El papa Francisco llegó hoy a México para una visita de cinco días durante la cual visitará algunos de los lugares más pobres del país y más castigados por la violencia del crimen organizado.
El jefe de la Iglesia Católica fue recibido en el aeropuerto de la capital por el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto y su esposa, Angélica Rivera, además de cuatro niños ataviados con trajes típicos y las principales autoridades del clero local.
Con mariachis y bailes típicos se recibió al pontífice en el hangar, donde unas 5.000 personas apostadas en gradas gritaban vivas y agitaban pañuelos blancos al verlo bajar del avión.
Un gran número de invitados especiales agitaban pañuelos verdes, blancos y rojos -los colores de la bandera de México- así como amarillos del Vaticano, en gradas colocadas para la ocasión.
Cuatro niños de igual número de estados de México se aproximaron y le acercaron un cofre que según el programa oficial contenía tierra del país.
Mientras caminaba por la pista del aeropuerto internacional, artistas mexicanos entonaron una canción compuesta especialmente para su visita, "México se pinta de luz", mientras los organizadores de la bienvenida iluminaron el lugar con luces azules.
Un coro compuesto de niños y artistas mexicanos como Lucero y Cristian Castro entonaron "Luz", una canción compuesta especialmente para la llegada del pontífice argentino. Sonriente, Francisco saludó a la multitud presente acompañado por la pareja presidencial.
"¡Francisco, Francisco, Francisco!", "¡Esta es la juventud delpapa!". "¡Francisco hermano, ya eres mexicano!", "¡Queremos que el papa Francisco nos dé su bendición!", se oía entre los asistentes.
Cientos de invitados, miembros del gobierno y jerarcas católicos fueron convocados al hangar presidencial, donde aún antes de su arribo un par de mariachis ambientaba el lugar con su música y un grupo interpretaba bailables de distintas regiones del país. En las tribunas, algunos presentes ondeaban pañuelos blancos.
A unos kilómetros del aeropuerto, miles de personas se acercaban a las calles por donde se tiene previsto que pase el pontífice.
"¡Se ve, se siente, el Papa está presente!", gritaba la gente acomodada sobre la avenida Bicentenario.
El pontífice llegó al aeropuerto internacional de la Ciudad de México procedente de La Habana, donde tuvo un encuentro histórico con el patriarca ortodoxo ruso Kirill.
El primer encuentro entre los jerarcas de las dos iglesias desde 1054 se selló con la firma de una declaración conjunta en la que expresaron su voluntad de trabajar juntos en la defensa del cristianismo, perseguido ahora en Oriente Medio y Norte de África.
En una breve declaración tras la firma de la declaración, el pontífice destacó que coincidió con Kirill en que "la unidad se hace caminando", mientras que el patriarca ruso señaló que el encuentro sirvió para "entender y sentir" la postura del otro.
El papa Francisco hizo una breve escala en Cuba para el encuentro con Kirill en su trayecto hacia México, país en el que iniciará en unas pocas horas una visita oficial de cinco días.
Bindan Nunciatura Apostólica que lo recibirá
A escasas horas de la llegada del papa Francisco a la capital mexicana, cientos de policías y soldados resguardan las inmediaciones de la Nunciatura Apostólica, donde pernoctará el pontífice los cinco días de su visita.
El recinto, ubicado en la calle Juan Pablo II de la colonia Guadalupe Inn, en el sur de la Ciudad de México, se encuentra rodeado por agentes de la Secretaría de Seguridad Pública y de la Policía Bancaria e Industrial, así como de unidades caninas.
En un recorrido realizado por Efe, se observaron vallas metálicas extendidas a lo largo de cientos de metros alrededor de la sede de la Nunciatura.
Aunque en las avenidas principales que rodean la zona todavía se permite el acceso a vehículos, se han instalado diversos puntos de inspección sobre las banquetas y solo se permite el paso peatonal a residentes o personas que demuestren trabajar en alguno de los establecimientos cercanos.
Bertha Malagón contó a Efe que estaba en la zona para "conocer cómo va a estar mañana", pues quiere ver al papa Francisco cuando salga de la Nunciatura rumbo a Palacio Nacional, donde se llevará a cabo la ceremonia oficial de bienvenida encabezada por el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto.
Dijo que llegará desde la madrugada del sábado a esperar a que salga el papa Francisco y que procurará no comer mucho para "no perder el lugar en la fila" y poder ver, aunque sea por un momento, al pontífice.
Recordó que cuando el papa Juan Pablo II visitó la capital mexicana "no había tanta seguridad como ahora" y "dejaban pasar" a los creyentes hasta "casi afuera" de la Nunciatura Apostólica, en donde miles de feligreses esperaban durante horas su llegada.
Algunos encargados de establecimientos cercanos relataron a Efe que siguen en espera de instrucciones de las autoridades para saber si cerrarán o no sus locales, pues la decisión "depende de cómo se ponga la gente", aseguró la dueña de una tienda de abarrotes muy cerca del recinto.
El papa Francisco llegará la noche de este viernes al aeropuerto de la capital mexicana y será trasladado en el papamóvil hasta la Nunciatura Apostólica, un trayecto de 19 kilómetros que será iluminado por los mexicanos con sus teléfonos móviles o linternas para darle la bienvenida.
Durante su visita al país, la primera como pontífice, Jorge Mario Bergoglio recorrerá seis localidades y hablará de la violencia que vive el país, de la inmigración y la marginación que sufren amplios sectores de la sociedad, entre ellos los indígenas.
Fuente: El Comercio