El estilo peculiar de gobernar de Leoncio Paisano ya provocó una crisis política en el municipio bastión de Acción Nacional. La voracidad, impulsada por su hermano Guillermo Paisano, se ha convertido en la marca principal del gobierno municipal de San Andrés Cholula que, después de Puebla capital, tiene más recursos propios gracias a la recaudación del predial y las licencias de construcción, cuyos costos reales se negocian por debajo del agua.

La voracidad de Paisano quedó evidenciada con el episodio de la camioneta Yukon que recibió como moche de un empresario al que vendió maquinaria del municipio a precio de chatarra, como documentó el periodista Arturo Luna Silva. Pero la corrupción en el municipio ya empezó a depredar los servicios públicos y la seguridad, por lo que ya nadie está a salvo.

La crisis política se detonó el fin de semana, cuando el diputado federal y ex presidente de San Andrés, Miguel Ángel Huepa, reclamó en redes sociales la inseguridad que priva en la junta auxiliar Santa María Tonantzintla, donde vive, pues uno de sus familiares sufrió robo de autopartes. Entrevistado por CAMBIO, afirmó que era imposible que esto siguiera ocurriendo en un lugar tan turístico y en donde, además, tiene sede el Inaoe.

Paisano, que no soporta la comparación con Huepa ni la popularidad del ex alcalde, desató una guerra haciendo responsable al diputado federal de una supuesta ofensiva política en su contra. Pero en realidad la crisis fue detonada por la inseguridad y la carencia de servicios públicos.

San Andrés Cholula es un municipio heterogéneo en su composición socioeconómica, ya que vivienda de alto nivel todavía convive con importantes núcleos campesinos. Pese a su importancia y cercanía con la capital, Paisano se comporta como el edil de un municipio cacahuatero sin calcular que pone en riesgo la hegemonía panista de los últimos 20 años con la descomposición política y social que ha provocado.

Paisano respondió a Huepa que no tiene policías para poner en cada vivienda. Y puede ser que tenga razón. Pero luego que CAMBIO evidenció que sítiene policías para cuidar su domicilio particular, además del de sus papás, su argumento quedó desmoronado.

La corrupción sin freno que se vive en San Andrés va a seguir debilitando al alcalde y a su grupo, que se reduce a su hermano Guillermo y a algunos empresarios favorecidos con todo tipo de permisos y todo tipo de negocios, entre los que se encuentra al antrero Iván Mange, de regreso en Puebla con todo tipo de inversiones y privilegios en ese municipio tras su levantón en Veracruz ocurrido hace unos años.

El colmo de la insensibilidad del alcalde y que lo ha llevado a romper con varios grupos económicos y políticos con poderosos intereses es su incapacidad para gestionar los servicios públicos. En las próximas horas va a destaparse la Caja de Pandora en relación con el famoso proyecto de las laterales de la autopista a Atlixco, cuyo objetivo no es beneficiar a un conglomerado empresarial, sino resolver el conflicto social de las 12 mil familias que ya habitan Lomas de Angelópolis y que llegarán a 20 mil en los próximos años.

No sorprende la torpeza política de Paisano, quien no tuvo mejor idea ayer que convocar a una rueda de prensa para que su secretario de Seguridad Pública, Manuel Alonso alias Platino, leyera una serie de cifras que supuestamente demuestran cómo en esta administración se redujo la delincuencia en un 300 % en comparación con la anterior.

Alguien que sí entienda de política debería convocar a una tregua en San Andrés, que pasa por atender los problemas sociales y dejar atrás la rapacidad como guía de la acción gubernamental. Lo de Huepa es una primera llamada, porque al fin y al cabo el ya cumplió con su ciclo político: fue alcalde, diputado local y diputado federal.

De continuar así, Paisano no tiene ningún futuro político. Terminará su periodo, se irá a casa con los bolsillos llenos —como hicieron otros alcaldes— pero no tendrá trascendencia ni podrá negociar un sucesor que cobrará las afrentas a este grupo.