Tuesday, 16 de April de 2024

Jueves, 06 Octubre 2016 01:36

Preocupa a los poblanos la ola de inseguridad




Written by  Gabriel Sánchez Andraca

Los feminicidios que alcanzan cifras nunca antes vistas en Puebla, los secuestros y asesinatos en Tehuacán, en Teziutlán, Huauchinango y en el llamado “triángulo rojo”, están provocando pavor en la sociedad poblana.


Ayer fueron asesinados tres policías en Huauchinango, cuando una banda de delincuentes asaltó una sucursal de Bansefi, de donde se llevaron más de dos millones de pesos.

 

Le contamos lo que pasa en Tehuacán, donde hay asaltos, secuestros, asesinatos y extorsiones con demasiada frecuencia.

 

En Teziutlán representantes de la sociedad civil pidieron al gobernador electo, Antonio Gali Fayad, que solicite el auxilio de La Marina para detener la ola de violencia que está sufriendo la población en esa zona.

 

La región de Zacapoaxtla y Cuetzalan desde hace tiempo sufre los embates del crimen organizado, que roba ganado, secuestra a ciudadanos y extorsiona a comerciantes.

 

El llamado “Triángulo Rojo”, zona de Amozoc, Tepeaca, Tecamachalco, Palmar de Bravo, etc., está dominada por los “huachicoleros”, que roban combustible de los ductos de Pemex, el que después venden a precios bajos a lo largo de esa ruta hasta Veracruz. En esa región ya ha habido enfrentamientos con la Policía y el Ejército y entre los grupos rivales que se dedican a esa actividad ilícita.

 

Puebla es la entidad que tiene el mayor número de tomas clandestinas en los ductos de la empresa petrolera mexicana.

 

El asunto de los feminicidios va en aumento y ya es alarmante en Puebla. Este tema preocupa mucho a las familias según ha podido percibirse, pues temen por sus hijas.

 

En el sur del estado ha aumentado la delincuencia común. En Chila, población de la Mixteca Poblana, fueron encontrados esta semana dos personas sin vida, una de ellas es un joven que días antes había desaparecido de Petlalcingo. Policías de Tulcingo de Valle temen por su integridad física, ya que han recibido amenazas por parte de la delincuencia.

 

La entidad poblana ya fue alcanzada por la inseguridad que desde hace varios años padece el país.

 

El problema es la impunidad. Nada como eso alienta a los criminales y en Puebla como en casi todo el país, la mayor parte de los hechos delictivos quedan impunes, bien porque no son denunciados o porque las autoridades encargados de su investigación no cumplen con su deber.

 

Las leyes que establecen penas cada vez más severas contra quienes delinquen, son importantes, pero eso no es suficiente. Falta acción efectiva para capturar y castigar a quienes llegan a delinquir.

 

Quienes están encargados de la seguridad pública, están obligados a inventar un sistema que brinde protección efectiva a la población civil. Están obligados a investigar, a dar con los delincuentes, capturarlos y llevarlos a juicio y luego a prisión.

 

Sí se puede, como ha quedado demostrado recientemente con la rápida investigación y captura de quienes asesinaron a un sacerdote veracruzano para robarle; a quienes privaron de la vida a otro sacerdote, éste michoacano, también para robarle; a quienes secuestraron y mataron a una española de relevancia social en su país y estamos seguros, que capturarán y castigarán a quienes asesinaron en una emboscada en el norte, a cinco soldados e hirieron a otros diez, como fueron capturados los delincuentes, al día siguiente de que mataron a tres policías federales e hirieron a otro, así como a dos civiles, en el estado de Guerrero.

 

Cuando los cuerpos de seguridad se proponen cumplir con su deber, saben hacerlo. Desgraciadamente, sólo se nota eso cuando las víctimas tienen relevancia social o pertenecen a los propios cuerpos de seguridad.

 

¿Recuerda a la jovencita secuestrada días antes de que su mamá se hincara ante el secretario de Gobernación para implorarle su intervención en el caso? En menos de 48 horas la joven fue rescatada y sus secuestradores capturados.

 

Una prueba de que el problema de la inseguridad en Puebla ya está rebasando los límites tolerables, sobre todo en algunas zonas de la entidad, es que el rector de la BUAP, Alfonso Esparza Ortiz haya hablado con preocupación de los feminicidios, entre los que están cuatro alumnas de la institución de educación superior más importante de la entidad, en su tercer informe.

 

El rector también abordó el incremento de la pobreza en Puebla y en el país, que es una de las causas de la violencia que padecemos.

 

Desde hace varios años ni la BUAP en su conjunto, ni menos sus autoridades, se han preocupado por los problemas sociales que vive la entidad. Desde que nació el interés por la excelencia académica, la BUAP dejó atrás sus luchas sociales que fueron su característica en los años sesenta y setenta. Que ahora se retome ese interés, y se exprese públicamente la preocupación de sus autoridades,  indica que las cosas  andan mal y requieren de una mayor atención de las autoridades en todos sus niveles.

 

A propósito, el 13 de este mes se cumplen 52 años del inicio de uno de los movimientos cívicos más importantes del siglo XX poblano, en los que la entonces UAP, tomó parte activa. Fue el inicio del movimiento contra el régimen del general Antonio Nava Castillo, que tuvo que salir del gobierno el 30 de este mismo mes de 1964.

 

Un grupo de quienes conformaron en ese entonces el Directorio Estudiantil Universitario que encabezó la lucha, ha editado un libro con sus vivencias de esa época.

 

Este libro que se tenía proyectado presentar en el 50 aniversario del inicio de los acontecimientos, se presentará hasta este año, por razones políticas.

 

Es una obrita breve, escrita por quienes tomaron parte directamente en esa lucha, ilustrado con fotografías inéditas. Ya le hablaremos de esto en fecha próxima.

 

 

 

 

 

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