Corría el año 2000; el gobernador Melquiades Morales Flores recorría el estado con esa vocación de acercamiento, de contacto social. En privado el mandatario confesaba: ‘Cuando termine mi periodo quiero ser como el Doctor Toxqui… que a donde llegue la gente me salude, me recuerde’. Morales Flores cumplió con creces su propio cometido. La columnista Irma Sánchez califica a Melquiades como el ‘ex gobernador más querido’. Sin duda alguna lo es.

En una de sus giras por la región de Ajalpan, Morales se hizo acompañar de un joven a quien sentó en el presídium. En su mensaje con esa sencillez que siempre le caracterizó dijo: Si ustedes me permiten quiero presentarles a David Villanueva Lomelí. Era la primera vez que en un acto público se mencionaba su nombre.

Luego vendría el proceso electoral del 2006 en el que Morales Flores se enfrentó en las urnas con quien fuera su delfín, su protegido, su hechura, su invento: Rafael Moreno Valle Rosas. En aquella contienda el tenor de las descalificaciones contra Morales fue acre, áspero, en ocasiones infame. La ruptura estaba dada. Por un momento parecía que los agravios eran irreparables. Pero la política es un ejercicio de encuentros y desencuentros.

Paulatinamente se dio la reconciliación. Y aún más: los acuerdos que permitieron al melquiadismo sobrevivir a la derrota del priismo en 2010.

El gran beneficiario por los acuerdos cupulares entre Melquiades Morales Flores y Rafael Moreno Valle fue precisamente, David Villanueva Lomelí quien llegó al Órgano de Fiscalización Superior, instancia que cambiaría su nombre a Auditoría Superior del Estado.

En un principio sus detractores dudaron y cuestionaron su capacidad para conducir una responsabilidad de ese calado. Pero paulatinamente David demostró su capacidad y sobre todo de qué está hecho.

Ahora que en la entrevista que Martha Erika Alonso concede a Periódico Central se menciona el nombre de David Villanueva Lomelí, el funcionario no se descarta. Incluso, va más allá, está trabajando con método, con disciplina y precisión. En horas recientes a través de su cuenta de Facebook Villanueva inició una estrategia de acercamiento social. En un sencillo, pero bien producido video el aspirante hace recomendaciones dirigidas a los padres de familia para el regreso a clases; al cierre de esta entrega el primer video lleva 83 mil reproducciones. El funcionario señala que cada lunes presentará una video-producción de este tipo.

Sin duda más adelante aparecerá en la escena preelectoral su mayor capital social, su esposa Verónica Morales Alfaro, heredera de la sensibilidad de su madre y el carisma de su padre. En realidad Verónica y David representan el sueño de un neomelquiadismo. Y este momento tan sólo es el inicio de un camino de regreso a la cúpula estatal.

No descarte este sutil destape. Martha Erika Alonso bosquejando el nombre de David Villanueva y no tardarán en aparecer los comparativos entre David y su más cercano adversario interno: Jorge Aguilar Chedraui, sobre quien pesa una lápida de gravosas acusaciones.

Seguiremos atentos a este proceso interno.

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