De entrada no puede discutirse que Ricardo lleva una clara ventaja sobre Rafael. Primero por su posicionamiento como presidente nacional; la sobreexposición a los medios; los números que le han brindado millones de spots en radio y televisión; la paternidad de una coalición que es una receta morenovallista, la alianza entre PAN y PRD, pero que Anaya recoge, hace suya e incluso le encuentra pareja de fórmula en Alejandra Barrales. Todos estos elementos lo colocan en una indiscutible ventaja. Si aunado a esto se suma la decapitación de Margarita Zavala, su triunfo es contundente.

 

Empero, Rafael Moreno Valle también tiene un posicionamiento que de ninguna manera debe demeritarse. Paulatinamente sus estrategias le han colocado en el tablero nacional y se ha ganado un lugar entre las filas de la ‘comentocracia’ de la urbe más poblada del país. Personajes de los medios nacionales, conductores y comentaristas, lo identifican claramente y lo ubican en un lugar relevante.

 

Fue precisamente ayer miércoles 11, cuando el ex gobernador de Puebla fue entrevistado por Joaquín López-Dóriga en una desahogada conversación. Ahí Moreno Valle dejó dos puntos en claro; primero que para él la inclusión de Nueva Alianza es central, vital para la conformación del ‘Frente Ciudadano’. Habló de sus virtudes, de su maquinaria electoral, de su presencia en todo el país, de su capacidad de operación. Enfatizó que el PANAL siempre ha acompañado su trayectoria.

 

Al finalizar la entrevista Rafael concluyó que: ‘En el peor de los casos, recuperaríamos nuestra identidad’. Es decir ante la hipotética derrota del PAN en 2018 el albiazul tendría que retomar su doctrina y esencia para reconstruirse. Y ahí es donde entraría Rafael. Es evidente que el aspirante desde este momento ya está bosquejando, trazando sobre una servilleta la ruta rumbo al 2024.

 

Como si fuera un rescatista, un ‘topo’, Moreno Valle se prepara desde este momento para ver el derrumbe del proyecto anayista, levantar las piedras y los escombros, sacar a los heridos, darles oxígeno, pero también dejar morir a otros, y más tarde convertirse en el arquitecto constructor de una nueva torre azul.

 

Sin embargo, en esta etapa no perderá ni un minuto, ni un espacio de 2017 para someterse al ‘pesaje’ contra Ricardo Anaya Cortés.

 

La ruta morenovallista atraviesa por la inclusión inmediata de su agrupación adepta, el Partido Nueva Alianza y posteriormente en la aduana que el alcalde Luis Banck Serrato ha trazado; el de un método de elección abierta y directa del candidato del ‘Frente Ciudadano por México’.

 

Para hacer la siguiente pregunta hay que recurrir a la vieja receta melquiadista y ponerse una bolsa de hielo en la cabeza: ¿Quién ganaría una elección abierta? ¿Ricardo Anaya o Rafael Moreno Valle? ¿Cuál de los dos?

 

Y nos encontramos frente a la escena del ‘pesaje’ de dos boxeadores que están dispuestos a despedazarse en el cuadrilátero. Pero hay un factor que puede ser determinante. Esos diez gramos entre uno y otro lo representa el Partido Nueva Alianza.

 

Por eso el interés mayúsculo, superlativo de Moreno Valle por la inclusión de ese pequeño partido, pero de enorme operatividad electoral. Esa es su apuesta, llevar a las abejas panalistas para retar a Anaya a una gran consulta abierta de calado nacional.

 

¿La aceptará Ricardo? Es poco, muy poco probable.

 

Sigamos atentos a esta ruta que aún dará mucho por analizar.

 

Como siempre quedo a sus órdenes en Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., sin mx.