Thursday, 28 de March de 2024

Miércoles, 29 Julio 2015 03:18

Represión, Chalchihuapan y polis chupaductos: se va el mal policía

La polémica nunca abandonó a Facundo Rosas Rosas en los dos años y tres meses como secretario de Seguridad Pública del estado. Poblano de origen y alumno distinguido de Genaro García Luna, Rosas provocó con el caso Chalchihuapan la mayor crisis en el sexenio morenovallista, pero fue sostenido a sangre y fuego. 

  • Héctor Hugo Cruz Salazar / @hectorhugo_cruz

Poblano de origen y alumno distinguido de Genaro García Luna, la polémica nunca abandonó a Facundo Rosas Rosas durante su paso de dos años y tres meses que ocupó la titularidad de la Secretaría de Seguridad Pública del estado (SSP). Con el caso Chalchihuapan, provocó la mayor crisis en el sexenio morenovallista, pero fue sostenido a sangre y fuego por el gobernador.

 

Exactamente un año después, otra vez en julio, un nuevo escándalo sacudió a la SSP y provocó su caída tras la detención de dos de sus subordinados por elementos del Ejército. Además del calificativo de represor, Facundo Rosas Rosas nunca pudo sacudirse el estigma de ser protector de bandas de narcotraficantes y policías corruptos. Toda la leyenda de un mando caído en desgracia.

 

Precedido de dicha mala fama, Facundo Rosas llegó a Puebla el 1 de abril de 2013 para ocupar la titularidad de la Secretaría de Seguridad Pública del estado.

 

Un año más tarde, justo después de aprobarse la Ley Bala, Facundo Rosas mostró su faceta de policía rudo y ordenó diversos operativos de desalojo, mismos que se caracterizaban por el uso excesivo de la fuerza policiaca, el uso desmedido de gas lacrimógeno, que al final siempre se tornaron violentos y con detenciones de cualquiera que pasara por el lugar, aunque no estuviera implicado.

 

Ediles auxiliares y funcionarios de esos gobiernos en la zona de Tehuacán, mototaxistas de Tepeaca, Cuautlancingo y Coronango, así como opositores al sistema RUTA, en su línea 1, fueron los primeros en sufrir la “mano dura” del secretario de Seguridad Pública.

 

Ayer, Facundo Rosas Rosas se fue por la puerta trasera, sin dar la cara ante los señalamientos que hay en su contra, pero además, sometido aún al procedimiento administrativo y en su caso penal por el caso Chalchihuapan.

 

Desató la peor crisis del sexenio, la represión en Chalchihuapan

 

Las movilizaciones de los presidentes auxiliares en el estado se incrementaron en julio, luego de que les fue quitado el servicio de registro civil a sus demarcaciones, lo que aderezado con la aprobación de la Ley Bala, marcó el preámbulo para que se desatará la peor crisis gubernamental en el sexenio morenovallista.

 

Al mediodía del 9 de julio, un operativo negligente encabezado por el propio Facundo Rosas Rosas, desató la crisis en el gabinete morenovallista. 

 

Cientos de pobladores de San Bernardino Chalchihuapan se apostaron sobre la autopista Puebla-Atlixco y cerraron la circulación. Policías estatales intentaron que se desalojara la vía de cuota a través de diversas advertencias. Ante la negativa, Facundo ordenó el uso de la fuerza.

 

Los policías lanzaron los primeros cilindros de gas y los pobladores lejos de rendirse,respondieron a la agresión con piedras y palos, se repelieron a los costados y ahí empezó el enfrentamiento que duro al menos tres horas.

 

El operativo de desalojo fue un caos. Rosas Rosas, desde su camioneta, veía como sus policías lanzaban cientos de cilindros de gas lacrimógeno sobre los pobladores y que estos últimos no se rendían. Decenas de policías cayeron heridos. Los pobladores les ganaron la batalla.

 

En la refriega, uno de los cilindros de gas impactó el cráneo del niño de 12 años, José Luis Alberto Tehuatlie Tamayo. Éste cayó herido mortalmente. La muerte del menor, 10 días después, provocó una embestida nacional hacia el gobierno morenovallista desde todos los flancos. La prensa nacional se volcó en el caso. La CNDH entonces inició la investigación y mantuvo un mes en jaque a la administración poblana.

 

La gobernabilidad fue puesta en duda. El sábado 10 de agosto se realizó una megamovilización ciudadana contra Moreno Valle. Miles de poblanos tomaron las calles y otro tanto más desde las redes sociales expresaron su repudio hacia la política represora.

El 11 de septiembre del 2014 vino la estocada final, cuando la comisión emitió la segunda recomendación por violaciones graves a los derechos humanos en su historia. Otra vez, aparecía el nombre de Facundo. En ella se pidió que se denunciara penalmente a todos los implicados, que se les abriera un proceso administrativo y se sancionaran las negligencias en su actuación, pero nunca se tocó al secretario y en vez de ello, entregaron las cabezas de los mandos medios.

 

Aunque si se le sancionó económicamente, Facundo se amparó en contra de la multa impuesta.

 

Protección al narco

 

Desde su llegada a Puebla, el primero de abril de 2013, se dieron a conocer varios casos graves en los que estaba implicado Rosas Rosas: protección a una banda de narcotraficantes y su estilo represor para controlar las manifestaciones.

 

A principios de 2012, Édgar Valdez Villareal “La Barbie”,a través de una carta publicada por Reforma, acusó a Genaro García Luna y su grupo más cercano de haber recibido pagos por parte del cártel de Los Beltrán Leyva para protegerlos y evitar sus detenciones. Entre los nombres que señala aparece el de Facundo Rosas Rosas.

 

El asunto no pasó a mayores, pues en el sexenio calderonista, uno de los principales protegidos era García Luna y éste no dejó a su suerte a sus subordinados y Rosas Rosas fue testigo de ello.

 

En diciembre de ese mismo año, Facundo Rosas, en su calidad de Comisionado General de la Policía Federal, encabezó y ordenó un operativo para desalojar a estudiantes de la escuela Normal de Ayotzinapa. El saldo del sangriento enfrentamiento, además de las decenas de heridos entre manifestantes y policías, fue la muerte de dos personas.

 

La CNDH abrió una investigación y posteriormente, en la era de Raúl Plascencia, emitió su primera recomendación por violaciones graves a los derechos humanos, en los que se señalaba entre los responsables a Facundo Rosas, quien en lugar de haber sido destituido, fue enviado a la subsecretaría de Prevención, Vinculación y Derechos Humanos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) Federal.

 

Arcos de seguridad, un mito

 

Desde su llegada a Puebla, Facundo Rosas vendió la idea de que con la construcción de arcos de seguridad en las principales accesos al estado, Puebla estaría blindada de la delincuencia, pues con Rayos X o Gamma se escanearía a todos los vehículos que pasaran por ellos y se detectarían fácilmente si se transportaba combustible robado, drogas o armas.

 

Se invirtieron casi 400 millones de pesos en los dos primeros arcos de seguridad ubicados en la autopista México-Puebla y en la carretera de Palmar de Bravo, además de destinarán 700 millones de pesos para construir otros cuatro. Pero, poco tiempo le duró el gusto a Facundo, pues CAMBIO documentó como integrantes del crimen organizado y delincuentes de todo tipo burlaban el arco de Palmar de Bravo utilizando caminos de acceso aledaños.

 

Además, el columnista de El Universal, Héctor de Mauleón, exhibió las negligencias con las que son operados los arcos de seguridad en Puebla, pues además de que presentan fallas los equipos, el personal que trabaja en los arcos de Huejotzingo y Palmar del Bravo hacen la revisión de los vehículos que pasan por la zona a discreción, lo que abre las puertas para que los delincuentes compren a las autoridades, a fin de no ser “elegidos” para detenerse a una revisión.

 

Se acaba su buena estrelladetienen a dos subordinados

 

La madrugada del 14 de julio, a Facundo Rosas Rosas se le apagó su “buena estrella”. Elementos del Ejército Mexicano detuvieron a Marco Antonio Estrada y Tomás Mendoza Lozano, director de la Policía Estatal Preventiva y jefe del GOES, respectivamente.

 

A ambos se les acusó de que en el momento de ser sorprendidos, estaban prestando labores de vigilancia a un grupo de chupaductos mientras cargaban en seis camionetas el hidrocarburo robado. Increíblemente, ninguno de los dos jefes llevaba equipo de radiocomunicación, no informaron a su central sobre el “patrullaje” que realizaban y sólo avisaron por mensaje de WhatsApp que habían encontrado una camioneta volteada en la zona de Tepeaca.

 

Estrada y Mendoza, para evitar ser detenidos, se ampararon en sus cargos, pero ello importó poco a los militares y fueron presentados ante la PGR. La delegación de dicha dependencia los consignó ante la justicia federal. El juzgado Segundo de Distrito les abrió un proceso por colusión en el robo de hidrocarburo y protección a los robaductos.

 

De acuerdo a versiones extraoficiales, ambos mandos declararon que su jefe, Facundo Rosas, sabía de sus actividades y era parte de la red de protección.

 

Desde ese 14 de julio, el hoy ex titular de la SSP se escondió y no volvió a poner pie en la corporación policiaca, además de que se ausentó de todo tipo de reuniones o eventos públicos.

 

El exjefe de la PEP y el exjefe del GOES, fueron personajes que el propio Facundo Rosas Rosas trajo a Puebla tras su llegada a la SSP. A ambos los nombró él, por lo que era responsable de sus acciones. Ayer, le aceptaron su renuncia, aunque dejaron que saliera con dignidad, pues argumentaron que él había presentado su dimisión.

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