El corazón, hígado, córneas y riñones de un joven de 17 años de edad, permitieron que cuatro pacientes de Puebla y dos de la Ciudad de México fueran beneficiados con un trasplante, luego de que la familia lo aprobara, convirtiéndose en la segunda donación más grande realizada con éxito en lo que va del año.

El donador fue diagnosticado con muerte cerebral luego de sufrir un golpe severo en la cabeza tras caer de la bicicleta, por lo que la mañana del martes sus familiares decidieron donar todos sus órganos útiles y por la noche, fue ingresado a quirófano para obtener su corazón, hígado, sus dos riñones y las dos córneas.

El traslado

Personal de la Unidad Médica de Alta Especialidad de Cardiología Siglo XXI y del Hospital General de la Raza, viajó desde la noche del martes para intervenir junto con 35 médicos al joven poblano y preservar los órganos vitales, los cuales fueron trasladados en helicóptero desde el hangar del gobierno de Puebla hacia un nosocomio privado en la Ciudad de México, para después ser canalizados vía terrestre a cada uno de los hospitales.

Alrededor de las 8:00 horas comenzó la cirugía para el trasplante de corazón en el Centro Médico Siglo XXI a una paciente de 40 años de edad con cardiomiopatía dilatada, padecimiento que agranda el músculo cardiaco e impide bombear la sangre de manera correcta, quien tras ocho horas en el quirófano recibió con éxito el órgano.

En tanto, el hígado fue recibido por una mujer de 32 años de edad quien padecía cirrosis hepática en fase avanzada y esperó más de un año por este órgano. Su cirugía de trasplante inició a las 9:30 horas y tuvo una duración de casi 10 horas.

Córneas y riñones se quedan en Puebla

Por su parte, el Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional “Manuel Ávila Camacho”, mejor conocido como Hospital San José del IMSS, será el encargado de realizar el trasplante de dos córneas y dos riñones a cuatro pacientes que con base en la lista de espera, requieren con mayor urgencia los órganos y tejidos.

Cabe recordar que por protocolos médicos, los datos tanto de los donadores como de los receptores, no pueden ser revelados, por lo que incluso sus familiares desconocen el destino de la donación.