abogados han pedido reservar para el procedimiento jurídico que se avecina. El de Estefan en mí contra, el mío en la vía penal por la grabación y por la vía civil por el daño moral.

 

El último Jorge Estefan Chidiac que he conocido es el canalla que graba a sus amigos, en su casa. La última canallada de ese nivel, precisamente, se vio en la Boda Roja de Juego de Tronos. Acuchillar inclemente a quien se hospeda en el hogar. Al amigo al que se le pide un favor encarecido. Que se preocupen sus otros “amigos”. ¿Tendrá una videoteca al estilo de “La Tuta”?

 

Falta lo que falta, y lo que se avecina. Estamos a las órdenes de la PGR o la PGJ en las oficinas de CAMBIO. Ahí donde todos los días se elabora este periódico, y se escribe esta columna. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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