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Viernes, 26 Agosto 2016 11:11

La Yakuza japonesa, una de las mafias más peligrosas del mundo

Todos los integrantes del crimen organizado son personas muy peligrosas. Pero de entre ellos, destacan los yakuza, la mafia de Japón.




Su origen remite al siglo VIII, cuando en Japón se terminó el periodo feudal y muchos samuráis quedaron sin un patrón que los protegiera. Antiguamente, la figura del samurái gozaba de mucho prestigio, pues se trataba de militares altamente formados y capacitados para prestar servicios de seguridad y guerra a los señores feudales. Pero con el tiempo, sus servicios ya no fueron necesarios y se convirtieron en ronin, es decir, mercenarios.



Con el paso del tiempo, algunos de estos guerreros se fueron organizando en bandas y grupos que prestaban servicios de protección a poblados y regiones, pero otros se empezaron a hacer cargo de negocios ilegales y a proteger a quienes les contrataban con este fin.



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Al final del siglo XIX ya controlaban el lavado de dinero, las apuestas, el contrabando, los espectáculos, la extorsión, el tráfico de drogas y de armas. Actualmente, también dirigen el tráfico de personas y la trata de blancas. Se dice que incluso, están en el mercado negro de órganos humanos. Pero su principal actividad es la extorsión política y empresarial. Son prácticamente un sindicato, que agrupa a sus integrantes bajo estrictos códigos de honor y lealtad. Tienen varias formas de moverse en distintos estratos de la vida de Japón y estas son algunas maneras:



 



Sokaiya: consiste en que la yakuza compra acciones de una compañía, las suficientes para ganarse un lugar en las mesas directivas. A continuación, investigan hechos que puedan ser vergonzosos para los líderes de la empresa. Y los amenazan con exponerlos en las reuniones si no hacen lo que los yakuza piden. Es una forma de extorsionar, amenazando con avergonzar, si no se les entrega dinero u otras cosas. Pero claro, estas extorsiones se llevan a cabo con mucha cortesía.



En otros países, las mafias son ilegales. Pero no en Japón. Están organizados de tal manera, que pueden aparecer en eventos públicos, tener tarjetas de visita, ser registrados como organización sindical y participar en eventos y empresas de naturaleza diversa. Tienen hasta una revista, con artículos como pesca y cultura, que se distribuye entre sus miembros.



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Esto es positivo, porque mientras estos grupos contengan dentro de sí mismos a los criminales, la sociedad se mantiene estable, es decir, si se disuelven los grupos yakuza, muchos delincuentes quedarían sueltos y sin normas de comportamiento, tal como las aplican los yakuza, quienes son fanáticos del orden (dado por ellos), la organización y la lealtad.



Y es que cada error en la yakuza se paga con un pedazo de dedo. Así algunos miembros ya han perdido dedos completos o casi todos los de una mano.



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Además, tienen complicados rituales de iniciación y una cultura del tatuaje que sorprende por lo dolorosa que es, más que un tatuaje convencional. No obstante, los tatuajes en la yakuza pueden revelar grados jerárquicos importantes y por eso, son valorados dentro de ella. No así en el gobierno nipón, quien prohíbe estos tatuajes a sus empleados.