Sin pena ni gloria, ni tristeza ni dolor, tampoco desconcierto, los ajalpenses vivieron este 19 de octubre como cualquier otro, a un año de la barbarie cometida en este lugar, cuando lincharon y prendieron fuego a los hermanos encuestadores Copado Molina.

El párroco de la comunidad, Enrique Camargo realizó una misa por el descanso de los linchados en esta fecha que algunos quisieran olvidar.

“Por qué no dicen la verdad y quién fue el que hizo estos actos, simplemente huyeron y a lo mejor hay otros que son inocentes y están en la cárcel, todo este proceso de conversión se puede mover a través de la oración pero tienes que animar a las personas que no tienen culpa, pero que a lo mejor estuvieron en el momento y en el lugar no preciso y equivocado”, expresó el sacerdote en una ceremonia con poca convocatoria.

Por otra parte, la economía que durante un año ha sufrido las consecuencias de estos actos, apenas está repuntando, ya que los empresarios recibían comentarios como “Los tratos se cierran en México, a Ajalpan no vamos, ahí queman”, “Si quieren algo vengan acá pero a Ajalpan no vamos, capaz nos linchan”.

Los jóvenes se enfrentaron al bullying en sus escuelas donde recibieron señalamientos e insultos, además que les decían “el trabajo en equipo tiene que ser en Tehuacán, en Ajalpan ni de chiste vamos”.

Aunque existe la inconformidad de algunos porque quienes están purgando sentencia son inocentes y el silencio de los que saben quiénes incitaron a golpear y quemar vivos a los dos fuereños; otros siguen intentando justificar lo ocurrido y su participación en los hechos sangrientos.

No obstante, los pobladores del municipio siguen con sus actividades cotidianas, como intentando olvidar la muerte de dos presuntos inocentes que pesa en sus conciencias.