Wednesday, 24 de April de 2024

Martes, 16 Agosto 2016 02:07

Díaz Cid: la perspectiva ortodoxa de la política




Written by  Javier Arellano Ramírez

El investigador goza de una cabal autoridad moral y académica; empero, su perspectiva obedece a una visión rebasada por el quehacer político contemporáneo.


Su postura y declaraciones son de una lógica estricta y rigurosa. Don Manuel Díaz Cid creció y se formó en una época en la que el mundo se polarizaba entre dos fuerzas: el llamado “hemisferio democrático” y la “infernal ideología comunista”. El académico fue férreo defensor de aquella Puebla monacal que inevitablemente habría de desembocar en esa organización vetusta llamada “El Yunque”.

 

Díaz Cid tiene un amplio reconocimiento por su congruencia, pero se desarrolló en un tiempo en que los cánones ideológicos eran como paredes, no de ladrillo, sino de piedra. Don Manuel es un personaje muy respetable, pero siempre fue utilizado por la élite de la derecha poblana para legitimarse y avalarse. Los santos barones del “Yunque” poblano (que nada tienen de leídos e intelectuales), siempre necesitaron de una figura que les confiriera un halo de autoridad académica; que no los vieran como “hijos de curas y monjas” sino como entes pensantes  y creativos. Y en este rubro precisamente se inscribió don Manuel Díaz Cid, en la pieza que la extrema derecha poblana necesitaba para legitimar su irracional, pasional y visceral puja por el poder.

 

Hoy que las ideologías chocan de manera cotidiana con el pragmatismo, “El Yunque” se siente como un huérfano que desamparado deambula por las frías y húmedas calles del Centro Histórico de la Angelópolis.

 

Nunca se prepararon para los nuevos tiempos; se quedaron congelados en los años de la “Guerra Fría” ideológica y no se enteraron cuando cayó el muro. Tampoco supieron que hacer cuando efervescentes y presurosas se dispararon las tesis que anticipaban las “bondades” de la globalización.

 

Para hombres como don Manuel Díaz Cid son incomprensibles los fenómenos políticos ajenos a toda clase de ideología; figuras como Vicente Fox, como Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, como Donald Trump o como el mismo Rafael Moreno Valle quienes edifican sus imperios políticos sobre el más puro y descarnado pragmatismo; alejados completamente de cualquier tesis o precepto ideológico.

 

Para la visión ortodoxa de don Manuel, el gobernador Moreno Valle está actuando a destiempo en sus aspiraciones presidenciales. Lo que el académico de UPAEP no comprende es que en la puja del mandatario poblano no hay reglas, no hay árbitros, ni jueces. La única dictadura a la que Moreno Valle obedece es la de los minutos; donde cada hora cuenta para consumar sus pretensiones.

 

Es por esto que muchas de las lecturas académicas y periodísticas que se hacen sobre Rafael tienen resultados equivocados; porque tratan de auscultarlo desde perspectivas ortodoxas y el político escapa a cualquier medición de tipo tradicional.

 

Estamos ante la muerte de las ideologías. Moreno Valle puede estar incubando una alianza entre el PAN y el PRD, incluso con la aprobación del priista presidente de la República. Al mismo tiempo puede estar tendiendo puentes desde Harvard y Nueva York con Carlos Salinas de Gortari para ofrecerse como un Plan B, en caso de que su candidato Aurelio Nuño Mayer siga en ese abrupto desplome.

 

Rafael seguramente trae bajo el brazo una carpeta con un detallado proyecto antipejista que puede convencer, seducir y unir lo mismo a priistas, panistas, perredistas, católicos, evangélicos y empresarios de todas las centrales patronales. Una propuesta que el matrimonio Calderón Zavala jamás podría concebir por sí mismo.

 

Esta no es una batalla ideológica. Son guerras pragmáticas, incluso hiperpragmáticas. Y aquí es donde las lecturas de don Manuel Díaz Cid no encuentran explicación alguna.

 

Como siempre, quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com, sin mx.   

 

 

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