Luego de que en redes sociales causaran polémica los puntajes de entre 300 y 400 puntos con los que algunos aspirantes lograron obtener un lugar en carreras de la BUAP como Ciencias de la Computación o en unidades regionales, el rector descartó que este modelo de ingreso ponga en riesgo la calidad de la institución, ya que destacó que la excelencia educativa está en los recursos humanos y la infraestructura de la institución.
“Ya no hay puntaje mínimo porque finalmente los mismos jóvenes determinan hasta qué puntaje entra (...) de ninguna manera afecta a la calidad de la institución porque la calidad está en sus programas, está en su profesorado, en la infraestructura y en la calidad de sus egresados”, destacó el rector Alfonso Esparza Ortiz.
Con la modificación al Reglamento de Procedimientos y Requisitos para la Admisión, Permanencia y Trayectoria Académica de los Alumnos de Modalidad Escolarizada, la BUAP considera candidatos a ingresar a todos los aspirantes dentro del cupo definido en la carrera elegida al ingreso, eliminando el puntaje mínimo de 550 puntos que se estipulaba en procesos anteriores.
Esta medida que se aplicaba en la BUAP hasta principios de la década de los noventa, junto con el pase directo de estudiantes de preparatoria, fue nuevamente retomada por el rector, luego de que estudios hechos por la institución revelaran que no todas las malas notas están relacionadas a un desempeño académico deficiente.
Cómo ejemplo, el decano reveló que el puntaje más bajo para ingresar a Medicina fue de 762 puntos, mientras que los puntajes de 300 puntos que fueron cuestionados están principalmente detectados en las sedes regionales o carreras con una demanda menor; sin embargo, la calidad educativa no se refleja en el perfil de ingreso, sino en los conocimientos del estudiante al momento de egresar.
Señaló que también esta medida permite a los aspirantes ingresar a las carreras de su primera opción, ya que muchas veces los alumnos elegían una licenciatura, pero al no alcanzar el puntaje buscaban los lugares adicionales y posteriormente brincaban con el programa de revalidación de materias.