Tuesday, 23 de April de 2024

Lunes, 20 Junio 2016 03:06

Resaca de una elección: ¿ganó el PAN o perdió el PRI?




Written by  Jose Zenteno

El objetivo de esta entrega es poner sobre la mesa varios elementos para que usted apreciado lector, decida si fue mérito azul o errores tricolores los que llevaron a Tony Gali al triunfo en las pasadas elecciones. Es una conclusión que cada quien debe definir.


El contexto del 2015

 

El PRI gana 9 de 15 distritos electorales federales contra todos los pronósticos (salvo el nuestro). El gobernador enfrentaba las consecuencias de un desastroso año 2014 con bajos niveles de aprobación y creciente rechazo a su proyecto de gobierno. A partir del verano del 2015 y luego de conocerse el resultado de las elecciones federales, el Gobierno del Estado cambió de estrategia de comunicación y salió a convencer a los poblanos de los méritos y beneficios conseguidos durante la administración. Los números poco a poco comenzaron a mejorar y el gobernador entró a 2016 con niveles positivos de aprobación a su gestión.

 

La designación de candidatos

 

Mientras que los poderes fácticos del PAN decidieron que Tony Gali sería su candidato al gobierno estatal prácticamente desde que ganó la presidencia municipal en el 2013, el PRI retrasó la decisión de que Blanca Alcalá sería su candidata hasta entrado enero de este año. El candidato de Acción Nacional tuvo mucho tiempo para prepararse. Los meses que estuvo al frente del Ayuntamiento de Puebla sirvieron al propósito de allanar el camino para una campaña exitosa al gobierno estatal. La senadora Blanca Alcalá estuvo de viaje por Europa en diciembre de 2015 y nada hacía suponer que se estaba preparando para lo que sería la batalla electoral más difícil de su vida.

 

Las diferencias son importantes. Mientras un equipo estaba trabajando a marchas forzadas para reducir el factor de riesgo que significaba el rechazo al gobierno en turno, además de probar mensajes, fotografía, spots, lemas de campaña; el otro equipo estaba de viaje a la espera de la designación.

 

Sin embargo, el entorno favorecía al PRI

 

La salida del PRD de la coalición de partidos que postularían a Tony Gali significó la pérdida de al menos 5 puntos que podrían resultar definitivos en las elecciones. Además, la publicación de encuestas nacionales que colocaban a Rafael Moreno Valle muy lejos de conseguir la candidatura del PAN a la Presidencia de la República, hacían parecer más débil el proyecto morenovallista a los ojos de los electores poblanos.

 

Por otra parte, el análisis de tendencia de votación todavía colocaba al PRI-PVEM con mayores posibilidades de triunfo en una elección en que participara el 55 % de la lista nominal o menos. Con una participación del 45 % la coalición del PRI-PVEM-PES podría haber obtenido 797 mil votos contra 713 mil que la tendencia lineal le daba a la coalición Sigamos Adelante, integrada por el PAN, PANAL, PT, PSI y Compromiso por Puebla. La diferencia en la elección constitucional fue resultado de las estrategias de campaña: Blanca Alcalá obtuvo 643 mil votos (154 mil votos por debajo de su tendencia) y Tony Gali sumó 870 mil votos (157 mil votos por arriba de su tendencia).

 

La precampaña fue la clave de todo

 

Las encuestas ponían a Blanca Alcalá un poco arriba de Tony Gali en enero del 2016. A principios de febrero nosotros todavía los teníamos empatados en intención de voto, pero algo pasó durante las semanas de febrero y marzo que la fórmula Alcalá-PRI arrancó en abril con 11 puntos de desventaja.

 

Quizá fue producto de la desorganización y falta de planificación en el equipo de Blanca Alcalá lo que a la postre determinó la derrota electoral más estrepitosa del PRI en el estado de Puebla. Quizá fue el nulo compromiso de los grupos políticos del PRI con la candidatura de Alcalá Ruiz, lo que terminó por debilitarla y aniquilarla. Quizá fue la falta de apoyo federal que nunca hizo nada para detener la campaña de ataques en contra de la candidata del PRI. Quizá fue la aparición de Mario Marín en el templete en el acto de aceptación y registro de la candidatura de Blanca Alcalá. Quizá fue la lucha interna entre el presidente del PRI estatal y el coordinador de la campaña lo que causó el desastre. Quizá fue la imprudencia de usar un helicóptero unos días después de lanzar una crítica directa al gobernador Moreno Valle por nunca bajarse del suyo. Quizá fue la personalidad de la propia candidata que nunca le permitió ver la realidad y en consecuencia nunca actuó como un ente político racional.

 

Nadie sabe a ciencia cierta qué pasó en el PRI en los meses de febrero y marzo, pero sí sabemos que arrancó la campaña con una desventaja que nunca pudo revertir.

 

El mito de Blanca Alcalá

 

En agosto del 2015 nosotros hicimos varias sesiones de grupos focales en el interior del estado y en la capital. El resultado de esa investigación cualitativa arrojó una imagen debilitada y frágil de la Senadora Blanca Alcalá. Recuerdo muy bien el asombro que me provocó leer el análisis de las sesiones y compararlas con las encuestas, en donde los negativos eran bajos y no daban signos de preocupación. Bien, pues los grupos focales mostraban que sería blanco fácil de ataques ya que en todo el estado existía la imagen de una mujer dependiente y vinculada al marinismo, en quien no se podía confiar porque no cumplía. Esta imagen no se había esparcido a un alto porcentaje de la población, pero ya existía en una masa crítica que podría extenderla impulsada por ataques lanzados contra ella. Recuerdo que pensé e incluso lo comenté con algunos colegas en la oficina “si es candidata la van a hacer pedazos”, y así ocurrió.

 

Hasta aquí los elementos que pongo en la mesa. Si el resultado del 5 de junio fue mérito del PAN o error del PRI es cosa que cada quien juzgará. Yo ya tengo una opinión, ¿usted ya tiene la suya?

 

 

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