Friday, 29 de March de 2024

Martes, 03 Mayo 2016 02:47

Trescientos mil votos separan a Gali de Alcalá




Written by  Arturo Rueda

¿Cómo remontar 300 mil votos en treinta días? Antonio Gali tendría que perder 10 mil sufragios diarios apenas para poder empatarlo y hacer un cierre de fotografía. Para que eso ocurriera, tendría que detonarse una bomba auténtica, no bodrios como los de SDP y La Jornada, o el refrito de Reforma.


Nada le funciona al war room de Blanca Alcalá: ni por la buena ni por la mala logran acercarse a Antonio Gali Fayad, y por el contrario, la brecha se abre cada vez más. Si la semana pasada el abanderado coalicionista los veía por el retrovisor #A15 ahora la brecha se amplió #A18 justo en la semana en que el tricolor esperaba remontar algo gracias al baño de guerra sucia. Las “bombas” de La Jornada y Reforma no dejaron ninguna ganancia a la candidata tricolor que continúa empatanada en los 30 puntos de su voto duro.

 

A mitad de campaña, de acuerdo con la Quinta Encuesta del Termómetro Electoral MAS DATA/CAMBIO, Blanca Alcalá no ha logrado posicionarse como una opción, pues en cuatro semanas no creció nada, y su guerra sucia —primero contra Moreno Valle y ahora contra Gali— no tuvo el impacto para restarle algo a la coalición PAN-PANAL-PT-PSI-CP.

 

La percepción de las encuestas se traslada a la real politik, pues ésta también en un asunto de sensaciones y expectativas cual mercado de valores. No en balde dos ediles pertenecientes al PRI se bajaron del barco a tiempo. El más teatral fue el edil de Venustiano Carranza, quien incluso rompió y quemó su credencial que lo identificaba como militante del partido. Con menos exageración, el de Felipe Ángeles llegó a un mitin con Gali para darle su apoyo. De sus 88 ediles, el tricolor ya sólo tiene 86.

 

Otros aventureros de la política, como René Sánchez Juárez, o Pedro Díaz del Consejo Taxista, ponen sus fuerzas a favor del candidato que parece va a ganar. No quieren equivocarse. Nadie quiere equivocarse.

 

El fantasma de la derrota aleja de la campaña a otros liderazgos del priismo que no quieren verse contagiados por lo que se prevé una debacle histórica. El ejemplo más claro es Juan Carlos Lastiri, a quien se le acusó directamente con Beltrones bajo el cargo de traición porque no quiso abandonar su subsecretaría en Sedatu, algo que ni Estefan ni Blanca hubieran hecho en su misma posición. El señalamiento es muestra de lo malagradecidos que son, pues Lastiri puso a disposición toda su estructura construida en tres años. Que no la sepan aprovechar es otra cosa.

 

Para evitar esos mismos señalamientos de traición, Guillermo Deloya Cobián le organizó el fin de semana un evento con sus jóvenes del Icadep. Mitin, por supuesto, que ni siquiera se dignaron en enviar como boletín a los medios. A Enrique Doger también no se cansan de señalarlo solamente por no controlar a quienes no puede controlar. Y Javier López Zavala comienza a desaparecer de forma intermitente.

 

Ahora veamos los números netos calculados conforme a una participación del 50 % del padrón electoral, con lo que cada punto valdría alrededor de 20 mil votos. De acuerdo con los porcentajes de la Quinta Encuesta del Termómetro Electoral MAS DATA/CAMBIO, Antonio Gali Fayad está rondando los 980 mil votos, mientras que Blanca Alcalá anda en los 600 mil sufragios. Abraham Quiroz de Morena seguramente rebasará los 200 mil votos y Roxana Luna va a hacer el ridículo con menos de 70 mil.

 

Así, la diferencia en términos reales entre Gali y Alcalá es de 300 mil votos en este momento, la brecha máxima entre ellos a lo largo de las cinco mediciones.

 

Las tendencias muestran, por si fuera poco, que los positivos del abanderado panista siguen creciendo, y en correlación directa, crecen los negativos de Alcalá. Con tanta guerra sucia, los priistas esperaban detener su crecimiento. Pero no ocurrió, en parte porque los medios y periodistas que apoyan a ese bando no son capaces de generar suficiente masa crítica. El blindaje resiste.

 

¿Cómo remontar 300 mil votos en treinta días? Antonio Gali tendría que perder 10 mil sufragios diarios apenas para poder empatarlo y hacer un cierre de fotografía. Para que eso ocurriera, tendría que detonarse una bomba auténtica, no bodrios como los de SDP y La Jornada, o el refrito de Reforma.

 

Apostarle todo al debate del 12 de mayo parece complicado, sobre todo porque ese encuentro se va a ganar o se va a perder en el posdebate, y aunque son muchos medios los que van a transmitirlo, la audiencia real siempre es mínima.

 

La única apuesta sensata para reducir la barrera de 300 mil votos parece ser desincentivar la participación ciudadana para que menos poblanos vayan a votar el 5 de junio. Apostarle todo a las estructuras, al desencanto. A eso dedican sus días y horas el triunvirato Alcalá-Estefan-Armenta

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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