Thursday, 25 de April de 2024

Lunes, 18 Enero 2016 01:56

Moreno Valle posterga la nostalgia: postales de un Quinto Informe




Written by  Arturo Rueda

El gobernador poblano no abusó del recurso lacrimógeno ni convirtió su Informe en una sucursal de La Rosa de Guadalupe. Logró humanizar sus logros en el justo equilibrio de ceder protagonismo y reafirmarse como líder político.


Cinco años después, en el inicio del ocaso, Moreno Valle abandonó la manía perniciosa de refugiarse en el alud de cifras abrumadoras para probar, a través de ellas, que su gobierno es el mejor que Puebla ha tenido en los últimos sexenios.

 

Un pequeño cambio en la comunicación, un gran paso adelante en el mejoramiento de su imagen, fue mostrar a los beneficiarios de sus “Acciones Que Transforman”, sentados en las primeras filas del Quinto Informe de Gobierno. Poblanos de a pie, compartiendo asiento con muchos de los empoderados de la política nacional.

 

Isidro, el joven que sobrevivió gracias a la atención en el Hospital del Niño Poblano. Itzel, la muchacha de Ajalpan que estudió una carrera en la UNAM, gracias al campus de Educación a Distancia. La empresaria de Chignahuapan cuya tienda de esferas sigue abierta en la lógica del crecimiento del turismo. Por último, el agradecimiento de la familia de Don José que superó un secuestro con la pronta actuación de la PGJ.

 

El gobernador poblano no abusó del recurso lacrimógeno ni convirtió su Informe en una sucursal de La Rosa de Guadalupe. Logró humanizar sus logros en el justo equilibrio de ceder protagonismo y reafirmarse como líder político.

 

Como una postal de fondo, un inacabado Museo Barroco Internacional que no provocó asombro entre los quince gobernadores asistentes ni entre los dirigentes nacionales del PAN, PANAL y mucho menos, entre la banda priista que llegó al acto para no ceder el espacio de protagonismo, envalentonados con la presencia de Rosario Robles y de su candidata a la gubernatura Blanca Alcalá.

 

Mucho Toyo Ito, pero el museo en cuestión está muy lejos de lo que causa el Guggenheim de Bilbao. Quizás el sitio está más en obra negra de lo que el gobierno quiere reconocer, pero sus paredes onduladas parecen más de tablaroca que concebidas por un genio mundial de la arquitectura.

 

En vez de apertrecharse en el alud de cifras, Moreno Valle escogió probablemente unas veinte, pero totalmente contundentes, lo que aligeró el peso y el tiempo del acto, y agradecieron los presentes. Fue incluso parco en el mensaje político. Ni siquiera hubo autoelogio hasta el cansancio. Breve, sucinto y contundente es probable que sean los mejores calificativos del discurso.

 

Como escaseó el autobombo, los casi dos mil asistentes no sintieron el peso de la nostalgia porque el gobernador poblano no se dio el lujo de derramar una furtiva lagrima por el poder que se le escapa inevitablemente de las manos.

 

Apenas al inicio, un leve raspón hacia Andrés Manuel López Obrador –no es lo mismo denostar a las instituciones que construir un buen gobierno– y final, una alusión a la necesidad de continuar las “Acciones Que Transforman”, un mensaje tímido en referencia a las próximas elecciones en el que el proyecto morenovallista intentará permanecer en Casa Puebla.

 

Precisamente, el Sol Naciente, alias Tony Gali llegó tarde al evento, uno de esos retrasos premeditados como los que hacía el gobernador Alfredo Toxqui para, a propósito, recibir mención y aplauso fuera de los saludos oficiales. El alcalde, delfín y ya mero candidato a la minigubernatura recibió adhesiones, y naturalmente, por milímetros, fue más buscado, abrazado y palmeado que el propio gobernador.

 

La galaxia morenovallista tiene dos soles que alumbran con la misma intensidad. La transferencia de poder aún no se nota, y Gali hace esfuerzos por aplacar la euforia para evitarle a Moreno Valle las soledades del poder.

 

Soledades inevitables que se traducen en números inclementes. Hace cinco años, el Centro Expositor fue atestado con 20 mil poblanos que pelearon a navajazo los mejores lugares para atestiguar la transición. Ahora, en 2016, no llegaron a dos mil los presentes en el Quinto Informe, y apenas unos doscientos llegaron a la comida de festejo. En términos duros, 90 % de las adhesiones quedaron atrás.

 

Blanca y Rosario roban protagonismo

 

Con la sucesión resuelta y el destape inminente de Blanca Alcalá, los priistas engañaron a los bobos tirando el anzuelo de que ninguno asistiría al Quinto Informe. En vez de ello, la representante presidencial Rosario Robles decidió que ningún espacio quedaría vacío. Irían incluso a la disputa de los lugares y las sillas en el Quinto Informe.

 

Movilizados en un camión para evitar indisciplinas, el contingente priista con Robles y Alcalá a la cabeza, entró al recinto improvisado custodiado por Diódoro Carrasco. Inmediatamente, los fotógrafos descargaron sus cámaras, y el titular de la SGG se quedó en la gráfica como un priista más.

 

Ya tomando sus lugares, Alcalá empezó a recibir abrazos y adhesiones de forma discreta. Los morenovallistas jugaron a la prudencia y evitaron poner los cuernos a los ojos de todos.

 

En plena disputa aliancista, Agustín Basave y Luis Miguel Barbosa no llegaron para hacer evidente su descontento con el régimen. De presidentes nacionales de partidos se vio a Ricardo Anaya y a Luis Castro, pero nada más. El divorcio con el bloque que lo llevó al poder en 2010 ya es más evidente.

 

La cúpula de facto de Acción Nacional, El Joven Maravilla Anaya y su consiglieri plenipotenciario Creel ocuparon lugar, pero sin mucho entusiasmo. Cuando la prensa le preguntó al Jefe Diego quién le gustaba más como candidato presidencial, sólo atinó a responder que los hombres no le gustaban, provocando la carcajada del respetable.

 

Arden las redes sociales

 

Por fuera de la galaxia morenovallista, los malquerientes del régimen convirtieron el Día del Gobernador en el Día de Pegarle al Gobernador, especialmente en las redes sociales, pues los medios y personajes Rafafóbicos se dieron vuelo posteando comentarios y notas negativas.

 

La 28 de octubre no se atrevió a armar una marcha y mejor el autoproclamado candidato independiente de izquierda, el loquito Fernández Noroña, rompió todos los cercos y llegó a la zona del MIB encabezando una marcha de despedidos. Para desactivarla, Diódoro pactó una audiencia y eso mató todo.

 

En el Congreso local todo se vivió con calma, apaciguados sobretodo los priistas, y con un Juan Carlos Natale, quien lo mismo criticó que lamió suelas en un solo acto circense.

 

En la comida sí hubo nostalgia

 

A diferencia de lo ocurrido en el Cuarto Informe, al que Moreno Valle llegó con el peso de los sucesos de Chalchihuapan, todos los presentes coincidieron en subrayar el relajamiento con el que habló el gobernador poblano, y luego departió en la comida del festejo, a la que se quedaron los mandatarios de Chiapas, Baja California Sur y Querétaro.

 

En la comida sólo pudo verse a una priista, Vanessa Barahona, a quien se vio desolada y sin nadie con quién compartir. Los consejeros del IEE se sentaron a comer juntos, a excepción de Federico González Magaña y Juan Pablo Mirón que festejaron como morenovallistas de pleno derecho.

 

Luis Banck se convirtió en un tercer sol naciente. La rumorología lo ubica como el elegido para sentarse en la silla de Tony Gali una vez que éste renuncie. El titular de Desarrollo Social fue absolutamente prudente ante los cuestionamientos y a las felicitaciones respondía con un “hay que seguir trabajando”.

 

Los empresarios, entusiastas, adherentes y beneficiarios del régimen hicieron una corta fila para ejecutar el clásico besamanos del informe, mientras que Gali saludaba de mesa en mesa, como abeja reina del panal.

 

En la mesa principal, colocados justo enfrente del gobernador, Javier Lozano Alarcón y Roberto Gil Zuarth acompañaron a Moreno Valle hasta más allá de la tarde, cuando los auténticos morenovallistas comenzaron a sentir el frío de enero.

 

 

 

 

 

 

 

Rate this item
(0 votes)
comments powered by Disqus