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El Dieselgate y el paro técnico que la empresa realizó, previo a que se desatará el escándalo internacional, cobraron una factura elevada a la planta poblana de Volkswagen, toda vez que en septiembre registraron una caída del 35.2 por ciento en sus niveles de producción y del 30.8 por ciento en exportaciones.
Las cifras de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) no son alentadoras para la automotriz alemana, ante la peor crisis que atraviesa por haber engañado a los consumidores en los niveles de contaminación que emiten sus modelos diésel.
En septiembre de 2015, la empresa fabricó 14 mil 530 unidades menos, en relación al mismo periodo del año pasado. La AMIA reportó que la producción total fue de 26 mil 773 unidades, por debajo de los 41 mil 303 de septiembre 2014.
Por otro lado, la exportación tuvo el mismo comportamiento, ya que Volkswagen envió a los mercados internacionales casi 11 mil automóviles menos. En el noveno mes del año pasado, la firma germana exportó 35 mil 530 unidades y para este año se redujo a 24 mil 585.
Uno de los automóviles más afectados en el noveno mes del año es el Jetta —cuya versión TDI se encuentra inmersa en el escándalo ambiental—, del cual se cayó en 25 por ciento su producción y 31 por ciento en exportaciones.
Las cifras de la AMIA exponen que en septiembre, en la planta Volkswagen se fabricaron 18 mil 159 unidades del modelo Jetta, cifra inferior a los 24 mil 039 del año pasado, mientras que en exportación se redujo de 20 mil 924 a 14 mil 470 vehículos.
Directivos de la empresa alemana trataron de deslindar esta caída del 35 por ciento en producción y del 30.8 por ciento en exportaciones, al afirmar que esto se relaciona con el paro técnico que realizaron en las últimas dos semanas de septiembre, el cual fue utilizado para dar mantenimiento a las líneas de producción.
El 18 de septiembre, justo cuando la planta se encontraba en paro técnico, en Estados Unidos estalló el escándalo al revelarse que los motores diésel, de los cuales tres se fabrican en Puebla, contenían un software que disfraza sus niveles reales de contaminación.
