Martes, 23 de Abril del 2024
Lunes, 11 Septiembre 2017 21:08

Juan Carlos Lastiri: la dictadura de las pasiones

Juan Carlos Lastiri: la dictadura de las pasiones Escrito Por :   Javier Arellano Ramírez

Ante la crisis que presenta el priismo poblano todo indica que la cúpula nacional, la que analiza desde la Avenida Insurgente Norte en la Ciudad de México, lo contempla como una posibilidad real. No tanto por sus virtudes y atributos (que son mínimos y escasos), sino porque a estas alturas del partido es el único que se atreve a lanzarse al ruedo en una maniobra propia de un kamikaze.


Sin duda alguna Juan Carlos Lastiri puede ser el candidato del PRI, pero de ninguna manera será gobernador. Y en esta entrega nos permitimos desglosar algunos de los puntos del porqué el político  zacateco nunca llegará a Casa Puebla.

 

Primero.- El cuestionable apoyo de los alcaldes priistas.

 

Por supuesto que Lastiri puede ser el candidato del PRI a la gubernatura. E indiscutiblemente puede resultar ganador de una consulta a la base, porque el mismo morenovallismo se encargaría de impulsarlo.

 

En semanas recientes el suspirante promueve las reuniones del llamado ‘Movimiento Decisión Puebla 2018’ con el que pretende crear una estructura estatal que le permita ganar una consulta a la base. Debe destacarse que desde aquella batalla épica de 1998 cuando se enfrentaron Melquiades Morales Flores, José Luis Flores Hernández y Germán Sierra Sánchez no se ha repetido un experimento de este tipo. También debe puntualizarse que el único que pide este método de selección es el mismo Juan Carlos.

 

En una lectura realista y fría es claro que Lastiri podría ganar una consulta interna con el apoyo de los presidentes municipales priistas. Pero como está más que comprobado los ediles están entregados en cuerpo y alma a servir al morenogalicismo. En esta Cúpula hemos narrado las reuniones que Juan Carlos entabla con munícipes de las Sierra Norte y Negra, pero al terminar las mismas, los alcaldes corren a informarle al gobernador Gali Fayad los pormenores de lo dicho y tratado.

 

Si el PRI decidiera conceder a Lastiri una consulta a la base en primer lugar no tendría con quién enfrentarse. Porque Enrique Doger Guerrero no se va a prestar a un acto circense; su madurez y perspectiva son muy diferentes. Pero si en algún momento el CEN del PRI abriera esa posibilidad, por supuesto que el morenogalicismo por debajo de la mesa daría la indicación a los presidentes municipales de apoyarlo.

 

Porque la facción más interesada en que Juan Carlos sea el candidato del PRI es precisamente el grupo en el poder. Tienen un búnker, una armería, un arsenal repleto de misiles y proyectiles para despedazarlo en la contienda electoral.

 

En reuniones privadas los morenogalicistas hacen votos porque Lastiri sea el abanderado tricolor. Esto aunado a la virtual candidatura morenista de Enrique Cárdenas quien públicamente reconoce que ‘será muy difícil ganarle al PAN’ se convierte en una melodía para los oídos del régimen poblano. 

 

De esa magnitud sería la escena; desde el ‘War Room’ del morenogalicismo saldría la orden a los ediles priistas: ´¡Todos voten por Lastiri!’

 

Segundo.- Las pasiones que dominan a Juan Carlos, el preludio del caos.

 

Nadie puede olvidar al Profesor Moisés Carrasco Malpica, aquel folclórico y ocurrente funcionario del melquiadismo. Su legado es inexistente y vano. Sin embargo su frase quedará para la posteridad del quehacer político: ‘Jóvenes: la nalga es la nalga’. Y es que el chusco político aldeano tenía una predilección especial por la belleza femenina.

 

Lastiri viene a constituirse en la versión remasterizada, corregida y aumentada de Carrasco Malpica. El problema es que el funcionario federal revuelve y mezcla ambos terrenos. Y así aparecen algunas de sus ‘protegidas’ como delegadas federales o diputadas locales.

 

Esto es verdaderamente deleznable, deplorable. Colocar a las ‘amigas consentidas’ en cargos públicos no solamente envilece, desprestigia y degrada a las féminas, sino a él mismo.

 

Desde aquella relación de Rosa Luz Alegría con José López Portillo hasta los amoríos fatídicos de Rosario Robles Berlanga con el mafioso Carlos Ahumada Kurtz las pasiones mezcladas con política solo terminan en la vileza. Empero Juan Carlos Lastiri es un fiel devoto de estas prácticas. Y en el remoto caso de que llegara a ser gobernador sin duda seríamos testigos del ‘Gabinete del Amor’.   

 

En una próxima entrega detallaremos como en este momento la madrina Rosario Robles lejos de abonar es una carga para las aspiraciones del zacateco. Pero eso será en otra ocasión.

 

 

Como siempre quedo a sus órdenes en Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., sin mx.

 

 

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