De ninguna manera es una imagen inmaculada, sin embargo, es una figura fresca en un partido político con rancio hedor.

De acuerdo con las empresas encuestadoras serias del país, Margarita Esther Zavala Gómez del Campo avanza notablemente en todos los estudios demoscópicos. A este paso, con ese tren de trabajo llegará al año 2018 prácticamente imbatible e incontenible.

Algo que por supuesto en Los Pinos y en Bucareli no están dispuestos a permitir. El actual aparato presidencial en varias ocasiones ha mostrado su capacidad de demolición. Ahí están como ejemplos palpables de su capacidad destructiva el perredista Marcelo Ebrard Casaubón, la líder magisterial Elba Esther Gordillo Morales o el panista Guillermo Padrés Elías.

Está claro que el régimen peñista no perdona cuando tiene en la mira a un adversario. Y la señora Margarita Zavala tiene en su contra un sinnúmero de negativos que pueden ser explotados en cualquier momento: desde su esposo, el gran artífice de esta guerra fatídica que lleva más de 100 mil mexicanos muertos y otros 24 mil desaparecidos; desde el alcoholismo galopante del ex mandatario sobre el que se cuentan innumerables testimonios; hasta su papel protagónico en el encubrimiento de la tragedia infantil de la Guardaría ABC.

No, de ninguna manera Margarita Zavala es una figura incólume e intocable. Al contrario tiene muchos flancos en los cuales puede ser gravemente lesionada; es altamente vulnerable.

En el Palacio de Cobián lo saben, empero Miguel Ángel Osorio Chong prefiere seguir las tesis universales de Maquiavelo y dejar que sea una mano interpósita la que haga los trabajos necesarios.

A nadie le conviene que Margarita Zavala obtenga una preeminencia absoluta dentro del albiazul. Ni siquiera a los propios panistas. Incluso el bloque calderonista: Gil Zuarth, Mariana Gómez del Campo, Javier Lozano, la misma Cocoa Calderón se mantienen a prudente distancia, a sana lejanía de los movimientos de la aspirante presidencial. 

Es menester subrayar que si en Los Pinos y en Bucareli observan con atención la marcha de Margarita, en algunos círculos del PAN la miran con recelo, desconfianza y algunos con temor. En realidad en el PAN de ninguna manera quieren un neocalderonato.  La señora ya demostró que como primera dama fue un cero a la izquierda, un ente inoperante e insulso. Es claro y contundente que si llegara a la presidencia de la República sería una marioneta en manos de su dipsómano esposo. Algo que nadie quiere en la cúpula albiazul. Pero como se sabe los panistas tradicionales son terriblemente inoperantes, por ello requieren de alguien que haga estos trabajos.

En estos momentos para el equilibrio en el ejercicio de la política nacional, para la estabilidad en el sistema, se presente como prioritario e imprescindible que exista un sano contrapeso al interior del PAN. Insistimos, nadie quiere una Margarita omnipotente, ni dentro, ni fuera del partido azul.

Y por esta razón desde Bucareli se permite, se arrulla, se auspicia la mano del único panista que puede representar un equilibrio en la balanza albiazul. El único que puede presentarse como un interlocutor válido y necesario para el régimen peñista.

Por supuesto, el gobernador Moreno Valle es el alfil azul de Miguel Ángel Osorio Chong; el protagonista que puede equilibrar e incluso contener el crecimiento de Margarita Zavala y que llegado el momento necesario puede activar la guillotina política que le impida llegar al 2018.

Para Bucareli la operatividad del gobernador Moreno Valle es de una importancia vital y trascendente. Para estas alturas se trata del único panista de primer nivel que puede dialogar de manera eficiente y fluida con el aparato federal. Algo que ni Ricardo Anaya, ni Roberto Gil Zuarth pueden garantizar.

En este contexto debe verse la sucesión poblana. La pregunta toral es la siguiente ¿Osorio Chong sacrificará a su alfil azul a cambio de sostener a una gobernadora de un año con ocho meses?

En unos meses sabremos la respuesta.

Como siempre quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com, sin mx.