Friday, 19 de April de 2024

Miércoles, 28 Septiembre 2016 03:14

La hora de meter la pata en el acelerador: el tiempo se acaba




Written by  Arturo Rueda

En el morenovallismo calculan que el margen de Ricardo Anaya se redujo notablemente para continuar su doble papel de dirigente y aspirante al 2018. Ya le rasparon el coche. La mejor prueba de esto es lo ocurrido ayer en la mesa del secretario de Hacienda, José Antonio Meade, en reunión con el queretano y la plana mayor de los gobernadores electos y en funciones en el marco de la negociación presupuestal


Todo es alegría en el morenovallismo tras la semana de destape del gobernador poblano que arrancó en #DespiertaConLoret. La recepción del mensaje, evalúan, es totalmente positiva al interior y al exterior del panismo que fue sacudido por la presencia de dos aspirantes que abrieron fuego contra el gandalla de su dirigente nacional. Para el gobernador poblano, calculan, todo fue gana gana en el momento justo de apretar el acelerador, ya que sólo quedan octubre y noviembre para sumar todo el posicionamiento que puedan.

 

El gana-gana de Moreno Valle inicia con el paso más simple y que resistió mucho tiempo: declararse en búsqueda de la candidatura presidencial del PAN para abandonar el estatus mediático de 1 de 32 gobernadores para convertirse en presidenciable. Por ese simple hecho, sus declaraciones tomarán otra relevancia mediática y sus notas serán más vendibles para sus operadores.

 

Prueba de ese nuevo estatus mediático adquirido a partir de #DespiertaConLoret es la ola de entrevistas en radio y televisión nacional de los últimos días, cuya cresta se alcanzó con la participación en Hechos de Javier Alatorre, donde repitió el mismo mensaje de presentación: nunca he perdido una elección, tengo toda la experiencia y nadie le ha dado al PAN más votos que yo.

 

Ese framing de “yo nunca he perdido una elección aunque he ido siempre abajo en las encuestas” va a convertirse en su marca personal para distinguirse de sus competidores. Margarita Zavala fue diputada en la Asamblea de la CDMX en 1994, y en 2003 fue diputada federal, en ambos casos por representación proporcional. Es decir, nunca ha ganado una elección. En el caso de Ricardo Anaya, fue diputado local en Querétaro y luego federal, pero en ambos casos siempre plurinominal.

 

Con ese simple dato, y como ya lo expresaron otros panistas, se cae el mito de que es el mejor dirigente en la historia del PAN con base en los 7 estados ganados hace unos meses, ya que en ese caso el mejor sería Luis Felipe Bravo Mena, quien dirigió a Acción Nacional en el 2000 y consumó la transición, o incluso Manuel Espino, quien coordinó la campaña de Calderón para remontar 20 puntos de desventaja.

 

Moreno Valle está sentado en la mesa de los presidenciales y la legitimidad se la dio Margarita Zavala de forma inexplicable al presentarse junto con él en #DespiertaConLoret. Además, gracias a la ausencia de Ricardo Anaya, el poblano pudo explayarse más en su presentación ante los millones de mexicanos que no lo conocen, dar detalles de su carrera política y hasta vender algunos de sus logros.

 

En el morenovallismo calculan que el margen de Ricardo Anaya se redujo notablemente para continuar su doble papel de dirigente y aspirante al 2018. Ya le rasparon el coche. La mejor prueba de esto es lo ocurrido ayer en la mesa del secretario de Hacienda, José Antonio Meade, en reunión con el queretano y la plana mayor de los gobernadores electos y en funciones en el marco de la negociación presupuestal.

 

Anaya, literalmente, fue expulsado de la mesa por los gobernadores, quienes acordaron negociar directamente con Meade sus presupuestos sin pasar por la dirigencia de Acción Nacional. De hecho, el mandatario queretano, Pancho Domínguez fue quien hizo uso de la voz para descalificar el papel que quería jugar Anaya de filtrar las peticiones, y pidió la interlocución directa con el titular de Hacienda. Todos los gobernadores aceptaron, incluido Tony Gali que estaba presente.

 

Ayer mismo, Moreno Valle recordó cómo finalizó la aventura de Roberto Madrazo en 2006: aventó la carrocería desde la dirigencia para construir su candidatura presidencial, pero tanto desgaste causó al interior del PRI que acabó la carrera en el tercer lugar.

 

Y ahora, a meter la pata en el acelerador porque solamente quedan dos meses, octubre y noviembre, para acercarse a los punteros de su partido y, aunque no se lleve la candidatura, puede forzar una negociación que incluya la siguiente candidatura del PAN a Casa Puebla. Diciembre es mes perdido y enero va a ser la despedida, ya en otro contexto.

 

Visto lo visto, no calculan mal los morenovallistas el estado del tablero en Acción Nacional. 

 

 

 

 

 

 

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