El 4 de abril minutos después de las 21, la mujer entró a la comisaría de Villa Lugano para denunciar un abuso sexual. La víctima era su hija de 11 años y el hombre que supuestamente se había aprovechado de ella no era otro que su padrino, Jonathan Fabbro. Ella no había podido contarlo. Fue su hermano quien descubrió un chat. "El mayor temor de la nena era qué le iba a pasar a él si esto se conocía", sostuvo el abogado de la familia, Gastón Marano, en el programa Nosotros a la Mañana.

No era algo reciente. Los abusos habían empezado cuando la chica tenía apenas siete años pero en los últimos 18 meses la situación se había agravado. "Los procesos biológicos del menor se aceleran y empieza a haber una identificación con quien lo abusa", detalló el abogado para explicar el miedo de la víctima de confesar lo que le pasaba.

Ese chat que reveló los ataques a los que presuntamente era sometida la nena fue sólo el principio. A la causa se sumaron audios, fotos y mensajes de Facebook, Instagram y WhatsApp. "Con la edad que tiene ahora ella puede comprender que está mal", sostuvo Marano y remarcó: "Rechaza constantemente los avances" del futbolista. En los próximos días, la chica, que cuenta con asistencia psicológica, declarará en Cámara Gesell.

Por su parte, Larissa Riquelme, en pareja desde hace seis años con el exjugador de Boca y River, apoyó a Fabbro ante la denuncia en su contra: "Quiero contar de todo corazón que durante la presentación en la expo jamás hemos recibido ningún tipo de insulto. Esto fue lo que ocurrió. Inclusive hubo gente que caminó con nosotros para sacarse fotos", escribió la modelo en redes sociales.

Fuente: TN Argentina