Friday, 29 de March de 2024

Miércoles, 29 Junio 2016 01:35

El derrumbe de la partidocracia




Written by  Gabriel Sánchez Andraca

Para nadie es un secreto que todos los partidos en México han perdido su ideología y para un politólogo amigo nuestro, la culpa la tiene el neoliberalismo que nos fue impuesto en México por Carlos Salinas de Gortari.


Para los neoliberales las ideologías han muerto. Sólo existen las leyes del mercado.

 

Se acabó el PRI liberal, laico, el de la política social de la Revolución y nuestros gobernantes nos hablan solamente de la macroeconomía y esas cosas. Todo debe ser privatizado, incluyendo los servicios públicos vitales, como el del agua potable o el de la electricidad.

 

El PAN dejó de ser el partido derechista que siempre fue: preocupado por la educación católica en todas las escuelas, públicas y privadas del país, el del bien común, el de la doctrina social cristiana, el partido defensor de la cultura occidental y todas esas cosas.

 

PRI y PAN son ahora lo mismo, dos partidos de centro derecha sin interés especial por la política social, privatizadores, que en sus políticas económicas no parecen estar interesados en disminuir la enorme desigualdad que prevalece entre los mexicanos ricos y pobres y que ha ido aumentando en la medida en que el neoliberalismo va ganando terreno.

 

El PRD es un partido que perdió, si alguna vez la tuvo su ideología de izquierda. Su alianza oportunista con el PAN lo desprestigió ante sus propios militantes y lo peor, no lo hizo más fuerte, por el contrario lo debilitó al grado de que ha sido desplazado en muchas partes del país, entre ellas Puebla por Morena que es un desprendimiento perredista.

 

Ya no se diga de los otros partidos o partiditos que están a punto de desaparecer por no llegar ni siquiera a alcanzar el 3 por ciento de la votación.

 

Un caso patético es el del Partido Verde Ecologista que ha venido sobreviviendo gracias a sus alianzas con el PRI, que le han permitido permanecer en el escenario político de México hasta ahora.

 

Pero se dan casos como el caso de Puebla, donde su desaparición parece inminente si no se toman internamente las medidas que lo puedan salvar.

 

El Verde Ecologista de México obtenía votaciones mínimas  que no rebasaban los 6 mil votos. Un día, los “verdes” se decidieron a trabajar y lograron 150 mil votos en números redondos. Después de haber alcanzado esa cifra bajaron a 90 mil y en la última elección, la del pasado 5 de junio sólo alcanzaron 38 mil votos, insuficientes para conservar su registro en Puebla.

 

La falta de trabajo partidista, el pésimo manejo de los recursos económicos que siempre provienen del erario público, su desprecio por sus propios militantes lo han hecho caer estrepitosamente.

 

En la última elección y gracias a las votaciones que había obtenido en las dos elecciones pasadas recibió para la elección del 5 de junio de parte del gobierno estatal prerrogativas por un monto de 14 millones de pesos.

 

Se supone, sólo se supone, que ese dinero era para sufragar los gastos de campaña que los partidos tienen que hacer.

 

Pues bien: para los “verdes” que se movilizarían el día de la elección, se dieron “lonches” conteniendo unas bebidas infantiles, como para alumnos de kínder, acompañadas de una torta con mayonesa y una rebanada de galantina y una fruta. La mayor parte de los representantes de casilla, rechazaron los paquetes que les daban los coordinadores y decidieron comer por su cuenta.

 

La dirigencia estatal había decidido reducir el número de representantes a la mitad y darles sólo una parte de lo acordado por su día de trabajo. Todo esto sin ninguna justificación.

 

El problema al que se enfrenta ahora ese partido, que de hecho es propiedad de una familia desprendida de la Revolución, es que su gente no confía pero nada, en sus dirigentes.

 

Si en la elección pasada sólo pudo aportar 38 mil votos y el dinero que el gobierno le dio para participar en la elección fue de 14 millones de pesos, ¿en cuánto sale cada voto?

 

Es un partido sin ideología o lo que es lo mismo, sin rumbo. Si algún día llegara a ganar una elección, ¿qué tipo de gobierno ejercería?

 

¿Sirve de algo al PRI, un aliado de esa calaña?

 

Si por alguna razón el PVEM es útil al sistema, seguirá existiendo pese a todo. Seguirá siendo el partido parásito que es, hacia el que el PRI canalizará a algunos de sus candidatos no confiables.

 

 

 

 

 

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