Ahora sí, pleitazo de encuestadores. Por primera vez, sin embargo, hay señalamientos directos. Federico Berrueto del Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE) le pone el cascabel al gato al incriminar a Roy Campos de Consulta Mitofsky, acusándolo de deshonesto y corrupto. La verdad es que el país está lleno de encuestadores pillos y profesionales honestos como Pepe Zenteno de MAS DATA son la excepción. Los encuestadores nacionales deberían aprender del caso poblano y cómo se reordenó el mercado luego de 2010.
Ayer, en el programa de Ciro Gómez Leyva, el director de GCE destapó el caso ocurrido en Ciudad Juárez, Chihuahua. El candidato independiente a alcalde Armando Cabada contrató a la firma de Berrueto. Los resultados lo favorecían con 43 %, seguido del PRI con 16 %. Pero el diario digital Tiempo publicó un sondeo de Consulta Mitofsky que solamente le daba 5 % al independiente, mientras que al candidato tricolor aventajaba con 37.7 %.
Al final, triunfó Armando Cabada con 48 % de los votos y el PRI se quedó con 25 puntos. O sea, Roy Campos solamente se “equivocó” 43 puntos al subestimar al independiente, mientras que al tricolor lo sobrestimó por 12 puntos. Un desastre que, dice Berrueto, no es un error técnico sino de integridad”. Ciro Gómez Leyva, en su programa, le puso el apellido: corrupto.
En Puebla se conoce bastante de la reputación de ambos, especialmente de Roy Campos, a quien después de sus yerros de 2006 y 2010 ya nadie siente la necesidad de comprarle encuestas.
Recordemos. En 2006, justo en el límite legal para publicar sondeos, dijo que la fórmula Melquiades Morales-Mario Montero ganaría el Senado por 13.8 puntos. En la realidad, se impuso la dupla Rafael Moreno Valle-Humberto Aguilar Coronado con 5 puntos de ventaja. Ese año, Consulta Mitofsky solamente se equivocó por 18 puntos.
Luego, en 2010, dio ganador a Javier López Zavala por 10 puntos en una encuesta publicada por El Sol de Puebla y cuyo título Inalcanzable quedó para la historia. Como Moreno Valle ganó por 10 puntos, Roy Campos sólo se equivocó por, ¡20 puntos!, al igual que la firma local Indicadores.
Caso contrario es el de Federico Berrueto. En 2010 y 2013 el GCE trabajó para CAMBIO con excelentes resultados: fue la primera encuestadora en señalar el cambio de tendencias a favor de Moreno Valle —lo dio 2 puntos arriba en su última medición— y en la elección intermedia, confirmó con tres sondeos las tendencias a favor de Gali por dos dígitos. Conducta intachable la suya y la de su socio Liébano Saénz. Desafortunadamente, en 2016 no nos alcanzó para contratarlos.
La noche del 5 de junio los encuestadores volvieron a fallar en sus encuestas de salida. Se equivocó nuevamente el hampón de Francisco Abundis que trabajó para Milenio —todo mundo recuerda su historia de las dos encuestas en 2009—. Falló, cosa rara, Alejandro Moreno de El Financiero. Y para variar, Consulta Mifotsky de Roy Campos. Siempre, por supuesto, sobreestimando al PRI.
Dice Berrueto en Proceso: “Los medios están jugando un papel perverso al utilizar como un instrumento de posicionamiento instrumentos que no son precisos. Esta tarea no es sólo entre encuestadores, también debe incorporar a los medios, porque los medios están propiciando este tipo de crisis… Éste es un tema muy serio. Es cuando el medio se deja utilizar o cuando el medio, por no pagar la encuesta, publica la pagada por alguien más. Esa práctica es la que tiene que frenarse”.
Tiene razón el director de GCE: el 99 % de los medios de comunicación utilizan encuestas que, en realidad, son pagadas por los candidatos y sus partidos políticos. Y esos medios las presentan como propias. La excepción, porque han desarrollado departamentos propios, son Reforma y El Financiero. Y a nivel poblano, CAMBIO con la contratación de MAS DATA, cuyos pagos por el propio medio están comprobados con transferencias bancarias. Aquí no hay con que a “Chuchita la bolsearon”.
Las encuestas no son instrumentos de posicionamiento, ni de propaganda. Jorge Estefan Chidiac, a lo largo del proceso electoral, un día sí y otro también descalificó a MAS DATA. Pero ahora que sus resultados se confirmaron, no tuvo la hombría de ofrecer disculpas a este medio o a Pepe Zenteno.
Pero el mercado poblano se autocorrigió. Al surgir una empresa independiente, más centrada en su prestigio que en sus ganancias como MAS DATA, puso en evidencia a encuestadores hampones y protagonistas. Las cosas por su nombre. Indicadores de Elías Aguilar prácticamente se desterró por sus errores en 2010. Rodolfo Rivera Pacheco, del BEAP, levantó encuestas en 2013 y 2016, pero prefirió guardar sus datos. Prácticamente dejó de publicar, aunque en esta reciente elección fue unos de los defensores del “empate técnico” que nunca existió.
Los herederos de Rigoberto Benítez de Opina han desaparecido del mercado. El Centro de Estudios Consultivos trabaja para un candidato y le pasa sus resultados a Rodolfo Ruiz de e-consulta.com, que no invierte un peso. Sin embargo, no ha errado Manuel Martínez Benítez en los pocos estudios que ha hecho públicos.
¿Qué deben hacer los medios en esta crisis de encuestas? Invertir dinero para asegurarse que los estudios son suyos y no los van a manipular. Y dos, evidenciar a los encuestadores hampones, corruptos, que se venden por unos pesos.
¿Alguien se acuerda hoy de Alex Durán y Strategia? El tipo tuvo que regresar a vender comidas corridas.
