Thursday, 28 de March de 2024

Viernes, 17 Junio 2016 02:40

El proceso electoral ya terminó




Written by  Gabriel Sánchez Andraca

No es momento de buscar culpables por la derrota del PRI como parece que se sigue haciendo, es momento de que los priistas, todos, se pongan a trabajar para reorganizar y fortalecer su estructura, reanimar su organización y prepararse para las elecciones del 2018 que van a estar bastante complicadas, nos dijeron varios priistas a quienes preguntamos si tenía caso seguir discutiendo quién o quiénes tuvieron la culpa de la derrota.


La llamada telefónica del presidente Enrique Peña Nieto al gobernador electo Antonio Gali Fayad, en los tiempos en que los priistas sabían de política, era signo inequívoco de que el proceso había terminado y el gobierno federal había aceptado los resultados.

 

Querer iniciar una guerra interna para eliminar a algún o algunos grupos de dentro del PRI, es perder el tiempo miserablemente.

 

Lo que el PRI requiere en estos momentos es unidad, reestructuración de sus cuadros, fortalecimiento de su estructura y que su militancia reciba una mínima carga ideológica, para que sepa por qué lucha en las filas del partido tricolor, cuáles son las metas que persigue, qué es lo que el PRI se propone en materia de desarrollo social y económico y por qué el país está como está.

 

Los culpables de la derrota son todos los priistas que han tenido cinco años para recobrar su fuerza, para reorganizar sus comités seccionales y municipales, para fortalecer su unidad y no lo han hecho.

 

Se la han pasado como la cigarra, cantando, mientras otros les comen el mandado, llevándose incluso a muchos de sus mejores cuadros y operadores.

 

Si los priistas no se ponen las pilas, si siguen cantando o lamiéndose las heridas, van a perder en el 2018 y en muchas otras elecciones y sólo podrán volver al poder, cuando el pueblo se harte de quienes los han sustituido, que también son priistas en su mayor parte, descontentos con su partido, que están haciendo uso de la franquicia panista para sus propios fines.

 

La lucha del 2018 se va a resolver entre el PRI, el PRIAN, Morena y el PRD. El PAN tradicional, como el PRI tradicional han desaparecido. Entre los que han empezado a mencionarse para la candidatura al gobierno estatal, de lo que sigue llamándose PAN, son en su totalidad ex priistas como Javier Lozano Alarcón, Jorge Aguilar Chedraui, Luis Banck y otros.

 

En el PRI todavía no se concretan los nombres de quienes pudieran aspirar, aunque habrá muchos de los que formaron parte de los doce aspirantes de la elección pasada.

 

Todos los partidos pequeños ya desde ahora empiezan a barajar los nombres de los partidos grandes a los que van a adherirse porque sin ellos, no pueden vivir, es decir, sin ellos nunca alcanzarían el 3 por ciento de la votación para mantener su registro.

 

Esos partidos chiquitos, no van a poder hacer frente a las elecciones que vienen, pues no tienen gente para cubrir tantas candidaturas, menos para nombrar representantes de casilla, son partidos que en la realidad no existen. Les llaman partidos parásitos, porque sin “alianzas”, no pueden vivir.

 

Ayer en rueda de prensa, la candidata a la gubernatura del PRD, Roxana Luna Porquillo, anunció que su partido objetaría el triunfo de Antonio Gali, a quien acusa de haber superado los gastos de campaña fijados por la autoridad electoral.

 

Lo que el PRD debe hacer es también lo que debe hacer el PRI, ponerse a trabajar en la reconstrucción de su partido, que por sus diferencias internas nunca ha estado bien constituido, pero que ahora, con el surgimiento de Morena la otra fuerza de izquierda, la situación se le complica, como lo demostró en la elección del pasado 5 de este mes, cuando obtuvo 75 mil 179 votos, un poquito más que Ana Teresa Aranda la candidata “independiente”, es decir sin partido, que obtuvo 74 mil 351.

 

En cambio Morena, partido que por primera vez participó en una elección local en Puebla, obtuvo más del doble de los votos alcanzados por las dos aspirantes mencionadas, pues llegó a los 186 mil 589 votos y su candidato, Abraham Quiroz, y por primera vez participó en una contienda política.

 

 

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