Tuesday, 16 de April de 2024

Jueves, 10 Noviembre 2016 02:41

Trump: la antesala de un Estado policiaco militar




Written by  Javier Arellano Ramírez

El planeta entero se cimbra, se conmociona, se sacude.En realidad estamos ante un episodio histórico. Desde la Segunda Guerra Mundial no se desarrollaba un proceso electoral que tuviera tantas y variadas implicaciones en el orden mundial.


El triunfo de Donald Trump tiene varias lecturas; si el lector nos permite vamos a tratar de desglosar las aristas de esta compleja elección que rebasó los pronósticos más pesimistas.

 

Primero. El punto central de esta elección es la debilidad extrema del presidente Barack Obama y la deplorable manipulación mediática que encabezó.

 

La candidata Hillary Clinton era ante todo una pieza en el ajedrez de Obama, la torre blanca del tablero. Fue el presidente quien –desde la Oficina Oval–, la cobijó, la “empolló” y la impulsó como su sucesora. Desde un principio el matrimonio de Michelle y Barack decidieron dar un especial y singular espaldarazo a la señora Clinton.

 

Segundo. Las verdaderas encuestas no se equivocan.

 

Los analistas con perfil académico coinciden en que las verdaderas y reales encuestas no se pueden equivocar; se trata de estudios estadísticos, matemáticos, realizados con muestreos demográficos y socioeconómicos muy precisos, tomados de censos rigurosos.

 

Una verdadera encuesta no se equivoca. Lo que sucedió es que los sondeos que presentaron los medios estadounidenses fueron deliberadamente manipulados para ofrecer la falsa percepción de un inminente triunfo de Clinton. Se pretendió crear una atmósfera de candidata triunfadora, frente a un visceral perdedor, que sigue siendo colérico, pero ahora es triunfador.

 

Apreciado y generoso lector, estas palabras no las leerá usted en ningún otro espacio. Los emporios de los medios de comunicación de la autodenominada “gran democracia” vendieron una falsa envoltura. Todos embistieron a Trump esgrimiendo argumentos con mayor o menor animadversión y encono. Era palpable la fobia al republicano; y de ahí se presentaron encuestas que lo colocaban como el perdedor.

 

Ni una sola encuesta anticipó su triunfo; ni una sola supo presentar el verdadero ánimo xenófobo y racista de la sociedad norteamericana.

 

Es imposible que ninguna encuesta pudiera leer la verdad. Los grandes medios engañaron a sus lectores y a sus televidentes. Pero no pudieron engañar al profundo sentimiento nacionalista de un pueblo que en el fondo desprecia a hispanos, afroamericanos, musulmanes y otras minorías.

 

Hicieron hasta lo imposible por vender un falso refresco de cola y no pudieron. La derrota de Hillary es ante todo un fracaso de la política de Barack Obama.

 

Tercero. Lo que vendrá es impredecible, incalculable.

 

Evidentemente el mundo ya conoce el verdadero rostro de Donald Trump: racista, sexista, xenófobo, autoritario, visceral, colérico. Y a este perfil psicológico hay que sumar la cofradía que lo rodea.

 

En su discurso de la madrugada del miércoles 9, el presidente electo destacó especiales agradecimientos a Rudolph Giuliani y a una cúpula de militares, generales y almirantes que lo cobijaron durante la campaña.

 

Giuliani fue, sin duda, el asesor central de esa campaña y se perfila como el próximo Secretario de Estado. Debe recordarse que el exalcalde de Nueva York fue quien implementó la política policiaca de “Tolerancia Cero”. En realidad estamos ante el surgimiento de una administración tendiente a constituirse en un Estado Policiaco - Militar.

 

El mundo tiene un nuevo gendarme, deseoso de probar su tolete.

 

Ante este escenario México representa el menor de los problemas para Trump. Los esfuerzos beligerantes de su gestión se centrarán en Medio Oriente; en la provocadora Corea del Norte, pero principalmente en China.

 

Cuestión aparte merecerán las negociaciones con la Comunidad Europea y con su aliado Vladímir Putin; de estas partirá un nuevo orden mundial.

 

Como siempre, quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com, sin mx.

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