Thursday, 25 de April de 2024

Jueves, 11 Febrero 2016 01:54

Elecciones 2016: en la guerra electoral, todo se vale




Written by  Julian Germán Molina

En la etapa previa al inicio de las campañas electorales por la minigubernatura del Estado, que se definirá en las urnas el próximo 5 de junio, los poblanos ya empezamos a ser testigos del uso de todo tipo de artimañas, golpes bajos, ataques, dádivas, concesiones, anuncios de descuentos y condonaciones, ilegalidades y utilización de dependencias gubernamentales y de los recursos públicos, a fin de obtener, a costa de lo que sea, el voto en favor de los candidatos el día de la elección.


En la etapa previa al inicio de las campañas electorales por la minigubernatura del Estado, que se definirá en las urnas el próximo 5 de junio, los poblanos ya empezamos a ser testigos del uso de todo tipo de artimañas, golpes bajos, ataques, dádivas, concesiones, anuncios de descuentos y condonaciones, ilegalidades y utilización de dependencias gubernamentales y de los recursos públicos, a fin de obtener, a costa de lo que sea, el voto en favor de los candidatos el día de la elección, ante la pasividad del grupo opositor del PRI Y PVEM que impulsa la candidatura de la senadora Blanca Alcalá.

 

Pero esta contienda se presenta en dos escenarios: en el nacional, donde el gobernador ha comenzado a mover sus fichas y acuerdos políticos en los estados donde también habrá elecciones, para demostrar su poder ante los candidatos del PRI y sus aliados como en el caso de Quintana Roo y Durango, mandando en el primero a su primer espada, el diputado federal Eukid Castañón y en el segundo, afinando toda una estructura partidista en favor de su candidato. En este primer escenario los enemigos a vencer no sólo son los candidatos impulsados por Manlio Fabio Beltrones, el PRI-PVEM y partidos con los que se logre una alianza, sino también el grupo del expresidente Felipe Calderón y el líder nacional del PAN, Ricardo Anaya, con quienes disputa desde ahora el control del partido, a fin de lograr en su momento la candidatura presidencial en 2018. Aquí la apuesta del mandatario estatal es obtener el control de Acción Nacional, como lo hizo en el caso de Puebla, para lograr inclinar la balanza a su favor, tarea que no se ve fácil, debido a los liderazgos que tienen peso en la cúpula del Partido desde hace muchos años.

 

Sin embargo, de lograr que sus candidatos logren triunfos importantes con su apoyo, las cosas pueden cambiar y le pueden permitir ser visto como la mejor opción del panismo, ya que en los hechos habrá demostrado que ha sido capaz de vencer al PRI y al presidente Enrique Peña Nieto; así se convertiría, de lograr la candidatura sobre Margarita Zavala y Ricardo Anaya, en el enemigo a vencer por el PRI Y Morena en las elecciones presidenciales de 2018. De ahí la importancia de este primer escenario que sería la antesala de la lucha por alcanzar la candidatura a la Presidencia.

 

En el segundo escenario, el local, para nadie es un secreto que Moreno Valle apostará todo su capital político y sus recursos, para lograr el triunfo de su candidato Antonio Gali Fayad, sin importar el hecho de que no se haya logrado la alianza con el PRD, y quizás tampoco con Nueva Alianza, para ello tiene el control absoluto del Congreso del Estado, del Poder Judicial del Estado, del Instituto Electoral del Estado, del Tribunal Electoral, de la Presidencia Municipal y apoyo del rector de la BUAP, además de los grupos empresariales que han sido beneficiados por su administración y que deberán corresponder a los contratos y obras que les han sido asignadas para apuntalar la campaña del todavía alcalde capitalino, aunque haya quien dude que los panistas tradicionales le darán su apoyo al candidato, simplemente con que se hagan a un lado del proceso y no se alíen con la candidata del PRI-PVEM, estarán dejando pasar el triunfo del candidato del gobernador.

 

Dudo mucho que la senadora Blanca Alcalá realice una campaña de confrontación y de critica a la gestión del morenovallismo, así como también que no le suceda lo que le pasó a Enrique Agüera cuando buscó la alcaldía de Puebla y a quien la dirigencia nacional le prometió su apoyo incondicional y el día de la elección lo abandonaron a su suerte, dejando pasar toda una serie de anomalías y violaciones a la legislación electoral como la compra del voto y el relleno de urnas, ya que en ese momento era más importante amarrar el apoyo del PAN para la aprobación de las reformas estructurales del presidente, que ganar las 217 presidencias municipales de Puebla y la mayoría en el Congreso local.

 

Esta guerra apenas se inicia, pero las artimañas de los partidos contendientes ya las conocemos todos.

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