No es la primera vez (ni será la última) que alguien de cierto nivel recurre a un plagio para elaborar una tesis. De hecho, debe haber miles de trabajos de titulación que fueron conformados con material robado de otros trabajos. Y con tanta información, es difícil que los asesores, tutores o sinodales se den cuenta. Y cuando alguien sí lo nota, hay muchas cosas en juego: el prestigio de la escuela, la indignación de los padres, la vergüenza de los asesores que no se dieron cuenta a tiempo… En fin, que muchas veces nadie se atreve a dar el primer paso para sancionar al plagiario. Lo notable del caso de Peña es que se demuestre que su capacidad académica está en entredicho, aunque eso no hacía falta, después de todos los momentos incómodos que ha protagonizado.
Pero, ¿qué es lo que se suele hacer en el caso de que se descubra el plagio en alguien del medio académico o editorial?
En 2015 se destapó el caso del chileno Rodrigo Núñez Arancibia, un historiador que trabajaba en la Facultad de Historia de la Universidad Michoacana San Nicolás Hidalgo. Se desempeñaba como jefe de la División de Estudios de Postgrado y director de maestría. Había publicado muchos artículos, tenía apoyos Conacyt y era parte del SIN (Sistema Nacional de Investigadores). Pero se demostró que tanto su tesis de posgrado como varios artículos habían sido plagiados. Las consecuencia fue que Núñez Arancibia tuvo que salir prácticamente huyendo del país, más por la vergüenza en el medio académico, que por otro motivo.
Otro caso fue el de Sealtiel Alatriste, quien fungía como coordinador de Difusión Cultural de la UNAM, y fue descubierto en 2012 por robar artículos literarios y periodísticos desde 2005 por lo menos. Además, muchos de estos plagios se dieron cuando era director general de Editorial Aguilar, Altea, Taurus y Alfaguara. No sólo eso. Como editor, también apoyó esta conducta en varios colaboradores de las editoriales mencionadas. Muchos escritores denunciaron estos hechos y el escándalo terminó con la destitución del funcionario de su cargo.
Cosa interesante, en otros países, los dignatarios renuncian si se les demuestra que han plagiado sus tesis. Es el caso del presidente de Hungría, Pál Schmitt, quien renunció a su cargo en 2012 cuando se hizo público que había plagiado parte de su tesis doctoral. La universidad donde hizo sus estudios le quitó el título de doctor que ostentaba.
En las redes ya muchos se preguntan: ¿qué pasaría si la Universidad Panamericana revocara el título de licenciado a Peña, por haberse demostrado la falsedad de su trabajo de tesis? La Constitución señala que el presidente de México debe tener al menos una licenciatura. Entonces, aseguran muchos en la red, las cosas se pondrían interesantes.
