Thursday, 28 de March de 2024

Martes, 22 Noviembre 2016 02:27

Conocí a Castillo Montemayor…




Written by  Irma Sánchez

A Francisco Castillo Montemayor lo conocí cuando, procedente de Sonora, llegó a Puebla como delegado de la Secretaría del Medio Ambiente, con órdenes precisas para meter en cintura a los dueños de las empresas que contaminaban los ríos.


Obligarlos a que incorporaran a sus procesos de industrialización equipos especializados para tratar las aguas contaminadas, representaba una fuerte inversión, sobre todo porque en el México de esos días no había la suficiente tecnología al respecto y obligaba a contratar a compañías extranjeras que se cotizaban caro.

 

Castillo Montemayor llegó decidido a combatir la irresponsabilidad de los responsables de las empresas contaminadoras.

 

Y comenzó a actuar apegado a la norma, que establecía un proceso de exposición y facilidades para que los contaminadores instalaran los equipos convenientes.

 

Lamentablemente, en la totalidad de los casos las empresas hicieron caso omiso y continuaron arrojando sus aguas contaminadas a los ríos de Puebla.

 

Según la norma, la autoridad ambiental procedió a clausurar las primeras factorías.

 

Pero no contó con que el primer protector de las empresas contaminantes era el gobernador en funciones, don Mariano Piña Olaya.

 

Esto dio por resultado que la delegación aplicara la reglamentaria clausura, y de inmediato el delegado recibiera la llamada del mandatario abogando por el dueño de la empresa para que le fueran retirados los sellos de paralización.

 

En todo momento, el gobernador esgrimió argumentos de apoyo para quien produce, quien da empleo, quien pone en alto el nombre de Puebla.

 

A la negativa del delegado venían las veladas advertencias de reportarlo con el secretario por intransigente.

 

Esta práctica se extendió. Estuvo presente en todo momento. El gobernador defendió a los dueños de las empresas, y sus descargas de contaminantes en contra de la disposición y necesidad de limpiar los ríos.

 

Muy pocas empresas asumieron el reto y realizaron fuertes inversiones para adquirir los equipos convenientes.

 

Y así fue como Castillo Montemayor en una lucha infértil tuvo su primer round con las autoridades locales de Puebla que desde que llegó lo consideraron un funcionario “incómodo”

 

Lo demás, usted lo sabe.

 

Castillo Montemayor ha cumplido con muchas responsabilidades. Y por su trabajo sin compromisos sembró amigos que hoy tienen muchas preguntas y más coraje, conscientes de que cuando se trata de encontrar “algo” no es difícil para los estrategas que le construyeron un camino al Cereso.

 

 

   

 

 

 

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