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Lunes, 24 Octubre 2016 03:07

El Nuevo Sistema de Justicia penal provocó la ola de inseguridad en Puebla




Written by  Arturo Rueda

También gracias a esas nuevas reglas, los ladrones o asaltantes tienen sencillo no ingresar a prisión pese a ser capturados en flagrancia. Basta con pagar la reparación del daño —el monto de lo robado— así como los daños causados para evitar la prisión. Por supuesto, a ojos de las víctimas, esto es impunidad a la décima potencia


Las autoridades policiales de Puebla tienen una explicación a la ola de violencia que aqueja a Puebla en las últimas semanas y que ha disparado la percepción de inseguridad: con la entrada en vigor del Nuevo Sistema de Justicia Penal la población de reclusos en los 22 centros penitenciarios del estado pasó de 10 mil 400 internos a 7 mil 990. En apenas días, abandonaron las cárceles 2 mil 500 personas acusadas en su mayoría de robo.

 

Así como lo lee: en las calles de Puebla andan sueltos 2 mil 500 criminales que, por estar en prisión preventiva y sin sentencia, salieron de los penales como si nada hubiera pasado gracias a las nuevas reglas de la presunción de inocencia. ¿Cuántos de ellos están delinquiendo nuevamente?

 

Con que la mitad de esos criminalillos hayan vuelto a las andadas, es decir, al robo a mano armada o al asalto en transporte público, es suficiente para desatar la ola de criminalidad que enfrenta Puebla.

 

Pero no es el único problema. También gracias a esas nuevas reglas, los ladrones o asaltantes tienen sencillo no ingresar a prisión pese a ser capturados en flagrancia. Basta con pagar la reparación del daño —el monto de lo robado— así como los daños causados para evitar la prisión. Por supuesto, a ojos de las víctimas, esto es impunidad a la décima potencia.

 

Si el Nuevo Sistema de Justicia penal buscaba reducir el hacinamiento en las cárceles, pues lo logró. Estos 2 mil 500 liberados eran delincuentes que se encontraban en prisión preventiva, y gracias a las nuevas reglas, pudieron salir de los penales para regresarlos a las calles. ¿Cuántos de ellos han vuelto a delinquir, con la certeza de que en caso de ser capturados, sólo deberán pagar los daños y un equivalente al daño?

 

Porque es el otro lado de la moneda: los titulares de Seguridad Pública estatal y municipal, Rodríguez Almeida y Alejandro Santizo, no lo dicen en voz alta pero están que trinan en contra de los jueces de control que dependen del Tribunal Superior de Justicia. ¿Por qué? Porque dicen que ellos cumplen con su deber de detener a los ladrones, pero resulta que éstos salen unas horas después.

 

El robo no es considerado grave dentro del nuevo sistema de justicia, y la pendiente de impunidad se muestra claramente a ojos de los ciudadanos. Un ejemplo perfecto es lo ocurrido hace un par de semanas con la banda de chamaquitos asaltantes de Oxxos: después de causar daños a una de estas tiendas de conveniencia y robarlo en la colonia Guadalupe Hidalgo, fue detenido un grupo de 5 adolescentes por parte de la Secretaría de Seguridad y Tránsito Municipal.

 

Grande fue la sorpresa en la corporación cuando se enteraron que una semana después el grupito de delincuentes fue liberado a cambio de un pago de 22 mil pesos: 16 mil por el monto de lo robado y 6 mil por los daños causados al Oxxo. Desde el ayuntamiento se quejaron con el Tribunal Superior de Justicia, pero la respuesta de Rodríguez Toledano fue lacónica: es lo que prevé el nuevo sistema. ¿Qué quieren que hagan mis jueces?

 

Luego, en medio de la ola de asaltos en el transporte público, los policías encubiertos de la Ssptm detuvieron a Manuel P. tras asaltar a un ruta 3 y quitarle 700 pesos al chofer. El delincuente fue presentado en flagrancia, pero salió horas después porque, por el monto y modalidad, el robo no fue considerado grave por el juez de control y tampoco ameritó la prisión preventiva.

 

¿Qué pueden hacer Rodríguez Almeida y Santizo en este escenario? Por más que hagan su trabajo, procesen las detenciones, incluso colaboren en las investigaciones, se van a topar con jueces de control que van a liberar a los ladrones, siempre que no haya un muerto de por medio.

 

La entrada en vigor del nuevo Sistema de Justicia Penal ha puesto de cabeza la seguridad Pública en Puebla y no sirve de nada negarlo. El entusiasmo por las aspiraciones presidenciales de Moreno Valle no alcanza para borrar el estado de nerviosismo de miles de poblanos que ven todos los días cómo la delincuencia toca a todas las clases sociales.

 

Los feminicidios, chupaductos, asaltos mortales en el transporte público, incremento de secuestros y homicidios dolosos son expresión, sostienen las autoridades policiales del estado, de una misma causa: los miles de delincuentes que abandonaron las cárceles en los dos últimos meses gracias al nuevo Sistema. ¿Alguien tiene otra explicación?

 

 

 

 

 

 

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