Thursday, 28 de March de 2024

Jueves, 08 Septiembre 2016 03:20

Época de deslindes




Written by  Julian Germán Molina

La situación que enfrenta actualmente el Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, con las denuncias de actos de corrupción de su círculo cercano, de gobernadores provenientes de las filas del PRI , la grave situación de las economía de los mexicanos, el aumento de la desigualdad social , incremento de los niveles de pobreza, de la inseguridad y el fortalecimiento del poder de los grupos de la delincuencia en vastas zonas del país.


La situación que enfrenta actualmente el Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, con las denuncias de actos de corrupción de su círculo cercano, de gobernadores provenientes de las filas del PRI , la grave situación de las economía de los mexicanos, el aumento de la desigualdad social , incremento de los niveles de pobreza, de la inseguridad y el fortalecimiento del poder de los grupos de la delincuencia en vastas zonas del país, así como la pésima imagen del país al exterior, hacen que en este momento un grupo importante de sus correligionarios, estén analizando la mejor forma de deslindarse de su administración y abandonar su discurso pro-peñista, por otro, que los desmarque de los yerros del mandatario y les de rentabilidad electoral para sus futuros proyectos, situación que en sexenios anteriores se presentaba normalmente en el último año de las administraciones, en este momento se ha adelantado en el último tercio de su mandato, lo que no le ha sucedido antes a ningún presidente de la época moderna, y en esta feria de desmarques, se forman, por razones evidentes los mal nombrados Partidos de “oposición” como el PAN, que fue su cómplice directo en la aprobación de las Reformas Estructurales junto con el PRD, hasta los mismos priistas que lo apoyaron desde su candidatura y que hoy empiezan a marcar distancia, a fin de evitar se les identifique como parte de su estructura de partido o gobierno y se les responsabilice de la debacle que vive el país a nivel interno y externo.

 

La idea de que Peña Nieto debe renunciar a la Presidencia o separarse de ella por otro motivo, empieza a tomar forma, no sólo en el imaginario colectivo, sino también entre los grupos parlamentarios de las Cámaras de Diputados y Senadores, sin que los legisladores del PRI, encuentren la manera de justificar sus yerros y salvarle el pellejo, ante lo indefendible de sus errores en el ejercicio del cargo.

 

El último con la desastrosa visita del candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos Donald Trump, en la que vimos la imagen de un Presidente incapaz de defender a nuestros connacionales que viven en los dicho país y que tienen la amenaza de ser deportados, en el caso de que Trump gane las elecciones en Noviembre próximo, aunado a los calificativos que el candidato nos ha aplicado de ser delincuentes, asesinos y violadores, demostrando una debilidad inusitada que tiene molestos a la mayoría de los mexicanos.

 

De ahí que varios de los Gobernadores que han apoyado la administración de Peña Nieto y sus políticas, hoy tienen ante sí la disyuntiva, de seguirlo respaldando, so pena de ser alcanzados por el repudio ciudadano, o de tomar distancia del mandatario y empezar una guerra de críticas en su contra para posicionarse en las elecciones de 2018, por lo que estimado lector, prepárese para ser testigo en los próximos meses de una pasarela de traiciones y ataques en contra del Presidente, por aquellos, que hasta hace unos meses buscaban a toda costa estar en su ánimo y hacer jugosos negocios con las obras y grandes proyectos en sus estados, incluso no sería nada extraño que el éxodo de los militantes del PRI, hacia partidos como Morena, sea la constante ya que en el PAN difícilmente serán aceptados, quién podría capitalizar toda esta situación es Andrés Manuel López Obrador para fortalecer su virtual candidatura para 2018 y enfrentar en las urnas una alianza de lo que quede del PRI y del PAN cuya ideología y políticas de gobierno cada vez son más similares, como ha quedado demostrado en los dos últimos sexenios y los cuatro años del actual Gobierno.

 

La pregunta que queda en el aire es, ¿si López Obrador, tendrá la capacidad de capitalizar este descontento social y de militantes del PRI, o si rechazará a éstos grupos, pensando que sólo puede ganar la elección?

 

Al tiempo.

 

 

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